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Se acabó el amor entre Bonfatti y Galassi y se reconfigura el socialismo

Los históricos socios políticos se distanciaron tras la derrota en la elección provincial. Golpeado, el ex gobernador se recluyó en el ostracismo. Galassi insiste con la tercera vía.

El diputado provincial Rubén Galassi ya no es la mano derecha del ex gobernador Antonio Bonfatti. La sociedad socialista se dañó después de la derrota a manos del peronismo en las elecciones provinciales y el legislador se encuentra hoy más cercano a la mirada política del mandatario actual, Miguel Lifschitz.

 

Cuatro diputados de diversos partidos le confiaron a Letra P que la relación entre ambos no es la que supo ser. “Es la comidilla de los pasillos en la Legislatura”, graficó uno.

 

Bonfatti y Galassi mantuvieron un vínculo histórico. Galassi fue su ministro de Gobierno, ladero y amigo. Fueron dupla en Diputados desde 2015. Hombre de los medios, se encargó, además, de monitorear todo lo ligado a la comunicación del reciente candidato a gobernador.

 

Por otro lado, dos hombres del Partido Socialista (PS) aseguraron a Letra P que el distanciamiento nació en lo que Bonfatti considera una suerte de “engaño” en la pasada campaña electoral ya que le mostraban encuestas en las que aventajaba a Omar Perotti cuando, en realidad, estaba abajo y con holgura.

 

 

 

La brecha se profundizó aún más en la campaña nacional. Bonfatti, golpeado por la derrota provincial, se sumó tibiamente al colectivo del candidato presidencial Roberto Lavagna. Encima, la elección de Juan Manuel Urtubey como postulante a vicepresidente azuzó la interna del socialismo. Nunca habló en términos públicos, pero Bonfatti nunca tragó el binomio por cuestiones ideológicas.

 

El ex gobernador reapareció en los últimos días para darle su apoyo al candidato a diputado nacional del progresismo, el concejal rosarino Enrique Estévez. Antes, en campaña, y a raíz de la declaración del diputado Eduardo Di Pollina, quien definió a Lavagna como la “derecha conservadora”, Bonfatti lideró la firma de un documento del PS con aval al ex ministro de Economía, pero no se sumó a militar el voto y luego felicitó por el triunfo en las PASO al candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández.

 

 

 

Esos mensajes hicieron ruido hacia adentro del socialismo, un partido que perdió la provincia y la ciudad de Rosario y deberá, indefectiblemente, reconstruirse. Lifschitz fue el único ganador y -se prevé- será el presidente de la Cámara de Diputados. Pero en el arco no peronista santafesino los intendentes electos de Rosario y Santa Fe, Pablo Javkin y Emilio Jatón, están dispuestos a plantarle bandera al mandatario actual y pelearle el liderazgo opositor.

 

Tras su derrota, Bonfatti se recluyó en lo meramente institucional de la Cámara. Ahí anda el diputado provincial Di Pollina queriéndolo convencer de que se sume al grupo Bases, que pide un socialismo lejos de Lavagna y más cercano a partidos populares, como el peronismo y otros. Por el momento, lo hace sin suerte.

 

En ese escenario, Galassi se sostuvo como un cultor de la tercera vía, lejos del peronismo y del macrismo. Comparte esa mirada con Lifschitz y tratará de ganar volumen propio en los próximos meses.

 

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