ELECCIONES 2019

Pelea por votos K, sorpresa Bussi y enigma Cambiemos en Tucumán

Tras la foto con Alberto F., Manzur va por la reelección con un peronismo fragmentado y Alperovich enfrente. La Casa Rosada apuesta por Elías de Pérez, que disputa electorado con el hijo del represor.

La batalla peronista abierta que protagonizarán el gobernador Juan Manzur y su antecesor, José Alperovich, concentrará este domingo la atención de las elecciones de Tucumán, donde Cambiemos buscará dar la pelea con la senadora Silvia Elías de Pérez, que disputa votos con el concejal de la capital provincial Ricardo Bussi. El mandatario aparece en la previa como favorito y se prepara para nacionalizar el posible triunfo con el candidato presidencial Alberto Fernández como principal aliado.   

 

En la provincia más pequeña de la Argentina que es, a su vez, el sexto distrito electoral del país, el foco principal estará puesto en el peronismo, donde la pelea fue variando al compás de las definiciones nacionales. Ya a fines de 2018, Alperovich dio señales de que nuevamente pelearía por la gobernación. Mientras Manzur participaba de las reuniones de Alternativa Federal, Alperovich se acercaba a Cristina Fernández de Kirchner y daba a entender que tendría el apoyo de la ex presidenta, clave en Tucumán, ya que, según los números que manejan en diferentes campamentos peronistas, tiene una intención de voto que oscila entre el 50 y el 60%.

 

A mediados de noviembre, el ex gobernador confirmó su salida del bloque de Miguel Ángel Pichetto y, un mes después, Cristina lo recibió en el Instituto Patria. Ese acercamiento alimentó los rumores de que podría ganarse el respaldo de la ex presidenta para la elección. Sin embargo, verano mediante y luego de que Manzur empezara a dar señales de apertura hacia la ex mandataria, en el Instituto Patria comenzaron a relativizar la inclinación del apoyo en favor de Alperovich.

 

“Las cuestiones de la provincia se van a definir en Tucumán. Son peleas locales”, respondieron en el entorno de Cristina, marcando distancia de la situación tucumana y dejando que la batalla se resolviera en el distrito. En el búnker K reconocen que incluso un dirigente de la mesa chica cristinista se encargó de pedirle personalmente a Alperovich que mantuviera a la ex presidenta al margen de su interna con Manzur para evitar que Cristina quede asociada a una eventual derrota del ex gobernador en Tucumán. Esa filosofía se acentuó aún más luego de que el candidato bendecido por Cristina en Neuquén, Ramón Rioseco, perdiera la elección por una diferencia de 15 puntos ante Omar Gutiérrez.

 

 

 

En paralelo, los puentes con Manzur comenzaron a recomponerse cuando, en plena puja provincial, el gobernador pegó el faltazo a la cumbre que Alternativa Federal organizó en Mar del Plata y llamó a formar una coalición opositora que incluyera a la ex presidenta. “Hoy me doy cuenta del rol central que ocupa Cristina Fernández de Kirchner cuando llama a la conformación de un gran frente opositor. Sin mezquindades, abre sus brazos a todos”, dijo Manzur en un documento que emitió pocas horas antes de que comenzara el acto en la ciudad balnearia.

 

Aunque algunos dirigentes del kirchnerismo trabajaron para tratar de acercar a las partes, el esfuerzo no dio frutos. Manzur y Alperovich se embarcaron en una pelea sin retorno que condujo al peronismo dividido a las urnas. El ex gobernador presentó su frente, Hacemos Tucumán, a mediados de marzo, y confirmó su candidatura en mayo. En la campaña, el gobernador se quedó con casi toda la estructura peronista y el apoyo de la mayoría de los intendentes. La excepción fue el de Alderetes, Sergio Venegas, el único que apoyó abiertamente a Alperovich.

 

 

 

La irrupción de la candidatura de Alberto Fernández en el peronismo le trajo buenos vientos a Manzur. El ex jefe de Gabinete mantiene una amistad de años con el gobernador, uno de los primeros en saludar la decisión de Cristina de nominarlo como candidato a presidente. El miércoles 5, cuatro días antes de las elecciones tucumanas, Fernández lo recibió en el Sanatorio Otamendi, donde estaba internado haciéndose unos estudios, e inclinó la balanza a su favor.

 

“Las tucumanas y los tucumanos saben que pueden contar conmigo. El domingo gana Tucumán y en unos meses vuelve a ganar toda la Argentina”, lo bendijo el candidato presidencial, que se prepara para viajar a la provincia de la independencia el domingo para celebrar con Manzur, en caso de que consiguiera la reelección, y para empezar a trabajar en la unidad con Alperovich antes del cierre nacional.

 

 

 

LA PELEA OPOSITORA. Elías de Pérez será la carta de la Casa Rosada para intentar destronar la hegemonía de los ahora rivales Manzur y Alperovich, al mando de la provincia sucesivamente desde 2003. Por su lugar en las encuestas, la senadora resultó finalmente la elegida para representar al oficialismo entre varios dirigentes que se habían anotado en la pelea, como el diputado José Cano, el ex ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay y el subsecretario de Interior de la Nación, Domingo Amaya.

 

Como varios representantes de Cambiemos en las provincias, durante la campaña la dirigente de la UCR marcó distancia del presidente Mauricio Macri, que parece un altísimo grado de impopularidad sobre todo en el norte del país. Según un estudio de la consultora Isonomía, en Tucumán el primer mandatario tiene una intención de voto del 12%.

 

“Nosotros no somos candidatos de Mauricio Macri. Yo soy candidata del pueblo de Tucumán. Nuestro espacio se llama Vamos Tucumán”, se despegó Elías de Pérez. El frente Vamos Tucumán es, en efecto, bastante más amplio que Cambiemos e incluye desde la UCR y el PRO hasta Libres del Sur, que a nivel nacional es opositor al Gobierno. En esa estructura plural, y en el peso que tiene la capital provincial, que gobierna Germán Alfaro, de Cambiemos, Elías confía para hacer una buena elección el domingo.  

 

 

 

Fue Patricia Bullrich la única funcionaria nacional a la que Elías de Pérez recibió en la provincia durante la campaña. La visita de la ministra fue acordada en particular por el tema que atañe a su cartera, que terminó siendo el principal tema de debate de los candidatos. "Con Silvia queremos generar una idea de cómo mejorar la seguridad en Tucumán. Nosotros, en todo el país, estamos logrando éxitos en la lucha contra el narcotráfico y otros delitos, como el de los motochorros, que Tucumán sufre fuertemente", explicó Bullrich.

 

La seguridad fue, precisamente, el tema estrella de la campaña tucumana y lo que generó también el protagonismo que tomó Bussi. La candidatura del concejal de la capital provincial, que promete “meterle bala a la delincuencia” y “reventar a todos” los que cometan ilícitos, creció de manera exponencial durante la campaña, según indican las encuestas.

 

Tanto en el entorno de Alperovich como en la mesa chica de Elías de Pérez acusan a Manzur de haber fogoneado la campaña de Bussi para restarles votos a los otros dos opositores. En particular, la senadora disputa gran parte del electorado con el hijo del represor Domingo Bussi. Pero también Alperovich se metió en la disputa y tomó el tema de la inseguridad como lanza para pegarle al gobernador.

 

 

 

LOS NÚMEROS. Tucumán es el sexto distrito electoral del país, con un total de 1.226.117 electores habilitados para votar. El 40% del padrón está concentrado en la capital provincial, que gobierna desde 2015 Alfaro. En San Miguel de Tucumán, Manzur se ilusiona con dar el batacazo y lograr el triunfo de la mano de su candidato, el presidente de Atlético Tucumán, Mario Leito.

 

Además de los cargos de gobernador y vice, en las elecciones del 9 de junio también se elegirán 49 legisladores provinciales en tres secciones electorales. La Legislatura tucumana se renueva por completo cada cuatro años.

 

Cristina Fernández de Kirchner, en el balcón del Instituto Patria.
Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires.

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