Sofocado el ruido interno en Cambiemos por la candidatura presidencial, Mauricio Macri se planta en busca de la reelección con una fórmula que ya ensayó en 2015: se pegará a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, para inaugurar obras o hacer recorridas por suelo bonaerense al menos una vez por semana. Además, en cada aparición pública, reforzará la fórmula preferida de Jaime Durán Barba: híper polarización con el kirchnerismo y con la gestión de Cristina Fernández de Kirchner en todos los frentes, desde la corrupción hasta la crisis política y humanitaria en Venezuela.
La Casa Rosada sepultó los debates y pulverizó los reclamos, también elevados desde el núcleo duro PRO, en torno a un paso al costado de Macri y la entronización de Vidal como garante del triunfo de Cambiemos en octubre. Como señaló Letra P, las últimas mediciones de las consultoras Isonomía y Synopsis evidenciaron un leve repunte del Presidente y mejoraron, al menos por el momento, los peores índices recientes. Sin embargo, esas mediciones siguen mostrando a Vidal como la candidata estrella que se impondría en un ballotage frente a CFK.
En la provincia de Buenos Aires, donde vota más del 37% del padrón, la gobernadora le saca diez puntos de ventaja al Presidente en intención de voto. Con ese índice en mano, en Balcarce 50 y en La Plata planean "por lo menos" una foto conjunta por semana para levantar el desempeño del mandatario en la provincia. La semana pasada, ambos compartieron la inauguración de las obras de modernización de la planta potabilizadora de ABSA en Punta Lara (Ensenada). Vidal bajó un mensaje contundente: "Entre el Presidente y yo, hay equipo", dijo. También, se subió al discurso oficial al confrontar con el kirchnerismo y marcar que “volver al pasado sería autodestruirnos”.
Vidal apuntalará el operativo repunte de Macri en el territorio bonaerense, donde Cristina se afirma y el macrismo cae debido a los resultados de su gestión económica. Habrá unidad y coordinación entre la Casa Rosada y la gobernación bonaerense para garantizar una foto por semana, así sea un corte de cintas o una recorrida barrial. Aún está en fase de negociación una visita conjunta al interior provincial, también esta semana.
Macri no es el único que busca mostrarse con Vidal tras la superación de la novela fallida del desdoblamiento; también lo hacen los candidatos a intendentes del oficialismo. Con todo, estos evitan activamente mostrarse con el Presidente.
Este martes, Macri y la gobernadora anunciaron la puesta en marcha del nuevo sistema de frenado automático para los ramales eléctricos del Ferrocarril Roca. Lo hicieron acompañados por familiares de víctimas de la tragedia de Once, que ocurrió en el Tren Sarmiento durante el segundo mandato de Cristina. En ese entonces, el macrismo salió a repudiar y denunciar la gestión del área del kirchnerismo, que años después vería comprometidos a sus responsables: por esa causa, en 2018 el ex ministro de Planificación Julio De Vido fue condenado a cinco años y ocho meses de prisión por administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública.
Durante el acto, Vidal enfatizó que, “si se hubiera invertido” en seguridad varios años atrás, “habríamos evitado las tragedias de Once, de Castelar, de Flores y tantas otras que tuvimos que lamentar”. La escuchaban María Luján Rey y Leonardo Menghini, madre y tío de Lucas; Héctor Zanotti, padre de Pablo, y Elisa Ojeda, tía de Carlos Garbuio, familiares de víctimas de la tragedia que se cobró la vida de 51 personas y dejó 789 heridos de distinta gravedad, según informó la Presidencia.
“Decía María Luján, cuando hablábamos, que ellos han estado muy detrás de todo esto porque han sufrido en carne propia lo que ha sido el mal ejercicio del poder, el mal uso de los recursos públicos, porque, habiendo hecho todo esto antes, ninguno de ellos habría pasado por la tragedia y por la pérdida que pasaron”, cerró Macri, alimentando la saga de declaraciones bajo la estrategia duranbarbista de la híper polarización.