El Gobierno confía en que la Unión Cívica Radical (UCR) ratificará su pertenencia a Cambiemos y en que el reclamo de “ampliar” la coalición, que también integran el PRO y la Coalición Cívica, quedará asentado por escrito pero no tendrá efecto inmediato. Mientras tanto, el jefe de Gabinete y de campaña, Marcos Peña, armó una suerte de mapa de todos los sectores internos del radicalismo, sus intereses y cómo podrían votar en la Convención Nacional de este lunes en Parque Norte.
El poroteo se divide en cuatro cuartos y abarca desde los más cercanos al PRO y a Mauricio Macri hasta quienes son reacios a mantener la alianza electoral actual y proponen romperla. Cada uno de los grupos cuenta con integrantes identificados, que tienen más o menos responsabilidad y peso en la reunión de la UCR que definirá la política que aplicará en las elecciones de este año.
Hay una primera división, según el cálculo del oficialismo. De los cuatro grupos, al menos tres están dispuestos a revalidar el acuerdo de Gualeguaychú de 2015 y caminar la campaña electoral junto al PRO y al partido de Elisa Carrió. Sin embargo, hay matices que hacen que el mapa de Peña cuente con subdivisiones dentro de este conglomerado de dirigentes que apoyaría la continuidad de Cambiemos.
El grupo más cercano a los planes de la Casa Rosada es el conocido como Radicales en Cambiemos, que propone mantener el statu quo y fortalecer la coalición gobernante con lo propio. Allí militan, siempre según el PRO, el ex senador Ernesto Sanz, el auditor Jesús Rodríguez y el diputado nacional Facundo Suárez Lastra.
En el Gobierno también hablan de una capa de radicales “institucionales”, que tienen cargos electivos o ejecutivos y que cuentan con una relación fluida con la Casa Rosada. Pese a eso, suelen lanzar críticas al Gobierno y, en los últimos días, se sumaron al pedido de “ampliar Cambiemos". Entre otros se ubican los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes); el jefe del interbloque de Cambiemos en Diputados, Mario Raúl Negri, y el diputado nacional José Cano.
También, están los “rebeldes” que le discuten mano a mano al PRO, que por estas horas sostienen que debe haber una interna para definir el candidato presidencial de Cambiemos y que hasta propusieron que los candidatos a cargos electivos puedan plegar su boleta a la de otros candidatos a cargos ejecutivos. Esta selección de “rebeldes” es la más variopinta y cuenta con miembros de la UCR que tienen más o menos relación con la Casa Rosada, pero todos coinciden en la necesidad de negociar de “igual a igual” con el macrismo. Defienden esa idea, cada uno desde su ángulo y con sus palabras, el presidente del partido y gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo; el histórico operador Enrique "Coti" Nosiglia y el propio diputado nacional Martín Lousteau, a quien buena parte del radicalismo quiere como candidato a presidente por Cambiemos. Allí también orbitan los porteños Emiliano Yacobitti, Guillermo de Maya (presidente de la UCR de la Ciudad), Juan Nosiglia y el cordobés Ramón Mestre, quien viene de protagonizar un duro cruce con la Casa Rosada en la previa de las elecciones en su provincia.
Por último, para el PRO hay un grupo menor de radicales “díscolos”. Su única diferencia con los “rebeldes”, según los cálculos de la Jefatura de Gabinete, es que en este grupo está decidida una ruptura total con el PRO y con Cambiemos. Integran el grupo el bonaerense Ricardo Alfonsín, que promete 100 votos en contra de Cambiemos; el vicepresidente de la UCR, Federico Storani, y nada más y nada menos que el presidente de la Convención Nacional, Jorge Sappia.