Plano Corto. Mariano Arcioni

Lobo solitario

Formado en el liceo militar, el chubutense hace un culto del personalismo en la toma de decisiones. Busca crecer como referente regional y tiene su lugar en el mapa nacional al lado de su amigo Massa.

Mariano Ezequiel Arcioni logró sobreponerse a un escándalo de corrupción que desarticuló la mesa chica del fallecido gobernador Mario Das Neves, la crisis económica que lo obligó a pagar por meses salarios desdoblados y enfrentar a los sindicatos. En el medio, sobrellevó el recorte de la Nación a las provincias en la búsqueda de aliados en la región. Por estos días, mientras Chubut busca reacomodarse a una crisis institucional, se suma la foto del peronismo soft en Alternativa Argentina del justicialismo ortodoxo. Amigo de Sergio Massa, de muy buena relación con Juan Manuel Urtubey, trabaja por la conformación de un frente similar en su provincia con dos intendentes de los cuatro municipios más importantes.

 

De vocación frentista, este escribano público de una reconocida familia de Comodoro Rivadavia, el corazón económico de Chubut, de formación militar, busca un mandato en un escenario complejo y objetivo: mantener el aporte a la oposición del presidente Mauricio Macri en una provincia estratégica.

 

LICEISTA. Arcioni adquirió su régimen metódico en el Liceo Militar General Roca de Comodoro Rivadavia, su ciudad. En ese lugar, que fundó Juan Domingo Perón a mediados de los 40, formó su carácter disciplinado. Al finalizar sus estudios en la institución castrense, viajó a Buenos Aires para estudiar Derecho en la Universidad de Belgrano; de ahí pasó por la Universidad del Salvador para lograr el título de escribano. En ese período de su vida, conoció a Massa y estrechó una amistad que se mantuvo en el tiempo y la volvió a demostrar en la vida política. De vuelta en el sur, todavía como simple observador de la cosa pública, trabajó en la escribanía con un atenuante: se convirtió en el primer notario de Chubut que accedió a la titularidad del Registro Nacional por concurso de idoneidad, a finales de los años 90.  

 

Su profesión le abrió una puerta al poder político, al que conoció muy bien. Desde sus oficinas en la avenida Hipólito Yrigoyen, de Comodoro, se relacionó con los más influyentes empresarios de la región, como el todopoderoso Cristóbal López o Lázaro Báez, estrellas del mundo privado en tiempos del kirchnerismo. “Antes de llegar a la función pública ejercía mi actividad privada como escribano y tuve de clientes a varias empresas. Independientemente de que uno ha interactuado con muchas personas, jamás lo hice en operaciones inmobiliarias como escribano del señor Báez”, debió aclarar en los días que presidía la Legislatura chubutense. Y agregó -por entonces- a FM Tiempo: “En lo único que intervine (con Báez) fueron en actas de constatación, en donde mantuve una relación natural y ordinaria con sus abogados y los gerentes de las empresas, como es natural y ocurre con tantos otros clientes de la escribanía”.

 

De esta forma, sus colegas fueron testigos de una maratónica exposición que tuvo su pico en 2014, cuando Das Neves lo convocó a formar parte de Chubut Somos Todos (ChuSoTo), el proyecto de matriz justicialista para recuperar la provincia y desplazar al entonces gobernador Martín Buzzi.

 

 

Cristóbal López el día que velaban a Das Neves, sentado a la cabeza de la sala de situaciones de Chubut.

 

 

Su buena imagen, y su familia tradicional de impronta radical, le alcanzaron al caudillo patagónico para incorporarlo como una figura contrapuesta al sector que conducía Buzzi, ligado a la vieja política de la localidad petrolera. Como punta de lanza, abrió (siempre reticente al dasnevismo) un camino que sirvió para el triunfo del 2015: fue la mejor forma de entrar en un electorado que siempre lo rechazó.

 

Dos años después, Arcioni se puso al frente de la campaña a diputado nacional mientras avanzaba la enfermedad del gobernador. “Hoy es la figura con más adhesión en Comodoro Rivadavia y va a ser nuestro representante en la lista a diputados nacionales”, decía Das Neves en sus últimos días de vida. Su definición justificaba el apoyo como compañero de fórmula y utilizarlo para un comicio clave que sirvió para ratificar al ChuSoTo. Según cuentan fuentes del partido, nunca se supo si Das Neves quería sacarlo de la línea sucesoria o no le tenía fe para terminar un mandato condicionado. Con la muerte de Das Neves, pese a imponerse en la elección de medio término, asumió el cargo vacante en medio de una compleja situación institucional.

 

Apenas tomó el mando, se enfrentó con el círculo íntimo del difunto gobernador. Hasta debió explicar la presencia de Cristóbal en la silla de la Casa de Gobierno, un escándalo judicial que golpeó al corazón de ChuSoTo y dejó en la cárcel a varios funcionarios. A fuerza de viajes y reuniones con funcionarios nacionales, sumado a la recomendación de los equipos técnicos expertos en finanzas que compartió su amigo Massa, encontró la luz al final del túnel en la economía doméstica.

 

 

 

SOLO. A Arcioni se lo denomina como un lobo solitario. Dedicado a la gestión, se mueve en soledad y apenas dialoga lo justo y necesario con los legisladores nacionales de Chubut. Algunos representantes de su espacio aducen a su forma de gestionar esa convicción: sólo los llama cuando es "absolutamente necesario", repiten a coro. Se dice entre diputados y senadores que habla con Rosario Rosa Muñoz, que defiende al ChuSoTo en la Cámara baja tras su asunción. “Hay que repasar cómo votan los senadores y diputados en el Congreso”, respondió a Letra P un legislador nacional de la provincia austral.

 

 

Massa y Arcioni: una amistad que nació en el ámbito privado y se mudó a la política.

 

 

Amante de las Harley Davidson, es un obsesivo con su cuidado personal. Siempre intenta tomarse un tiempo para realizar actividad física sin importar el día y horario. Lo mismo sucede a la hora de elegir su vestimenta, que selecciona minuciosamente para cada visita o acto. A pesar de destacar siempre, en público y privado, los valores que adquirió en el liceo militar, lejos está de mantener la tensión que caracterizó a Das Neves en sus tres períodos. Reconocido por hacer un culto de su vida privada, de la que poco se conoce más que algunas parejas del pasado, sí tiene trato con su círculo de confianza en asesores. Claudio Blanchart es quien escucha a diario al gobernador y dialoga de cada movimiento en la gestión.

 

Odiado por el justicialismo, al que se afilió a los 25 años, trabaja por un frente con los intendentes de Puerto Madryn, Ricardo Sastre; el de Trelew, Adrián Maderna, y abrió el juego a Rosana Artero, de Rawson, para ganar Chubut ante el peronismo K y Cambiemos, espacio que esperaba seducirlo. Por eso viajará el lunes al encuentro de Alternativa Federal, en Mar del Plata.

 

 

 

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