Apenas llegado de su visita a México, donde se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador y con importantes empresarios, Alberto Fernández recibe desde este viernes y hasta el domingo en Buenos Aires al Grupo de Puebla, el foro que reúne a 32 líderes progresistas de 12 países de América Latina. En medio de hombres y mujeres de la política que, en general, han detentado poder pero hoy son "sin tierra", su carácter de presidente electo lo perfila como su principal referencia.
"El Grupo de Puebla es un grupo que yo mismo impulsé mucho antes de ser candidato y que empezamos a trabajar con Marco Enríquez-Ominami", dijo Fernández en México. “No estamos hablando de generar una referencia ideológica que se enfrente a nadie. Simplemente se trata de un conjunto de dirigentes de toda América Latina, respetuosos de las institucionalidades y de la democracia", añadió en un intento de no irritar a Donald Trump.
La limitación que supone la relación con Estados Unidos, de la que depende, en buena medida, una negociación exitosa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con los acreedores privados, y la debilidad actual de la Argentina, algo estrechamente vinculado a lo anterior, son los frenos de mano que el presidente electo tendrá que desactivar si pretende valerse del foro para proyectarse a nivel regional.
Serán de la partida, además del anfitrión y del mencionado excandidato presidencial chileno, José Mujica, Dilma Rousseff, Fernando Lugo, Ernesto Samper y José Luis Rodríguez Zapatero. Todos ex. A ellos se sumarán, entre otros, el candidato presidencial del Frente Amplio uruguayo, Daniel Martínez; la titular del partido que gobierna México, Yeidckol Polevnsky, y el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, quien llegará en representación de un Evo Morales que pelea por una reelección que sigue en entredicho en medio de un grave conflicto social.
Reunidos en un hotel de Retiro, estos referentes insistirán en los ejes conocidos del Grupo de Puebla, que se reunió en julio por primera vez en esa ciudad de México, y repasarán su agenda: el rechazo a las políticas económicas de imperio irrestricto del mercado, oposición a los gobiernos de centroderecha preponderantes en la región y búsqueda de una tercera vía para lidiar con la crisis de Venezuela.
También sonará con fuerza el reclamo por la liberad de Luis Inácio Lula da Silva, algo que, si es enarbolado nuevamente con énfasis por Alberto Fernández, podría derivar en una nueva ronda de hostilidades del presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
Los “poblanos” se plantean como contracara del Grupo de Lima, nucleado en torno a Estados Unidos y las administraciones conservadoras de la región, y el propósito de este de aplicarle tolerancia cero al chavismo venezolano y la eyección del poder de Nicolás Maduro. Para ellos, la receta consiste en el rechazo a cualquier amenaza de intervención militar y una apuesta al diálogo, facilitado por la comunidad internacional, para avanzar hacia elecciones anticipadas y libres, con amplia participación de la oposición y reglas de juego transparentes.
Este viernes a las 20 se realizará la cena de bienvenida. El sábado a la mañana, Fernández dará el discurso inaugural y comenzarán las reuniones de trabajo, que se extenderán al día siguiente. El encuentro se cerrará el domingo a las 14 con una conferencia de prensa.