Justicia BA

Legisladores oficialistas dejaron a la intemperie al fiscal estrella de Carrió

Aprobaron el avance del juicio político contra el fiscal Garganta, el magistrado que procesó a Daniel Scioli. El voto dejó en evidencia la falta de comunicación interna del oficialismo.

Fue por unanimidad. Así se dio la votación para el avance del juicio político al fiscal Álvaro Garganta, quien procesó al ex gobernador bonaerense Daniel Scioli y parte de su Gabinete en base a una denuncia presentada por el la diputada nacional y líder de Cambiemos, Elisa Carrió. O simplemente “Lilita”, la que todas las semanas llama por teléfono al magistrado para conocer las novedades del expediente, un seguimiento personal, cuerpo a cuerpo. Sin condicionar, pero sí marcando la cancha para que sepan que ella en persona, está detrás de la denuncia.

 

En la presentación realizada el 23 de agosto, los denunciantes sostienen que el fiscal completó un álbum de irregularidades, que puso una persona tras las rejas durante más de seis meses y luego fue absuelto, sentencia que se encuentra firme.

 

La noticia se multiplicó de inmediato. Pero detrás del dictamen emerge un dato atronador. Diputados y senadores bonaerenses, de todos los espacios políticos, votaron para que se investigue a uno de los fiscales preferidos de Cambiemos.

 

En la lista de legisladores que estamparon su firma en el dictamen se anotan los diputados Ricardo Lissalde, Frente Renovador; Carlos Moreno, Unidad Ciudadana; Mauricio Vivani, Cambiemos; Sandra Paris, Cambiemos; Mario Giacobbe, Cambiemos y la lilista de paladar negro, Maricel Etchecoin Moro. En tanto los senadores oficialistas Walter Lanaro, Flavia Delmonte y Aldana Ahumada, junto al peronista Sergio Berni, también grabaron su rúbrica en el despacho. El documento legislativo fue cruzado trasversalmente por todo el arco político. Llamativo.

 

 

En la era de la pos verdad, época oscura en materia económica para “el mejor equipo de los últimos 50 años”, la batalla contra la corrupción es utilizada por Cambiemos como ariete de distracción mediática ante el avance del dólar, la inflación, precios y tarifazos. En ese marco, nadie tomó nota que incomodar al fiscal que indaga a la administración sciolista (causa que está a punto de tener requerimiento de juicio oral) pone en peligro toda la investigación.

 

En ese punto, las defensas de los funcionarios procesados ya tomaron nota del error no forzado que tuvo el oficialismo en la Legislatura bonaerense. Preparan una batería de medidas legales, pero dilatorias. El objetivo: esperar que el tiempo haga su trabajo. Dormir la causa, esa es la premisa de los letrados que asisten a Scioli, a su ex jefe de Gabinete Alberto Pérez, al ex ministro de Salud Alejandro Collia, al ex titular de ABSA Guillermo Scarcella y al ex titular de IOMA, Antonio Atilio La Scaleia.

 

 

 

El 3 de junio de 2016 Carrió presentó formalmente la denuncia ante la Fiscalía General de La Plata. El escrito fue remitido al fiscal Álvaro Garganta quien estaba en turno. Tras más de dos años, un tramo de la investigación se dio por terminada, tal como anticipó Letra P el pasado 5 de septiembre en exclusivo.

 

El “expediente” es inmenso. A tal punto que ocupa el segundo piso de un edificio en pleno centro de La Plata, ubicado a unos cien pasos de Gobernación, donde anida María Eugenia Vidal en sus ratos libres. Todo ese volumen de información y evidencias ya fue analizado por el fiscal. El posible apartamiento de su cargo (si avanza el juicio político) pondrá el reloj en cero y quien tome ese expediente, tendrá varios meses de intensa lectura, sin que se garantice cumplir con los plazos procesales que corren.

 

 

 

Las arterias comunicantes entre los tres poderes del Estado en la provincia de Buenos Aires, parecen obturadas. Es claro que el colesterol de la política diaria y la gestión no les deja espacios para el análisis. ¿Qué dirá Carrió cuando se entere que quieren desplazar a su fiscal estrella? ¿Habrá pasado la etapa en la que el Fiscal de Estado bonaerense Hernán Gómez planchaba la causa? ¿Se enojará con su legisladora Maricel Etchecoin Moro? ¿Es una puesta en escena para mostrarse “distintos”? Son algunos de los interrogantes que emergen en los pasillos de la política bonaerense, cuya máxima caja de resonancia es la ciudad de La Plata.

 

Garganta es uno de los funcionarios judiciales de mayor trayectoria en el Departamento Judicial de La Plata. Antes de ocupar ese cargo se desempeñó en la Suprema Corte bonaerense como Relator del juez Luis Genoud.

 

 

 

Los rumores en los pasillos judiciales sobre la conducta del fiscal siempre fueron moneda corriente, pero nunca se plasmaron en una denuncia oficial. Hasta que un ex procesado por cuádruple femicidio en La Plata y su madre, se animaron. Ese expediente rompió todos los relojes del tablero de la política.

 

El fiscal debe preocuparse. Y más si toma registro de la suerte que corren los ex magistrados César Melazo y Tomas Moran, hoy presos en una causa que promete ser “un escándalo de proporciones”, según la definición del procurador general y vidalista Julio Marcelo Conte Grand, quien, en una cadena nacional virtual, da indicaciones de cómo deben avanzar las investigaciones, inclusive, revelando detalles que las fiscales quieren mantener en reserva.

 

 

 

Los pactos no escritos de la política y el Poder Judicial implicaban, hasta la llegada de Cambiemos al poder bonaerense, que un magistrado “con ruido” renunciaba, se retiraba a su vida hogareña y recibía los beneficios sociales que por ley le corresponden: jubilación nutrida y obra social. Pero los expedientes Melazo y Moran muestran que ese acuerdo tácito parece no existir más. Todo es efímero. Hoy un juramento, mañana “una traición” en términos políticos.

 

No es descabellado pensar que existan algunos funcionarios o legisladores que prometen blindaje y luego entran todas las balas. El mapa del poder político judicial en la actualidad bonaerense lo domina Conte Grand, únicamente él. Es el jefe de los fiscales y sólo recibe instrucciones de su jefa política, la gobernadora Vidal. Cualquier otro interlocutor es un salto al vacío. Nadie está en condiciones de garantizar nada por fuera de estas dos figuras centras del tándem de palacetes ejecutivos y judicial.

 

 

 

De eso ya tomaron nota el ex fiscal Fernando Cartasegna y el actual fiscal de Casación, Carlos Altuve, quienes al inicio de la gestión de Conte Grand se mostraron como entusiastas del cambio, pero el tiempo dejó a Cartasegna afuera de la familia judicial y con pedidos de juicio oral en curso, mientras que Altuve aparece mencionado en escuchas telefónicas de la causa denominada “La banda del juez” y su despacho fue inspeccionado, del que se llvaron un libro con anotaciones.

 

En el año 1986 el mundo del rock se fascinaba con la aparición del segundo disco de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: Oktubre. Tal vez es tiempo de repasar esa obra. En Ya nadie va a escuchar tu remera, la voz lacerante del Indio Solari alertó a toda una generación que “esto es efímero ahora efímero. ¡Como corre el tiempo! Tic... tac efímero luces efímeras (pero te creo...)”. El problema es el final. El inconveniente es creer en lo efímero.

 

Las Más Leídas

También te puede interesar