“Está pasando”, dice el sócalo de TN. En la pantalla, el canal de noticias hace maratón informativa sobre la detención del vicepresidente durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, Amado Boudou y en el amplio despacho de un funcionario del gobierno de María Eugenia Vidal tres personas miran la pantalla y suspiran: “lo de los cuadernos fue fuerte, pero esto nos vino bien”. Boudou tapa Cambiemos. Es la primera ecuación que hace el círculo de poder de la mandataria provincial que atravesó sus peores semanas de imagen y gestión.
La irrupción de los ocho cuadernos presuntamente escritos en puño y letra por Oscar Centeno, el chofer del ex número de dos de Julio De Vido, Roberto Baratta, detallando milimétricamente el movimiento de bolsos con dinero presumiblemente en pago de coimas vinculado a la obra pública durante la primera presidencia de CFK caló en la opinión pública y le trajo margen al espacio de Vidal en territorio bonaerense para surcar distancia de las denuncias que ya investiga la justicia, por aportantes falsos en las campañas electorales de Cambiemos en 2015 y 2017. Pero lo de Boudou este miércoles fue un bonus track.
Cuando Vidal no pudo escaparle más a la situación, que además saltó de la esfera twittera y el microclima para llegar hasta puntos impensados del interior bonaerense, la gobernadora tuvo que responder en conferencia de prensa. Dijo que había iniciado una auditoría interna y que le había pedido la renuncia a la flamante Contadora general de la provincia, Fernanda Inza, que en ese momento hacía un día que había asumido por decisión de la misma Vidal. Inza es la tesorera del PRO en la provincia de Buenos Aires y había sido alcanzada por la denuncia penal al igual que Vidal, y el jefe de Gabinete, Federico Salvai y los intendentes de Lanús, Néstor Grindetti y Vicente López, Jorge Macri.
La explosión de una garrafa zeppelin en la escuela 49 de Moreno que produjo la muerte de la vicedirectora, Sandra Calamano y el portero, Rubén Rodríguez fue letal. Destapó una situación que los gremios docentes habían alertado pero que Cambiemos de alguna u otra manera controlaba. Pero la tragedia justo se dio en Moreno, donde el gobierno bonaerense tenía intervenido el Consejo Escolar y el cuidado del establecimiento era responsabilidad de ese organismo.
Entonces la aparición de los cuadernos fue aire para Vidal, que se mantuvo en silencio. Lo único que había hecho la gobernadora fue publicar en su cuenta de twitter: “Para todos los bonaerenses, y también para mí, estos días son de duelo por el fallecimiento de Sandra y Rubén en la Escuela 49 de Moreno. Por respeto al duelo de las familias y de las víctimas, y para evitar la utilización político que veo en ciertos sectores sobre esta tragedia, me mantengo en silencio hoy, pero vamos a aclarar como siempre, todo lo necesario”. Y nada más.
El director de Cultura y Educación de la provincia, Gabriel Sánchez Zinny, dio una entrevista a Radio Con Vos en la que dijo que esperaba que la Justicia investigue lo sucedido y daba las condolencias a las familias de las víctimas y toda la comunidad educativa. La oposición pidió su remoción.
El fallo contra el ex vicepresidente ordenada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 4 que dictó cinco años y 10 meses de prisión inmediata para Boudou, al considerarlo responsable de los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles en el marco de la quiebra de la empresa Ciccone, alivió al entorno de la gobernadora.
Hay otra lectura del hecho y su impacto en la oposición. La detención de Boudou dificulta la trabajosa y compleja "unidad peronista". Creen que, en la provincia de Buenos Aires, un sector del peronismo tomará distancia del kirchnerismo que aún defiende a la ex presidenta. Este jueves hubo una conferencia de prensa para pedir la remoción de Sánchez Zinny del gabinete bonaerense en la que solo participaron los bloques de Unidad Ciudadana.