Por segunda vez en el año, el gremio de Camioneros anunció la ruptura con la conducción de la CGT y abrió un escenario de incertidumbre en una semana clave para la principal de central obrera del país. La salida se concretó durante la tarde de este lunes, apenas iniciada la primera reunión del Consejo Directivo sindical posterior a la multimillonaria multa que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, le aplicó al sindicato que conduce Pablo Moyano.
"Vengo a informar oficialmente que el sindicato de Camioneros renuncia a la secretaría gremial y se retira del Consejo Directivo", anunció Omar "Manguera" Pérez, secretario de la Federación de Camioneros, apenas iniciada la reunión de cúpula, replicando así la decisión que en marzo tomó Moyano hijo.
"Esta central no acompañó a nuestro sindicato cuando sufrimos el ataque de Triaca", dijo Pérez en referencia a la multa de 810 millones de pesos por la supuesta ruptura de una conciliación obligatoria y aseguró que "hemos encontrado más acompañamiento y solidaridad en la CTA que en nuestra organización".
Dicho esto, el dirigente camionero se levantó, junto a Huguito Moyano y Sergio Sánchez del gremio de Peajes, para salir del camión y fue cruzado por Omar Maturano que lo increpó a los gritos. "Antes de irte escuchá lo que tenemos para decirte", le espetó el líder de La Fraternidad, que le recordó que "en los 90 cuando nosotros teníamos 14.000 afiliados no los vimos a ustedes solidárizandose". "Lo que pasa es que ustedes quieren imponer una posición que acá no se aprueba, por eso se van", le gritó Maturano que fue respondido por Pérez con una invitación: "Resolvamos el tema afuera".
La retirada del moyanismo calentó el debate entre los principales jefes sindicales entre los que se cuentan quienes opinan que Camioneros quiere imponer un sesgo político que no es acompañado por la mayoría de los sindicatos confederados. Según esta visión, Moyano trabaja por una central al servicio de un proyecto que políticamente conduciría Cristina Fernández de Kirchner, con quien se reconcilió hace apenas unas semanas después de años de distanciamiento.
Otros en cambio, buscan acercar posiciones considerando que una ruptura de la central sólo favorecería al Gobierno.
Lo cierto es que en el cónclave de la calle Azopardo brillaron por su ausencia muchos secretarios generales que fueron reemplazados por segunda líneas, lo que generó cierta preocupación de cara al plenario de secretarios generales que va a sesionar el miércoles en la sede del gremio de maquinistas. La escases de dirigentes estuvo precedida por el anuncio del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), el núcleo que conduce el taxista Omar Viviani y que agrupa a una veintena de gremios, que anticipó que no va acudir a la cita del miércoles.
La apuesta del triunvirato es anunciar un nuevo paro general para la segunda quincena de septiembre y revitalizarse frente al reclamo de una importante cantidad de gremios, que exigen la renovación de la cúpula que estaba prevista para este 29 de agosto.
Justamente esa es la fecha que los principales gremios opositores acordaron para reunirse nuevamente en la sede de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). La Corriente Federal de los Trabajadores y los gremios alineados con el moyanismo ya realizaron cuatro encuentros en la calle Lezica para medir fuerza y forzar una salida de la conducción integrada por Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña. Consiguieron agrupar unos 50 gremios, que se espera que este martes definan si participan o no del plenario del 29. Para este cónclave esperan la presencia, además, del titular del Sindicato de Mecánicos (SMATA), Ricardo Pignanelli, y del propio Hugo Moyano. El movimiento dado ahora por Camioneros augura un faltazo general que debilitaría al triunvirato porque entre el Lezica y el MASA sumarían la ausencia de la mitad de los gremios activos de CGT.
Sin embargo, la decisión todavía no está tomada. Hay sectores dentro de la Corriente Federal que pugnan por concurrir a la reunión para que los dirigentes "escuchen de primera mano lo que pensamos muchos gremios", pero otros creen que una ausencia generalizada sería un golpe de efecto mayor.