Los recortes del Gobierno nacional generaron un conflicto entre gobernadores y vicegobernadores de la Patagonia. Antes del decreto que barrió las asignaciones para las zonas más postergadas del país, se intentó crear un bloque regional para negociar en la Casa Rosada, pero, por la presión de funcionarios del presidente Mauricio Macri, el intento del gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, sufrió un desaire al instante. Con la indiferencia de Omar Gutiérrez (Neuquén) y Alberto Weretilneck (Río Negro), encontró en dos vicegobernadores, con los que mantiene contacto permanente, el respaldo para no diluir el espíritu del reclamo que llegó a la Justicia.
Mientras Arcioni reclamaba unión, los presidentes de las Legislaturas de Río Negro y Neuquén, Pedro Pesatti y Rolando Figueroa, fueron los únicos que salieron a responder el llamado. “Nada se puede lograr con individualismos y mucho menos en estos lugares, remotos para algunos y casi inexistentes para otros”, dijo el gobernador, ex compañero de fórmula del fallecido Mario Das Neves por Chubut Somos Todos (CHuSoTo), en referencia a Gutiérrez.
El neuquino, uno de los cercanos a Cambiemos -antes de recibir al ministro de Energía, Javier Iguacel- desestimó la liga patagónica: "No sirve de nada ladrarle a la luna”. Igual, este lunes se acopló a la crítica. "Es una medida no federal, centralista y que pretende concentrar el desarrollo económico y social en otros lugares”, admitió. Y agregó: “La zona desfavorable no es un privilegio, no es un beneficio para quienes habitamos y construimos el destino de la Patagonia, de un país y una república federal. No hay equidad en la disminución de la zona desfavorable en las asignaciones familiares de los trabajadores de la Patagonia. Hay que nivelar hacia arriba, no hacia abajo”.
RESPUESTA. El que primero contestó, ante el desplante de Gutiérrez, fue Figueroa. Decidido a competir por la gobernación, hoy afuera de la conducción del Movimiento Popular Neuquino (MPN), el vice neuquino se transformó en uno de los dirigentes críticos a la Casa Rosada, mientras el gobernador se posiciona dentro del sector dialoguista. “Son centralistas”, advirtió Figueroa sobre el cambio de asignaciones. Actualmente, a un año de las elecciones, deberá sobreponerse a la estructura emepeísta que cerró filas para la campaña 2019.
En Río Negro, la situación es similar. Pesatti, que no desiste en su campaña e intenta sobrevivir a la presión del gabinete albertista, se diferenció de Weretilneck al ratificar que para Cambiemos “el sur no existe”. Este domingo, en una entrevista con el diario Río Negro, el medio que eligió para expresarse en el último tiempo, Weretilneck apuntó al viedmense porque “su fanatismo por (la ex presidenta) Cristina (Fernández de Kirchner) es mayor a todo el resto” de las bases que tiene Juntos Somos Río Negro (JSRN), un partido de ideas netamente provincialistas.
“Cada vez que recuerdo la promesa de Macri de lograr 'pobreza cero' y lo comparo con lo que está haciendo, más me convenzo de que estamos gobernados por cínicos”, redactó Pesatti en su cuenta de Twitter al recordar el lanzamiento del Proyecto Patagonia al que denominó “Plan Tijeras”, del Fondo Monetario Internacional.
Esta ebullición interna en ambas provincias tiene un precedente. Como informó Letra P, Arcioni reconoció el trabajo en bloque cuando presidía el Poder legislativo en Chubut y participó -la primera vez como anfitrión- del Parlamento Patagónico, el modelo que se basó para convocar a sus pares. Hoy, ante el rechazo de los gobernadores Weretilneck y Gutiérrez, analiza convocar a una cumbre en poco tiempo. Mientras, un diputado rionegrino del Frente para la Victoria (FpV) ya reclamó por la convocatoria que reúne a legisladores patagónicos.