La eyección forzada de Federico Sturzenegger al frente del Banco Central y su reemplazo por Luis “Toto” Caputo adelantó los cambios que el presidente Mauricio Macri tenía previstos para su gabinete. Así como este jueves por la tarde mantuvo reuniones en Olivos para pedirle la renuncia a “Sturze”, este viernes se mantuvo recluido en la residencia presidencial con sus colaboradores más cercanos para analizar los enroques del elenco ministerial que lo rodea, con una agenda que podría extenderse todo el fin de semana.
“Pueden concretarse algunos cambios en los próximos días: donde el Presidente detecte que hay cuestiones que no funcionan u objetivos que no se cumplan, avanzará con cambios. No sólo dentro del gabinete, sino también en organismos descentralizados”, detalló a Letra P uno de los funcionarios que pasó el viernes en Olivos, en reuniones que encabezó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, con el secretario General de la Presidencia, Fernando De Andreis, y parte de los funcionarios que reportan al ministro coordinador, como los vicejefes de Gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. De las citas también habría participado el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, pero en su entorno no confirmaron ni desmintieron la versión.
EL GABINETE DEL FONDO. La mención a cambios en “organismos descentralizados” incluye posibles nombramientos al frente de la ANSeS, la estatal petrolera YPF y en las empresas públicas, dentro de un esquema de cambios que busca adecuar el organigrama del Poder Ejecutivo al ciclo económico que, cerca del Presidente, aseguran que comenzará con la formalización del endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), prevista para el próximo miércoles 20; y la llegada a Buenos Aires de la primera cuota del crédito stand by de 50.000 millones. Será de 15.000 millones de billetes verdes y podría ingresar al tesoro del Banco Central entre el viernes 22 y el miércoles 27.
Este miércoles, fue firmada la carta de intención del endeudamiento, que incluye venta de bienes públicos, la liquidación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS y la enajenación de otros organismos, una serie de cambios que, según reconocen en la Casa Rosada, “implicará un elenco ministerial posiblemente más reducido”.
Respecto a los posibles cambios, en Balcarce 50 confirmaron que “tanto Peña como Quintana y Lopetegui son los funcionarios más cercanos y más confirmados por el Presidente”, aunque la versión buscó disipar la creciente ola de cuestionamientos, incluso de la City porteña, contra el ministro coordinador y sus dos vicejefes, que tienen incidencia directa en el diseño del gabinete como en materia macroeconómica.
LA INTERNA INTERMINABLE. “Hubo críticas y momentos difíciles para Quintana, pero es uno de los ganadores de la pulseada con el Banco Central desde que Macri le pidió la renuncia a Sturzenegger”, deslizó un “peñista”, que consideró el nombramiento en comisión de Caputo a la entidad monetaria como otra confirmación de esa presunta “victoria”, en medio del tembladeral cambiario que atraviesa a la administración de Cambiemos luego de obtener el endeudamiento más alto de la historia nacional. Los nuevos elogios para Quintana contrastan con las versiones que retumbaron en Balcarce 50 desde que arrancó la primera corrida cambiaria, posterior al fin de semana largo del 1° de Mayo, donde la jefatura de Gabinete perdió poder en el control del equipo económico y en la política monetaria. Eso generó un vuelco a favor de Sturzenegger, que sólo duró 40 días, hasta que Macri le pidió la renuncia.
En Balcarce 50 pronostican que la inestabilidad “podría continuar” en los próximos días y que “Toto” estará concentrado en el próximo vencimiento de Letras del Banco Central (Lebac) del martes que viene, por 524 mil millones de pesos. Luego del próximo “supermartes”, vendrá la agenda prevista con el FMI hasta que llegue el primer desembolso del endeudamiento pactado.
“Ahora la presidencia del Banco Central es una verdadera silla eléctrica y fue acertado designar a Caputo en ese lugar, porque implica una señal de confianza para los mercados, que conoce a los jugadores y supera el perfil teórico de Sturzenegger, que, cómo mínimo, tuvo mala praxis o tomó malas decisiones”, explicó otro visitante de Olivos, que ante las consultas de este medio se encargó de relativizar las citas de este viernes. “Todos los miércoles y viernes parte del equipo se traslada a la residencia presidencial y hoy pasó lo mismo”, retrucó el funcionario, con el mismo tono que utilizó la diputada nacional, Elisa Carrió, para “desdramatizar” la reunión que mantuvo este viernes con el Presidente.
“El encuentro estaba previsto desde hace dos semanas para hablar sobre la necesidad de que la competitividad nacional tenga que ver con la cuestión productiva y no por un tema cambiario”, contestó a Letra P un vocero de la chaqueña, socia menor de Cambiemos. “Estas reuniones son con Peña y con Quintana, pero ahora fue con el Presidente”, sostuvo la fuente.
LILITA DIXIT. Poco después de las 19, Carrió salió de Olivos y ofreció breves declaraciones a la prensa. "Estoy al lado de Macri, sobre todo en crisis", disparó la mujer. Con sus palabras confirmó que el Gobierno atraviesa un proceso crítico, aunque sus voceros digan lo contrario, y luego disipó los rumores que ella deslizó el jueves, cuando amenazó con "romper" Cambiemos cuando la Cámara de Diputados se preparaba para darle media sanción al proyecto de despenalización del aborto.
La diputada insistió sobre el contenido de la cita con Macri y dijo que está "trabajando en un esquema de pymes exportadoras", pero después habló sobre la última sesión en Diputados. Antes de entrar a Olivos, señaló por twitter que era un "dolor en el alma demasiado grande" ver a sus colegas de bancada votando a favor del proyecto, y a la salida aclaró que “no era un enojo con la votación, sino con el presidente de la Cámara (Emilio Monzó) que no me daba la palabra y no me la da hace dos años", disparó la jefa de la Coalicíón Cívica, en un momento donde el Ejecutivo se apresura, al calor de la crisis, por lanzar señales políticas para reconstruir la esquiva confianza de los mercados.