Finalmente, el Congreso del Partido Justicialista (PJ) de la Ciudad dio marcha atrás y le devolvió al Consejo partidario la decisión de fijar una nueva fecha para para elegir al sucesor de Víctor Santa María. El movimiento se sostiene en el convencimiento de que tanto la fecha como la agenda de temas a abordar tienen que ser acompañados por el conjunto de las tribus internas del partido.
El acuerdo sellado este miércoles en la reunión del PJ porteño, que sesionó en la sede del sindicato de empleados de edificios de San Telmo, excluyó el cambio hacia un mecanismo indirecto para elegir autoridades de los puntos a modificar en la Carta Orgánica partidaria, pero incorporó un elemento rupturista para la tradición peronista: la paridad de género.
Pese a los acuerdos entre los sectores más importantes del peronismo local, el proyecto para que la cúpula partidaria surja de entre los congresales elegidos en las comunas y no del voto directo de los afiliados no prosperó. Más por una noticia de último momento que por la polémica que provocó la iniciativa adentro de la fuerza.
El martes a última hora, se supo que Guillermo Moreno recurrió a la Justicia para impugnar el primer punto de la convocatoria del Congreso. Según el ex secretario de Comercio, la falta de un ámbito formal de debate sobre los cambios en la Carta Orgánica, y la nueva forma de elección propuesta, atentaban contra los intereses de los afiliados y de su sector. Sin esperar a una resolución judicial y apremiados por el anuncio del interventor del Partido Justicialista, Luis Barrionuevo, de su intención de "normalizar" los PJ provinciales, todos los sectores del peronismo metropolitano acordaron este miércoles suprimir ese cambio.
Por el contrario, sí hubo fumata blanca para aprobar por unanimidad la paridad de género para todos los cargos electivos de la fuerza, una iniciativa presentada por la legisladora porteña y dirigente de Nuevo Espacio de Participación, María Rosa Muiños.
En julio de 2016, el Congreso partidario porteño resolvió prorrogarle a Santa María su presidencia al frente de la fuerza para esperar que se aquietaran las aguas del peronismo, sacudidas por la derrota sufrida en octubre de 2015. Ahora, bajo una amenaza cierta de intervención, se aceleraron los tiempos y las gestiones para ordenar los papeles.
Fuentes partidarias mencionaron que el hecho de que no se haya tratado el cambio en la forma de elección no es una señal de que no se vaya a aborda en el futuro. Al mismo tiempo que postergaron la convocatoria a elecciones, prevista inicialmente para el 12 agosto, se definió abrir una ronda de discusión con el objetivo de que participen todos los espacios internos en esa discusión.
Aprobada la convocatoria a un nuevo Consejo metropolitano que definirá la nueva fecha de elecciones, se abrió la pelea sobre quién o quiénes van a presidir la fuerza.
Durante los últimos días circuló la versión de un acuerdo entre los principales sectores del partido que comprendería una alternancia al frente del partido que represente la diversidad de expresiones internas. Según este esquema, los legisladores Mariano Recalde (La Cámpora) y Muiños (NEP) se turnarían para ocupar la presidencia del PJ. Esta posibilidad es rechazada por los sectores gremiales encabezados por UPCN que, de la mano de su principal dirigente porteño, Fernando Barrera, vienen apostando a un acercamiento con el peronismo ligado al Frente Renovador. Esta semana, Barrera y Marco Lavagna formalizaron el acuerdo político con un acto en Excursionistas, donde dijeron presente dirigentes de primera y segunda línea de los gremios de judiciales, del juego y de la AFIP.
Este miércoles en San Telmo también se escuchó como otra salida posible replicar a nivel local un Consejo de Acción Política, a imagen y semejanza del creado por el PJ bonaerense. Institucionalizado o de manera informal, este órgano contaría con la participación de todos los sectores internos, lo que permitiría implementar una conducción política colegiada, más allá de las autoridades elegidas.