Luego de cinco días de movilización desde los puntos más lejanos del interior del país, la Marcha Federal llegó este viernes por la tarde a la Plaza de Mayo y concluyó con un llamado de unidad para las fuerzas opositoras a Cambiemos, con el fin de presionar a la Confederación General del Trabajo (CGT) para la realización de un paro nacional que concentre a trabajadores asalariados, desocupados y organizaciones sociales de todo el país.
La convocatoria, según los organizadores, reunió a más de 500 mil personas, pero fue el marco político que concentró a organizaciones piqueteras y sindicales cuyos principales dirigentes se comprometieron a consensuar una fecha única de huelga a partir de la semana que viene, para realizar un paro “durante junio”. La ausencia de público suelto, de a pie, y la masiva presencia de militantes de las organizaciones confirmaron que esta Marcha Federal no amplió su mosaico de alianzas a nuevos sectores de las clases medias urbanas, pero también que el armado político que la originó se encamina a torcer el brazo de los sectores dialoguistas con el Gobierno con la búsqueda consensuada de un paro nacional, a la espera de una definición de la CGT.
A la presencia de sindicatos estatales y docentes, como ATE y SUTEBA, que son pilares de las dos CTA, se sumaron distintos dirigentes de la central obrera de la calle Azopardo. Los más notorios, que llegaron sin las columnas de sus sindicatos, fueron dos de los miembros del triunvirato unificado: Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y Héctor Daer (Sanidad). “El jueves nos reuniremos con el Consejo Directivo y va a haber paro general de la CGT, coordinando con las distintas expresiones populares y sindicales a la brevedad”, sostuvo Schmid para lanzar la señal que luego buscaron retomar distintos oradores del acto.
El Sindicato de Camioneros, que conduce el secretario de Interior de la CGT, Pablo Moyano, fue el único gremio que llegó con una amplia columna de su gremio, aunque también se dejaron ver los integrantes de la Asociación Bancaria, encabezados por su secretario general, Sergio Palazzo. "Los gremios estamos reclamando que la CGT acompañe la decisión de un paro nacional para reclamar que el Gobierno cambie su política, que mire a los que menos tienen, que deje de mirar el horizonte de los más ricos", dijo el bancario desde el palco, para confirmar la presión sobre el sector dialoguista del cegetismo. Palazzo lo hizo también como principal referente de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT), un sector disidente de la conducción cegetista que también busca la unificación de las dos CTA (conducidas por Pablo Micheli y Hugo Yasky) y su integración a la CGT.
Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA, uno de los gremios más importantes de la CTA que encabeza Yasky, aportó la otra parte. "La dos CTA resolvimos para la semana que viene un paro general de actividad, pero tenemos que hacerlo con todas las organizaciones, un paro donde nadie vaya a trabajar", aseguró el sindicalista, en referencia a una medida de fuerza prevista para el 8 de junio, dentro de un mensaje unificado de las dos centrales combativas, que hace algunos años atrás resultaba impensable.
“Somos pacientes, pero no somos mansos. Ya sabemos que se puede romper el cerco del 15% que le impuso el Gobierno a las paritarias, como lo hicieron los aceiteros o los bancarios”, remarcó Juan Carlos Alderete, histórico dirigente de la Corriente Clasista Combativa, una de las organizaciones piqueteras con mayor presencia en la movilización. “Necesitamos el paro nacional urgente para pararle la mano al Gobierno. Estos cinco días de marcha por todo el país nos han hermanado”, bramó el referente piquetero y militante maoísta.
Por Barrios de Pie, la palabra estuvo a cargo de Daniel Menéndez, que también se sumó al planteo de consensuar un paro nacional: "No es momento para cobardes, hay que pagar el precio de defender al pueblo y, si es necesario, convocar a un paro nacional activo con cortes de ruta por todo el país". El titular de ATE, Hugo "Cachorro" Godoy, fue en el mismo sentido y reclamó voluntades para concretar un "gran paro nacional con movilización en todo el país”.
“Los reclamos de los movimientos sociales llegamos con la Marcha Federal a la Plaza de Mayo para rechazar el veto de Macri a la ley contra el tarifazo, para repudiar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y exigir respuesta a la situación de emergencia económica que vivimos los trabajadores y las trabajadoras de la economía popular. El Presidente quiere que ahorremos con lamparitas LED, pero no nos dio tips de cómo llegar a fin de mes con un salario por debajo de la linea de la pobreza", dijo Dina Sánchez, del Frente Popular Darío Santillán.
“En la Quiaca sabíamos que el Gobierno iba a vetar la ley que buscaba frenar el tarifazo y desde entonces no paramos de sumar gente en cada lugar por donde marchamos”, dijo Esteban “Gringo” Castro, uno de los referentes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que integra la CGT desde la conformación del triunvirato unificado, que envió a dos de sus tres caciques a la Marcha Federal.
“Y tengo un mensaje para (el ministro de Finanzas, Luis) Caputo, que dice que tiene la plata afuera. Nosotros ya logramos sacarle al Gobierno 25 millones de dólares para las cooperativas, pero vos Caputo, si tenés 400 millones de dólares en el exterior y no sabés dónde ponerlos, nosotros sabemos dónde invertirlo”, dijo Castro, rodeado por unos cincuenta dirigentes sociales y sindicales, donde se podía advertir al secretario general de los Metrodelegados, Norberto “Beto” Pianelli ; la titular de CORREPI, María del Carmen Verdú; el referente de “La Poderosa” Nacho Levy, el ex titular de la CTA, Victor De Gennaro; el ex premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas. También estuvo presente el brasileño Raúl Pont, dirigente del Partido de los Trabajadores, en representación del ex presidente Luis Inacio “Lula” Da Silva.