El malestar y la oposición sindical por la creación de la Universidad de Formación Docente rebalsó este viernes cuando el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta recibió una carta en la que el gremio mayoritario de educadores reclamó la disolución del proyecto de ley que se debate en la Legislatura porteña.
La misiva fue presentada por la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) en las oficinas del Ministerio de Educación capitalino durante el encuentro convocado por el Gobierno para “conversar” sobre la UniCABA.
La ley fue presentada en la Legislatura porteña a fines del 2017, pero recién comenzó a debatirse en marzo de 2018 en el marco de la Comisión de Educación del Parlamento. El Gobierno porteño adelantó que “abrirá” el debate y buscará una sanción consensuada, pero los sindicatos docentes denuncian que el Ejecutivo eliminará los 29 profesorados.
Buena parte del universo gremial local avala la creación de una universidad de formación, pero pide detalles sobre el futuro de los actuales centros de formación. En el entorno de la ministra de Educación, Soledad Acuña, niegan esa versión.
La incertidumbre en torno al futuro de los profesorados generó una disputa con la Iglesia, que alzó la voz a fines del año pasado para plantarse en contra de la iniciativa. En tanto, Rodríguez Larreta sostuvo, en diálogo con Letra P, que espera sugerencias por parte de la comunidad educativa.
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La tensión entre docentes y Gobierno sigue en ascenso y parte de los 17 gremios porteños estudia convocar a un nuevo paro educativo para fines de abril. Para Rodríguez Larreta la Universidad de Formación Docente es “un capítulo” dentro del programa de reforma educativa que presentó en 2017 y que incluye, también, avanzar con el plan Secundaria del Futuro, que modifica el último año de la secundaria para que alumnos hagan prácticas profesionales en empresas privadas.
El Gobierno porteño atraviesa hace meses una crisis en su relación con los docentes locales. La reforma educativa y la Universidad Docente complejizaron ese vínculo, en el marco, además, de una paritaria caliente que cerró al 15%, pero que los gremios con mayor cantidad de afiliados aún rechaza y pide reapertura.