El año de la reelección

Operación ablande: Sica negocia con la CGT una reforma laboral por goteo

Con la reactivación de la Secretaría de Trabajo como piedra angular, el Gobierno apuesta a consensuar un proyecto soft en el Congreso y cambios en los convenios colectivos.

En medio de una fenomenal crisis en el empleo, que se tradujo en la pérdida de más de 120.000 puestos de trabajo formales el último año, el oficialismo define por estas horas cuál va a ser la estrategia para cumplir con el plan económico acordado con el FMI y, al mismo tiempo, no agitar las aguas del sindicalismo en pleno año electoral.

 

El primer objetivo del plan es reactivar la Secretaría de Trabajo, virtualmente paralizada desde que Dante Sica fue designado al frente del Ministerio de Producción, que absorvió la cartera que tuvo al frente a Jorge Triaca durante los últimos tres años. El desembarco de Lucas Fernández Aparicio, anticipada por Letra P el pasado 9 de diciembre, es un movimiento fundamental impulsado por el propio Sica para retomar la relación con los sindicatos, deteriorada durante la gestión Triaca.

 

Si bien el paso de Aparicio por el Ministerio de Transporte abrió especulaciones sobre una virtual intervención de Guillermo Dietrich en la cartera productiva, lo cierto es que el ex sindicalista reemplazará a Horacio Pitrau en la Secretaría de Trabajo, por debajo y bajo control de Sica.

 

"Nosotros no creemos que se haya degradado la cartera laboral; al contrario, se la jerarquizó integrándola con Producción. Esto no es un detalle, es un tema central que nos permite trabajar de manera integral", dicen fuentes cercanas al flamante secretario, que antes de la Navidad se instaló en el edificio de la calle Leando N. Alem.

 

 

Las mesas sectoriales con las que pretenden suplir las discusiones con un movimiento obrero fragmentado ya tuvieron su ensayo el último miércoles del año cuando empresarios metalúrgicos y metalmecánicos coincidieron en la sede laboral con el titular de la UOM, Antonio Caló, y dirigentes de la Asociación de Supervisores Mineros, Metalúrgicos y Mecánicos.

 

La intención es que éstos sean los ámbitos para discutir los aumentos salariales y las condiciones de trabajo y no las tradicionales mesas en la que los protagonistas son los principales dirigentes de la CGT. La segmentación de la negociación quedaría condicionada a la realidad de los sectores donde primarían las metas de productividad antes que las pautas de inflación. 

 

Esta estrategia se combinaría con una reforma laboral "blanda" que no incluiría los puntos más conflictivos y rechazados en todas las instancias posibles por la CGT y negada por el FMI como una demanda propia.

 

"Tenemos el desafío de discutir un nuevo marco laboral", dijo en los últimos días Sica, en una respuesta velada al reclamo de un aumento del salario mínimo lanzado por CGT, y anticipó que su intención, antes que hacer un gran paquete de leyes, es reactivar algunos proyectos que duermen en el Congreso o que se pondrán en discusión en mesas tripartitas.

 

 

 

Entre las primeras está la ley de blanqueo laboral, frenada en el Senado por el bloque peronista por pedido de la central obrera. Entre las segundas, la intención de bajar costos laboralares a través de la eliminación de retribuciones extrasalariales, como descuentos por inasistencias y litigiosidad por accidentes de trabajo, entre otras.

 

"Muchos convenios tienen más de tres décadas y no se actualizaron con los cambios tecnológicos", dicen en el Ministerio de Producción.

"Hay excesos de regulaciones y penalizaciones contra las empresas", dijo Sica, pero aseguró que el proyecto oficial no incluye la modificación del cálculo de las indeminzaciones ni cambios en las modalidades de contratación.

 

Antes que un cambio de legislación general en materia de contrataciones, esperan discutirlo en el marco de las modificaciones en los convenios colectivos de trabajo. "Muchos de ellos tienen más de tres décadas y no se actualizaron con los cambios tecnológicos", apuntan fuentes de Producción, como ya consiguieron en algunos gremios. Los dos ejemplos que mencionan como exitosos son el de los petroleros de Vaca Muerta y el de los trabajadores de los puertos de Buenos Aires, Bahía Blanca y Quequén.  

 

Estos cambios van a requerir un trabajo quirúrgico sobre el mundo sindical y es ahí donde se espera que juegue Aparicio. Con bajo perfil y conocedor del juego sindical cosechado en su militancia en UPCN, el funcionario no tiene en agenda una reunión oficial con la CGT. "Eso lo definirá el ministro", dicen en su entorno, aunque ya comenzó a contactar informalmente a sindicalistas de diferentes extracciones. Apenas asumido, el secretario de Trabajo se mostró durante la firma de un convenio entre el gremio de Dragado y Balizamiento y el de la Construcción.

 

En una escena impensada para su antecesor en la cartera laboral, sobre todo en los últimos meses, Aparicio compartió el escenario con Juan Carlos Schmid y Gerardo Martínez, dos dirigentes de extracciones dísimiles, un gesto que demuestra el inicio de un cambio de etapa en la relación entre el Gobierno y los sindicatos.

 

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