Luego que el interventor de Fabricaciones Militares, Luis Riva, confirmara que la planta radicada en la localidad bonaerense de Azul dejaría “de producir”, ratificando el cierre de las instalaciones y el despido de 220 trabajadores, miles de vecinos se movilizaron en rechazo a la decisión.
El intendente Hernán Bertellys (Cambiemos) y un comité de crisis se habían reunido más temprano con el interventor y se acordó volver a encontrarse la semana que viene. La medida fue leída por la comitiva azuleña como el inicio de un canal de diálogo.
La movilización, de gran convocatoria, contó con la participación del Secretario General de ATE, Oscar de Isasi, quien calificó a la marcha como "una pueblada histórica". Su asistencia se dio en el marco de la jornada de paro desarrollado por el gremio que representa y la CTA en rechazo a los despidos en el Estado.
El compromiso de nuevo encuentro entre los integrantes del comité de crisis, fue considerado por el representante de ATE como una maniobra del titular de Fabricaciones Militares, dependiente del Ministerio de Defensa nacional, para "dilatar" la discusión. Ante esta situación.
"Nos querían derrotados después del 1 de enero, pero acá estamos. Acá están los que nunca creyeron en el proyecto del Gobierno pero también los que apostaron a este Gobierno y se sintieron defraudados", aseguró de Isasi.
La movilización se desarrolló bajo la consigna “no al cierre de Fabricaciones Militares”. Los comerciantes del lugar realizaron un apagón y se fueron sumando a la movilización a su paso. Al finalizar la jornada se anunció que se realizará un acampe durante todo el fin de semana. También informaron que de no obtener una respuesta al reclamo, por parte de las autoridades, ATE realizará cortes en las distintas rutas de la ciudad.
El cierre de la planta fue confirmado el miércoles. Unos 220 vecinos se quedaron sin trabajo de un total de 254 empleados que tenía Fanazul. Los restantes (34) tenían planta permanente y serían reubicados en dependencias del Estado.