El presidente Mauricio Macri está dispuesto a pagar todos los costos en este año no electoral y apostar al efecto rebote -estimulado por reatcivación de obra pública y aliento al consumo- en 2019, como ocurrió con la comparación -exitosa en las urnas- de 2017 con el dramático 2016. La exhortación del padre del neoliberalismo argentino, Álvaro Alsogaray, suena como un eco en la mesa chica del Gobierno: hay que pasar el invierno.
En esa inteligencia, la administración de Cambiemos se prepara para imponer, a cualquier precio, el techo del 15% para las paritarias de 2018. En la Casa Rosada, dicen estar convencidos de que la pauta inflacionaria de este año tendrá un tope del 17%, aunque el año pasado llegó al 24,8% y superó ampliamente las previsiones oficiales. Aunque esta semana el gobernador cordobés, Juan Schiaretti, desautorizó el tope con la intención de “vestir” el exiguo porcentaje con una clausula gatillo, en Balcarce 50 descartaron que esa oferta tenga un efecto contagio en las demás provincias argentinas.
“No creemos que se expanda lo de Schiaretti al resto de los gobernadores. Todavía falta para que cierren las negociaciones. Hay que ver cómo cierra el Gringo. Porque puede poner arriba de la mesa el 15% y dejar abierto el gatillo para el último trimestre”, vaticinó un funcionario que responde al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, encargado de la interlocución con los caciques provinciales.
Cerca del cuestionado ministro de Trabajo, Jorge Triaca, confirmaron que ya desplegaron todos los recursos posibles para cumplir con el 15% que pretende el Presidente, pero igualmente sostuvieron que “las paritarias son libres”. La cartera laboral promedia enero con su jefe sumamente debilitado para defender el tope que pretende para las paritarias, debido al escándalo que se desató la semana pasada, cuando se filtró un audio donde insultaba y despedía a su mucama, que luego denunció que trabajaba para el funcionario en negro y que fue parcialmente blanqueada con una designación en la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), bajo el control del mismo ministro.
El 24,8% de inflación que registró 2017 no sólo superó ampliamente los cálculos oficiales, sino que preanuncia la misma tendencia para este año. Cerca de Triaca relativizaron ese concepto. “Estos meses la inflación puede ser alta, pero es una tendencia estacional que irá bajando”, pronosticó un funcionario de la cartera laboral, que también confirmó que “no habrá” efecto contagio de la cláusula gatillo que promueve Schiaretti, que a fines de diciembre cerró el 15% con los trabajadores estatales y es considerado uno de los gobernadores peronistas más cercanos al Gobierno.
“Todavía no hablamos con cada mandatario sobre la pauta inflacionaria”, agregó otro funcionario de la Rosada que pasó la semana más concentrado en defender a Triaca que en la áspera negociación que se avecina, con un exiguo porcentaje de actualización salarial que preanuncia un alto nivel de conflictividad para los próximos meses.
Plan reelección. El gabinete económico planifica un 2018 gélido para calentar el 2019 con consumo y obra pública.
INTERNAS PARA REDUCIR DAÑOS. El enfoque de la administración Macri para la tercera paritaria anual de su gestión fue diseñado por vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, que originalmente propuso imponer un 10% para todo el año. “La pauta no la define un secretario de Estado, fue una discusión del gabinete económico, donde ministros como Frigerio lograron que subiera al 15%, porque el 10% era irrisorio”, explicó un asesor con despacho en Balcarce 50, que contó ese incremento como un verdadero mérito. Aún así, tanto para los economistas como para los sindicatos e incluso para el público de a pie, el tope del 15% confirma una nueva y monumental transferencia de recursos de los sectores más vulnerables de la economía a favor de los más poderosos.
Algunos funcionarios reconocen ese proceso a regañadientes, pero justifican la estrechez económica de 2018 en la necesidad política de apalancar el 2019. Hasta el momento, con dos años de gestión consumidos, Macri no cuenta con ningún logro económico para exhibir. Cerca del jefe del Estado se escudan en una nueva reventa de expectativas para el futuro: “En las paritarias tenemos que estar más cerca del 15% que del 20%. Es un tema clave, porque este año es clave desde lo económico. Tenemos que bajar la inflación y el déficit y crear empleo”, se defendió la fuente consultada y redobló la apuesta.
En la lectura del oficialismo y de los escuderos del gabinete económico, la economía nacional “crecerá en 2018 al 3%, pero se trata de un año bisagra, porque finalmente se termina la suba de tarifas. Hay que preparar el terreno para 2019. Ahí sí vamos de nuevo por el consumo y la obra pública, pero este año también tenemos que volver a empujar las exportaciones”, delineó, esperanzado, el funcionario, que reconoció elípticamente un 2018 con la obra pública frenada y una pauta baja de incremento salarial, dos componentes que redoblaron la preocupación de los mandatarios provinciales, que siguen en vilo la evolución de una negociación salarial que recién comienza, pero que ya puso a los principales gremios en pie de guerra.