Entrevista. Juan Manuel Abal Medina

"Florencio expresa con claridad lo que tiene que hacer el peronismo"

El senador nacional posiciona a Randazzo como emergente del PJ post derrota 2015. Reclama una unidad sin egoísmos y una gran PASO. El rol de CFK y su visión de la gestión Vidal.

Juan Manuel Abal Medina es senador nacional por la provincia de Buenos Aires. Integra el bloque del FpV y desde allí dialoga con distintos espacios del peronismo que todavía no encuentran una figura conductora luego de la derrota electoral de 2015. Él ya eligió: entiende que el ministro del Interior y Transporte de la presidencia CFK, Florencio Randazzo, es el dirigente que "expresa lo que tiene que hacer el peronismo": autocrítica sobre los errores del pasado, reivindicación de todo lo bueno, discutirle la política a Cambiemos y planificar el futuro.

 

Luego de ser su jefe de Gabinete, habla poco y nada con Cristina Fernández de Kirchner y dice que la unidad del PJ "tiene que ser sin sectarismos".

 

Además, analiza la gestión bonaerense de María Eugenia Vidal en medio del conflicto docente y reclama que el Gobierno nacional, con Mauricio Macri a la cabeza, asista a la provincia para aumentar el salario de los maestros y garantice el inicio de clases. 

 

BIO. 48 años. Tres hijos. Polítólogo. Docente e Investigador del CONICET. Hijo del secretario general del Movimiento Justicialista durante el operativo retorno al país de Juan Domingo Perón y sobrino de Fernando Abal Medina, uno de los fundadores de Montoneros. Senador nacional por la provincia de Buenos Aires, integra el bloque del Frente para la Victoria. Fue jefe de Gabinete de la Nación desde fines de 2011 hasta 2013, siempre durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. En su biografía de Twitter se define "peronista K".

 

 "Esperemos que sea la gente con los votos la que defina qué sector del peronismo encabezará el proceso que viene y, como siempre hizo el peronismo, el que gana gobierna, el que pierde acompaña"

-¿Cómo resuelve la interna el peronismo?

 

-Cuando uno viene de una derrota -en nuestro caso, tanto en el plano nacional como en la provincia de Buenos Aires-, la única manera de salir es con el voto popular. Siempre ocurrió lo mismo en el correr de la historia. Creo que tenemos la herramienta para hacerlo, que es una herramienta que diseñamos nosotros, como son las PASO. Lo que tenemos que hacer es una gran PASO, absolutamente democrática, abierta, de la que participe todo el mundo, con cargos repartidos proporcionalmente para que puedan participar todos y que sea el pueblo con su voto el que defina el rumbo del peronismo.

 

-¿Volvió a hablar con Cristina después del 10 de diciembre de 2015?

 

-Había hablado el año pasado. Yo estuve con ella cuando reunió a los senadores en abril, a principio, de año, y alguna vez por teléfono.

 

-¿Es una salida que Cristina se encargue del armado nacional y delegue lo provincial y el armado seccional?

 

-Eso lo va a definir ella. Uno no tiene por qué imponerle determinada agenda ni determinada tarea. Ella va a tomar la definición que sea y creo que nuestro camino es seguir construyendo la unidad. Una unidad que tiene que ser hecha con enorme generosidad, sin sectarismo. La unidad no es sumar a los que pensamos lo mismo porque nos quedamos solos. La unidad es ir sumando a los distintos, sumando mayorías. Y, en ese sentido, creo que el encuentro del viernes pasado en San Vicente apunta a eso. Había algunos dirigentes sentados en esa mesa que hasta hace poco eran considerados de muy malas maneras, acusados de cosas terribles, y hoy estaban juntos y trabajando en defensa del pueblo.

 

-¿Cómo está la relación con La Cámpora? Usted ha tenido algunas diferencias. 

 

-Hay diferencias y matices con un conjunto de actores del peronismo. La verdad es que en cada grupo hay muchas lecturas porque es una posición rara para el peronismo: ser oposición por el voto popular no es algo que nos sea cómodo. Es muy incómodo para todos y eso da muchas lecturas sobre por qué perdimos, por qué no se ganó, cómo reconstruir. Me parece que esa discusión no hay que tomarla en términos personales. Hay que entender que son discusiones políticas y en la fuerza siempre fue plural y de muchas visiones. La única forma es ver los mecanismos para resolverlas: no seguir echándonos la culpa por eso, sino generando políticas para salir de ese lugar.

 

"Uno no tiene por qué imponerle determinada agenda, ni determinada tarea a Cristina".

-¿Cuál es el hoy el lugar de Florencio Randazzo?

 

-La definición es de él y él tomará la que crea más correcta. A mí me parece una figura que puede expresar con mucha claridad lo que yo creo que tiene que hacer el peronismo, que es mirar hacia el futuro, discutir los problemas del presente y hacer un balance hacia atrás que para reivindicar los enormes logros que tuvimos estos doce años y que también reconozca las cuestiones en las que nos equivocamos. Florencio puede ser, en este sentido, una cara que exprese este conjunto de políticas, pero lo importante para nosotros es generar las políticas. Después, los candidatos pasan a un lugar secundario. 

 

-Julián Domínguez dijo que iba a ser candidato pese a lo que haga Cristina. ¿Cómo se evalúa eso dentro del peronismo?

 

-Con Julián compartimos discusiones, miradas, con muchos intendentes, con sectores del sindicalismo. Un sector del peronismo que viene planteando una mirada, una posición que puede ser igual de acertada que las demás. Pero esperemos que sea la gente, con los votos, la que defina qué sector del peronismo encabezará el proceso que viene. Como siempre hizo el peronismo: el que gana gobierna, el que pierde acompaña. Acá tenemos que hacer lo mismo: tener la inteligencia para hacer las cosas bien. No echar a nadie, no generar una interna durísima en la que que terminen todos peleados. 

 

-Como pasó en 2015.

 

-Exactamente. Tenemos que tener todos la madurez viendo lo que nos pasó hace muy poquito, aprender de esos errores y no repetirlos.

 

-¿Le alcanza a Cambiemos con la cara de la gobernadora María Eugenia Vidal para ganar las elecciones?

 

-El oficialismo va a intentar algo que nunca ha funcionado, que es que se vote por otra cosa. Yo no tengo dudas de que votamos por cuestiones nacionales. Siempre votamos por cuestiones nacionales y la gran discusión va a ser la cuestión nacional. Nadie va a estar discutiendo la política de Vidal sino el rumbo económico y social que está teniendo este gobierno. Los argentinos están perdiendo el trabajo, las fábricas están cerrando. Los que están viendo reducida su jornada laboral, los que no llegan a fin de mes no están pensando en Vidal, están pensando en Macri. 

 

-Como senador nacional por la provincia de Buenos Aires, ¿qué opina del conflicto docente en el que se encuentra el gobierno de Vidal?

 

-Creo que la estrategia del Gobierno apunta a Roberto Baradel  (por titular del gremio SUTEBA) por su perfil político identificado con un sector partidario, pero uno ve y escucha decir a los gremios que con nosotros no tienen absolutamente nada que ver exactamente lo mismo que dice Baradel. A ver, si estamos todos de acuerdo en que los trabajadores de la educación perdieron siete, ocho puntos frente a la inflación el año pasado y que este año no solo no recuperan ningún punto sino que encima pierden más, me parece que es una oferta que no tiene ningún asidero. ¿Responsabilidad de Vidal? Sí, por no dar la pelea, pero, obviamente, la provincia no tiene los fondos para hacerlo. Eso nos ocurrió a nosotros cuando éramos gobierno varias veces. En ese momento, el Gobierno nacional tuvo que ayudar. En este momento, tendría que hacerlo

 

"Los que están viendo reducida su jornada laboral, los que no llegan a fin de mes no están pensando en Vidal están pensando más bien en Macri".

-¿El Gobierno nacional debería intervenir para asistir a la provincia, dice usted?

 

-Sí. En primer lugar, tendría que hacer la paritaria nacional docente, como primera medida. El año pasado no tuvieron ningún problema en armarla rápidamente con un aumento del 40%. Este año dan estas cifras irrisorias y encima no abren la paritaria. Me parece un enorme error y, en el caso de la provincia de Buenos Aires, el Gobierno nacional tiene que asistirla. No estamos mendigando nada. Estamos hablando de diez puntos de coparticipación que son de los bonaerenses y que hoy tienen el resto de las provincias y el Gobierno nacional. Entonces, la Nación, independientemente del color político del que sea el gobierno provincial, tiene la obligación de colaborar porque son recursos que son de los bonaerenses. El 40% de los impuestos provienen de la provincia de Buenos Aires. Que reciba el 20% es obviamente una injusticia. 

 

-Cuando se conoció la condonación que pretendía hacer el Gobierno con la deuda del Correo Argentino, ¿fue la peor semana política de Macri? 

 

-Creo que, más allá de los episodios de público conocimiento -Correo, la aerolínea Avianca y el recorte a las jubilaciones-, todos se dan en un contexto enormemente difícil en términos institucionales y económicos. Todos los indicadores que el Gobierno decía que iban a mejorar cada día están peor. La inflación no baja, los precios suben y el Gobierno ayuda a eso, porque no es que se esté combatiendo la inflación, sino que hay aumentos tarifarios brutales. El Gobierno está generando, a la vez, un contexto más complicado no solo por sus políticas económicas sino, también, por las políticas que toma como Estado. Entonces, en ese marco de situación, estas cuestiones toman un cariz más difícil.

 

 

Donald Trump crea una Oficina de Fe en la Casa Blanca
Diego Santilli salió en defensa de Javier Milei

También te puede interesar