Grieta en el gobierno pro

Los errores de gestión complican los acuerdos de Cambiemos en el Congreso

La sesión anti tarifazo mostró la fuerza de la oposición. Hay preocupación en el oficialismo, que cree que perderá terreno en la agenda legislativa. La pelea Monzó - Marcos Peña como telón de fondo.

La sesión especial contra el tarifazo empezó a marcar un nuevo pulso en la Cámara de Diputados. Aunque el oficialismo logró trabar con el reglamento el tratamiento de los proyectos que instaban al Poder Ejecutivo a dar marcha atrás con los aumentos y proponían la interpelación al ministro de Energía, Juan José Aranguren, la oposición reunió el miércoles 10 el quórum necesario para abrir el debate y le mostró al oficialismo que el segundo semestre tendrá un Congreso más complicado y que los márgenes de negociación de Cambiemos en el Palacio Legislativo se achican a medida que la Casa Rosada comete “errores” de gestión.

 

El presidente Mauricio Macri lo escuchó varias veces en su mesa chica: a medida que se aleja la fecha de desembarco del Gobierno en la Casa Rosada y se acerca el nuevo año electoral, el  manejo del Congreso, donde Cambiemos está en minoría, se irá complicando. “Hasta ahora, la agenda legislativa era nuestra; a partir de ahora, va ser compartida. Todavía nos queda crédito pero nos empiezan a meter goles del otro lado, como pasó el miércoles”, admite uno de los referentes del oficialismo en la Cámara baja.

 

El propio presidente del cuerpo, Emilio Monzó, le advirtió al primer mandatario que el Ejecutivo debía aprovechar los tiempos favorables del comienzo del gobierno para enviar los proyectos que considerara vitales para la gestión. Así sucedió con la ley que selló el acuerdo con los fondos buitre y el blanqueo de capitales, en las que el oficialismo consiguió una mayoría holgada. Pero las decisiones de política económica – y, en particular, los errores que el Gobierno cometió con el aumento brutal de tarifas- empezaron a empantanar las relaciones con la oposición aún antes de lo previsto.  

 

Fue precisamente ése el planteo que Monzó hizo antes del receso invernal frente a la mesa chica de la Casa Rosada, de la que participan el Presidente, el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay; el titular de Interior, Rogelio Frigerio; la vicepresidenta Gabriela Michetti y, con frecuencia, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y que desató una fuerte discusión con Peña, fiel representante del ala del Gobierno más enfocada en la gestión que en la política.

 

“¿Volviste más tranquilo?”, le preguntó el presidente Macri a Monzó delante de varios testigos cuando el presidente de la Cámara de Diputados regresó a la Rosada tras el descanso que se tomó en el mes de julio. El primer mandatario aludió así a la pelea que lo había enfrentado con el jefe de Gabinete, quien, curiosamente, pocos días después de esa discusión se metió en terreno de Monzó cuando recibió en Casa Rosada a Massa para hablar de la “agenda parlamentaria”.

 

Pero, pese a los esfuerzos, Peña no logró frenar la arremetida de Massa contra el tarifazo. El miércoles 10, el líder del Frente Renovador juntó a la oposición para marcarle la cancha al oficialismo y terminó amenazando con que el Congreso mandaría a buscar al ministro Aranguren “con la fuerza pública” si no se presentaba a dar explicaciones.

 

“Massa es el dirigente con mayor legitimación en cuanto a votos de todos los que están en la Cámara. Tiene una buena relación con Macri, pero también tiene el pulso de lo que pasa afuera. Y juega según sus intereses. No podemos esperar otra cosa de él”, explica un referente de Cambiemos, que augura en el Congreso un segundo semestre mucho más hostil que el que imagina la Casa Rosada.

 

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Karina Milei y Alfa de Gran Hermano.

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