El Banco Central volvió a vender contratos de dólar futuro para planchar el tipo de cambio en la zona media de la banda de flotación y Toto Caputo enfrentó rumores de ventas de bonos en divisa para bajar el paralelo. Esto surgió en momentos en que las cotizaciones escalaban pese a la venta acelerada de la cosecha gruesa del campo.
El dólar mayorista alcanzó los $ 1.189, con una baja de $ 2 en la jornada, tras haber llegado a operar en un máximo intradía de $1.198, impulsado por una fuerte demanda de divisas y a pesar de las liquidaciones agroexportadoras.
Dólar futuro ¿y bonos?
El esquema de intervención se basa en dos instrumentos: bonos y futuros. Distintas fuentes del mercado sugirieron que el Gobierno vendió bonos AL30 contra pesos y, al mismo tiempo, participó en el mercado de futuros, en una operación que busca anclar expectativas de devaluación. Este jueves, el bono AL30 subió alrededor de 0,6%, cotizando entre $ 82.880 y $ 82.920.
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Aunque lo niegue, el Gobierno interviene fuerte en el mercado para contener al dólar.
Captura de redes
Este movimiento se interpreta como consecuencia de una mayor demanda que absorbe pesos del mercado para reducir presión sobre el dólar financiero (MEP y CCL).
La suba del bono no fue atribuida a factores exógenos, sino a la estrategia de absorción de liquidez que el BCRA ejecuta en simultáneo con su posición en el mercado de futuros.
Esta segunda herramienta muestra una dinámica creciente: la posición vendida en futuros superó los u$s 1.900 millones, casi cinco veces más que en abril, y constituye el mayor nivel de intervención desde septiembre de 2023.
El objetivo es claro: evitar un salto brusco en la paridad sin alterar el régimen de flotación administrada.
"Veo un volumen relevante y dinámica de precios que parece sugerir algo de intervención sobre futuros", dijo a Letra P Pablo Moldovan, director de la consultora C-P.
Desmentidas en las redes
Funcionarios del Palacio de Hacienda negaron una intervención directa en el tipo de cambio vía venta de bonos.
Ante una consulta en redes sociales, el exasesor financiero y actual funcionario cercano al equipo económico, Felipe Núñez, escribió en su cuenta de X: “Es falso, obviamente. No hay intervención en el FX”. Y descartó que las operaciones con AL30 respondan a una estrategia oficial.
En los mercados, sin embargo, no hay dudas sobre el comportamiento del BCRA. Operadores señalan que la intervención en futuros y bonos se aceleró desde la semana pasada, cuando la brecha entre el dólar oficial y los financieros volvió a superar el 35%.
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Déficit bajo control
Mientras tanto, el secretario de Política Económica, José Luis Daza, aprovechó su participación en un foro organizado por Banco Galicia y el Institute of International Finance, para restarle dramatismo a los desequilibrios externos y aseguró: "Quiero reiterar que hoy en la Argentina tenemos un tipo de cambio flotante, y se va a determinar por la oferta y por la demanda de dólares".
Frente a un auditorio con inversores y economistas, el funcionario defendió el déficit de cuenta corriente, que alcanzó u$s 5.191 millones en el primer trimestre, y dijo que no era preocupante.
“Un déficit de cuenta corriente del 2% del PBI en un país que crece hasta el 6% anual es algo absolutamente esperable”, sostuvo Daza.
El integrante del equipo económico evaluó que el rojo responde a “inversión productiva” más que a consumos insostenibles y estimó que a mediano plazo se compensará con las exportaciones de energía y minería.
“La calidad, la razón y la magnitud del déficit son más importantes que el número en sí”, enfatizó en línea con el relato oficial de que el Gobierno busca ordenar el frente fiscal sin frenar la recuperación.
En ese sentido, el último informe del BBVA Research también destacó que el Gobierno “priorizó desde el inicio el equilibrio de las cuentas públicas” y proyectó que se alcanzará un superávit primario del 1,6% del PBI en 2025.
Intervención silenciosa
La operatoria actual del BCRA configura una estrategia de control cambiario indirecto para amortiguar la presión sobre el dólar financiero sin modificar el tipo de cambio oficial.
En las últimas ruedas, los movimientos fueron lo suficientemente visibles como para generar suspicacias entre los operadores.
A pesar de las desmentidas oficiales, las cotizaciones y volúmenes de bonos y futuros muestran una señal inequívoca: el BCRA está presente, aunque no lo diga.