La Universidad Católica Argentina (UCA) contradijo los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) al afirmar que la pobreza cayó sólo dos puntos en el primer bienio de la gestión de Javier Milei, frente a la reducción de casi diez puntos que difundió el organismo dirigido por Marco Lavagna.
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La estimación del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA, dirigida por Agustín Salvia, encendió la polémica. Según su último informe, si bien la pobreza bajó, la magnitud de la mejora fue mucho menor de lo que marcan los datos oficiales.
"Siguiendo la metodología del INDEC, la pobreza en el segundo trimestre de 2025 habría sido de 31,8%. Esto significa una baja muy importante de 9,5 puntos porcentuales desde el segundo trimestre de 2023", puntualiza el estudio del ODSA-UCA.
"Sin embargo, si observamos la estimación con corrección de captación, la pobreza también se habría reducido, pero 'sólo' en 2,1 puntos porcentuales, ya que, con los niveles de captación actuales, la misma se situaría en 33,9% en el segundo trimestre de 2023", especifica.
Pobreza oficial y corregida
El INDEC informó una reducción del 41,3% al 31,8% en un año, pero la medición ajustada por captación del ODSA-UCA indica que la caída fue de sólo 2,1 puntos porcentuales.
Metodología en disputa y efecto estadístico
El informe del ODSA-UCA señala que la mejora real en los ingresos de los hogares y la estabilización inflacionaria explican parte de la caída, pero advierte que “tres cuartos” de esa reducción podrían deberse a un efecto estadístico, vinculado a los problemas de captación en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).
“La pobreza también se habría reducido, pero ‘sólo’ en 2,1 puntos”, sostuvo el observatorio, que cuestionó además que el INDEC siga utilizando una canasta básica con estructura de gasto del período 2004-2005, lo que, a juicio de la UCA, subestima el impacto del encarecimiento de los servicios públicos tras la devaluación de diciembre de 2023.
El informe recuerda que, en los últimos 20 años, la pobreza por ingresos nunca perforó un piso estructural del 25%. Y, pese a reducciones parciales durante las gestiones de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y ahora Milei, cada gobierno terminó con más pobreza que cuando asumió, salvo contadas excepciones.
"El modelo del gobierno libertario propone un cambio evidente de paradigma o de discurso en términos político-económicos, pero que no está consolidado, que está completamente en transición. Hasta acá es una expresión de un deseo la construir de esa economía o sistema. Está por ahora desarmando lo viejo, no está construyendo lo nuevo", planteó Salvia este jueves en la presentación del informe.
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El documento también hace hincapié en las desigualdades persistentes: los hogares de estratos socioeconómicos más bajos y aquellos con infancias mantienen tasas más altas, con una pobreza crónica que no se revierte ni con transferencias de ingresos ni con leves mejoras coyunturales.
Estrés económico, AUH y cobertura social
Más allá del índice de pobreza por ingresos, el ODSA-UCA introdujo otros indicadores que dan cuenta del “estrés económico” de los hogares: la sensación de no llegar a cubrir las necesidades básicas, la imposibilidad de ahorrar y las expectativas futuras.
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“Los programas de transferencias reducen sobre todo la indigencia”, sostiene el informe, al destacar el papel de la AUH y otras ayudas. Pero advierte que su impacto es limitado: sin ellas, la pobreza sería 20% más alta y la indigencia, prácticamente el doble.
Una mejora, pero transitoria
La mejora relativa entre 2024 y 2025 no implicó un cambio estructural. Según la UCA, los niveles actuales de privación son similares a los de 2022 o 2018. Y aunque algunos estratos muestran recuperación, en los sectores más vulnerables la pobreza crónica persiste.
“La sostenibilidad en el tiempo de estas mejoras aún debe ser evaluada”, concluye el informe, que pone en duda si la baja en los indicadores es una recuperación duradera o apenas un respiro en medio del ajuste.