Javier Milei, Toto Caputo y la inflación: el dólar no va a precios, pero pagan supertasas para pisarlo
El Presidente escribió que no existe el passthrough. Contradijo al Banco Central y dejó en offside al ministro, que volvió a subir el interés. El IPC no cede.
El dólar se mueve libre dentro de la banda de flotación y el traslado a precios de la devaluación no existe, según escribió el presidente Javier Milei en la web del autárquico Banco Central. Pasó desapercibido, pero contradijo al vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning que, en mayo, había calculado el passthrough y celebrado que éste -es cierto- se redujo notablemente.
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La inflación sigue contenida, aunque aceleró desde mayo, como el dólar. En lo que va del año, subió tres meses seguidos entre enero y marzo y entre mayo y julio, justo en los momentos de mayor inestabilidad del tipo de cambio.
Para Milei, esto no es cierto. "Aún cuando todos hablen del traspaso a precios del movimiento en el precio del dólar (passthrough), dicha afirmación, aunque supuestamente podría tener algún 'sustento empírico', es falsa e implica un profundo desconocimiento en materia de teoría monetaria", escribió en la web del BCRA.
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Así, Milei contradijo a Werning, a quien sentó cerca suyo en la última cadena nacional, con el resto del equipo económico. Werning es quien suele explicar el modelo económico ante inversores del exterior.
En una de sus últimas presentaciones, Werning destacó que el traslado a precios de la devaluación viene moderándose, supuestamente gracias a la disciplina fiscal, como notó Claudio Caprarulo, economista de Analytica.
Es cierto que el traslado a precios de la devaluación se moderó, en un marco recesivo que impide a las empresas trasladar costos a precios, y que el empresariado dejó de calcular sus costos al dólar paralelo. Decir esto es muy distinto a negar el passtrough.
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Esto lleva a preguntarse, también, por qué el Gobierno mantuvo un crawling peg de 2% mensual y luego de 1% mensual entre diciembre de 2023 y abril de 2025, si no existe algo llamado passthrough.
En todo caso, son discusiones que deberá saldar el BCRA, que publica los datos de Werning y las reflexiones de Milei.
Toto Caputo paga caro para frenar al dólar
Los dogmas de Milei y la manera del equipo de Toto Caputo de sortearlos forman parte de la política económica. Milei dice que el traslado a precios de la devaluación no existe, pero su ministro estrella y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, pagan una tasa de interés altísima e intervienen en el dólar futuro -a pérdida, como en julio- para contener la presión cambiaria. ¿Por qué lo hacen, si no impacta en los precios?
Caputo Bausili
Toto Caputo Santiago Bausili
NA
Las alimenticias y textiles absorbieron buena parte de la suba del dólar de casi 15% de julio. Las automotrices, con más margen para subir por el veranito de ventas, actualizaron sus precios de listas. Más de un empresario pyme contó a Letra P que recibió listas de precios de insumos importados o atados al dólar con incrementos del 5% o más.
En todo caso, el Gobierno se decidió a pagar un costo muy alto para que el IPC mensual oficial previo a las elecciones en la provincia de Buenos Aires empiece con 1 y para que el indicador de agosto no tenga un 2 antes de la coma.
Desde el desarme caprichoso de las LEFI, la tasa de interés se disparó. Este martes, la tasa de cauciones llegó hasta el 88% y el Banco Central tuvo que recular y habilitar una ventana de pases activos para darles liquidez a los bancos y ponerle techo a la tasa antes de la mega licitación de $15 billones que debía soportar el Tesoro.
Aún así, Caputo no pudo renovar más que $10 billones. La ventanilla de liquidez del BCRA habilitó a los bancos a ir a instrumentos más largos, posteriores a la elección bonaerense, a tasas más altas. Las tasas volvieron a subir. La tasa más corta, a un mes, llegó al 4,48% mensual o más del doble que la inflación.
Tasa por el aire, actividad por el piso
La tasa de interés recontra alta del último mes afecta la actividad económica aletargada. Con una inflación que, según Milei, rondará el 25% a fin de 2025, que las pymes paguen más de 100% de interés por los adelantos de cuenta corriente con los que tapan sus agujeros de todos los días no habla de una economía estabilizada, como celebran funcionarios y empresarios.
Esta tasa debería ser levemente positiva, pero no cuadruplicar a la inflación esperada. Que un plazo fijo rinda 39% anual o 3,25% mensual (un 71% más que la inflación del mes), convierte en trader a quien tiene un ahorro: dólar o tasa, nada de consumo ni de inversión productiva. Y liquida a quienes pedalean la tarjeta de crédito: el interés por pago mínimo no para de subir.
La tasa y el ancla fiscal
La supertasa habla de los problemas de la política económica. No sólo dinamita la recuperación de la actividad en un país con desocupación y empleo precario en alza, sino que pone en riesgo el ancla fiscal que promueve el Gobierno.
El FMI señaló, en su último staff report, que el Gobierno tendría déficit financiero de 1,2% del PBI si incluyera en la cuenta el pago de intereses que no realiza porque capitaliza a través de las Lecap.
A más tasa, más deuda futura y, por lo tanto, mayor exigencia de superávit financiero futuro. Eso implica más ajuste del gasto para pagar compromisos con acreedores.
Hay empresarios que compran el discurso oficial: la inestabilidad se debe al "riesgo kuka" y bajará después de las elecciones, si ganan los candidatos de Milei.
Otros se preguntan a cuánto se irá el dólar después de los comicios, porque notan que contenerlo debajo de $1.400 cuesta mucho. La opción, por ahora, es dólar o tasa. La inversión no entra en la cabeza de nadie que pueda hacer ganancias del 15% o 20% en un trade que el Gobierno baliza con su herramental de expertos en mesas de dinero.