“Que todos quienes aspiran o aspiramos a gobernar esta provincia nos comprometamos con la defensa de sus intereses”. Con ese mensaje en el que dejó sentado su deseo de ir por un nuevo mandato, el gobernador Axel Kicillof cerró este lunes un discurso ante la Asamblea Legislativa donde, en diversos pasajes, buscó delimitar la cancha del debate político de cara a la próxima campaña. Los números juegan un papel preponderante en la retórica del exministro de Economía de CFK, quien acentuó el reclamo por la recuperación de los puntos de coparticipación correspondientes a Buenos Aires y trazó las diferencias troncales entre su gestión y la de su predecesora, María Eugenia Vidal.
Reducción de la deuda en moneda extranjera, recomposición salarial para la planta estatal, esquema recaudatorio progresivo y una banca pública orientada al crédito productivo fueron los ejes económicos sobre los que Kicillof pivoteó su discurso económico, vertiendo números por doquier para contrastar con el pasado vidalista y con la maquinaria discursiva amarilla contra la que volverá a competir este año.
Como un Déjà vu de la apertura del periodo legislativo 2022, Kicillof reiteró que la provincia que gobierna solo percibe el 22% de la torta nacional, cuando aporta el 39%. Pero, en esta oportunidad, no se limitó a visibilizar ese panorama, sino que volvió a dirigirse a quienes tengan pretensiones de ocupar su sillón para “que se comprometan con este justo e histórico reclamo” y que el tema esté “en el centro de la campaña electoral que se viene”. Bajo esa tónica, invitó a las legisladoras y los legisladores a conformar una comisión destinada “al reclamo permanente por los recursos de los bonaerenses, gobierne quien gobierne”.
No es casual esa convocatoria del mandatario en un contexto donde intendentes opositores le exigen la generación de una mesa que discuta el próximo reparto de recursos de la Provincia a los municipios, al tiempo que competidores de Juntos por el Cambio reivindican la necesidad de que la jurisdicción bonaerense recupere puntos de coparticipación, pero quitando el ancla del problema del acaudalado suelo porteño.
https://twitter.com/Letra_P/status/1632724165294792707
“Hay una terrible desigualdad entre las necesidades y los recursos. En 2023, la Ciudad de Buenos Aires va a contar con recursos equivalentes a casi $700 mil por habitante, mientras que la Provincia de Buenos Aires sólo $380 mil”, apuntó Kicillof, que también expuso que varias empresas radicadas en la provincia pagan parte de los impuestos en la Ciudad, por lo que adelantó que su gestión revisará el convenio multilateral que reparte los impuestos “y que fue modificado en la dictadura favoreciendo a la Ciudad”.
A la vez, arremetió contra el fallo “escandaloso” de la Corte Suprema que le devolvió a la Ciudad el incremento de recursos coparticipables que Mauricio Macri, durante su presidencia, le había aumentado por decreto a la Ciudad y que Alberto Fernández había retrotraído en 2020 al calor del sirenazo de la Policía bonaerense. “Es un fallo ilegal que le saca recursos a todas las provincias para dárselos a la ciudad más rica del país”, apuntó.
Por otro lado, y siempre en clave reeleccionaria, Kicillof utilizó un fibrón mucho más grueso que el utilizado en discursos previos a la hora de marcar las diferencias con la pasada gestión vidalista. Pivoteando sobre distintos números relativos al pulso económico de la provincia, el gobernador exaltó una batería de políticas públicas para la producción y el empleo; mayor inversión pública; recuperación salarial y una reducción en los servicios de deuda en moneda extranjera.
https://twitter.com/Letra_P/status/1632733687983882240
“En comparación con 2019, el gobierno anterior, la inversión en políticas productivas es casi 7 veces mayor; el doble en inclusión social y alcanza un máximo histórico. Es un 123% mayor en infraestructura, en salud será un 88%; en las obras y el equipamiento educativo se quintuplicó. Lo mismo en políticas de igualdad de Género y en Ambiente. En seguridad y justicia, el presupuesto es un 406% mayor que el de 2019”, ejemplificó.
Al dar cuenta de una estructura tributaria “más progresiva”, Kicillof destacó que el “ailivio para las finanzas” que representó en 2022 la disminución en más de un 20% de los intereses de deuda a partir de la reestructuración lograda por su administración de los compromisos en moneda extranjera, deuda que durante la gestión Cambiemos había crecido significativamente al emitir Vidal bonos por más de USD 5.000 millones.
En cuanto al rol del Banco Provincia, Kicillof también se encargó de trazar marcadas diferencias. Así, describió que, mientras en 2019, el 28% de la cartera de créditos se destinaba al financiamiento productivo, actualmente se elevó al 52% y con foco en las pymes. Tampoco olvidó la fuerte orientación que tuvo el Bapro a “la timba financiera” en tiempos de cambiemismo y recordó que la banca pública bonaerense supo ser “el principal tenedor de leliq".
En el plano salarial, el mandatario bonaerense puso en primera plana la situación de las y los trabajadores del Estado provincial entre 2015 y 2019, al marcar que sufrieron pérdidas en su poder adquisitivo “de un promedio del 20%”. Como contraste de eso, ponderó que “gracias a los acuerdos paritarios”, en lo que va de su gestión los salarios “pudieron recuperar entre 4 y 13 puntos (según el régimen laboral)”. Eso, además de destacar pases a planta de 20 mil estatales.
También contrastando con el fin de la era vidalista, recordó que en 2019 la desocupación bonaerense superaba el 11% y que en la actualidad ronda los 8 puntos. A pesar de ese dato de reactivación, el gobernador levantó una de las grandes cuentas pendientes que el kirchnerismo le endosa a la gestión de Alberto Fernández, la redistribución: "Si crece la economía, puede ser que crezca el empleo, pero no siempre se recuperan los salarios reales", refutó Kicillof para sentenciar en un pasaje de sus casi tres horas de discurso: “La recuperación económica es a todas luces insuficiente, porque la inflación ha venido acompañada de un deterioro de la distribución del ingreso".