Por un lado, las inversiones que la Argentina necesita para escalar la exportación de petróleo y gas no convencional depende de empresas extranjeras dispuestas a hundir capital, a cambio de buenos precios del commodity. Por otro, las estimaciones de un superávit energético robusto para este año que compense el boom importador y turístico del dólar barato, del orden de los USD 8000 millones, se hicieron con un barril entre 10 y 15 dólares más caro que el precio de estos últimos días.
El escenario es de incertidumbre, más allá de la decisión de Trump de poner en pausa los aranceles más altos a Europa y países de Asia y acelerar contra China. “Vamos a ver meses con precios del petróleo en estos valores, entre 60 y 70 dólares” por barril, le dijo a Letra P el ejecutivo de una gran petrolera de capital nacional cuando la cotización orillaba los 65 dólares. Luego, en el pico de la crisis, perforó los 60 dólares. Este jueves, el barril de crudo Brent, referencia para el mercado local, cerró a 63,53 dólares. Si bien el petróleo, el litio y otros minerales estratégicos están exentos de aranceles, los temores a una recesión y una insólita decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) derritieron los precios.
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La caída de los precios del petróleo complica la ecuación de la economía en la era de Javier Milei.
Vaca Muerta, divino tesoro
La consultora Economía & Energía estimó, en noviembre del año pasado, una balanza comercial energética positiva de USD 7500 millones para 2025. Otras firmas elevaron la proyección a USD 8000 millones. Argentina consiguió un superávit energético de USD 5668 millones en 2024, luego de años de déficit, y la producción récord y en ascenso de Vaca Muerta solo prometía una mayor cantidad de divisas, año a año. Por mayores exportaciones, claro, pero también por la necesidad de importar menos combustible.
Tal es así, que el Gobierno y economistas entusiasmados con la marcha de la economía planteaban el escenario de un “puente” de divisas hasta 2026, cuando el sector energético y la minería empiecen a entregar una cantidad de dólares equivalente a una cosecha adicional. Un montón.
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YPF encabeza la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur.
Esas proyecciones para 2025 se hicieron con un barril en torno a 75 dólares, según fuentes del sector consultadas. Las cuentas deberán revisarse. Una regla de tres simple le quita unos USD 1500 millones a la balanza energética de este año. Como referencia, en enero y febrero el país hubiera tenido déficit comercial de no haber sido por el superávit de la energía.
El mundo que viene es complejo. No solo por Trump, sus aranceles y sus pausas para negociar, sino por las contrapartes. Mientras los mercados buscan pisos porque entienden que hay mayores probabilidades de recesión, la OPEP decidió, esta semana, entregar más crudo, no menos. En otros momentos, solía cerrar la canilla para sostener el precio.
“La OPEP solo alimentó estas preocupaciones al anunciar un aumento de su producción mayor al esperado para mayo, alcanzando un incremento de 411.000 barriles diarios”, afirmó Eco Go en un reporte. “Trump adoptó una postura más agresiva hacia Irán y Venezuela. La OPEP podría ver esto como una oportunidad para aumentar la oferta, sobre todo después de que la Casa Blanca anunciara sanciones secundarias para compradores de petróleo venezolano y amenazara con medidas similares para quienes adquieran crudo iraní e, incluso, ruso. En segundo lugar, no es un secreto que Trump presiona a Arabia Saudita para bajar los precios del petróleo. Por último, también se especula que el aumento de la producción busca penalizar a aquellos miembros que han estado produciendo sistemáticamente por encima de sus cuotas, como es el caso de Kazajistán”, prosiguió.
Una Argentina más FMI-dependiente
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Javier Milei se abraza con la titular del FMI, Kristalina Georgieva.
Presidencia
Argentina necesita dólares y Vaca Muerta es la canilla que puede generarlos. Si el precio del petróleo es menor, el superávit también lo será. Sin tantos dólares comerciales, la necesidad de las divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos será mayor. La salida al mercado de deuda soberana está cada vez más lejos, porque una venta masiva de bonos del Tesoro estadounidense (¿China?) disparó la tasa de interés de estos instrumentos, que son referencia para el riesgo país.
El directorio del Fondo definía este viernes el monto del primer desembolso del programa de Facilidades Extendidas que ya se oficializó a nivel técnico. Argentina es más sensible ahora a un giro inicial de magnitud y a que el Banco Central tenga fuego discrecional para contener el tipo de cambio. El préstamo se combinará con créditos del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarollo (BID) y, quizás, de Estados Unidos. La noticia del acuerdo cerrado no movió las expectativas de la manera que esperaba el Gobierno. Al contrario, subieron los contratos de futuros del dólar, a la espera de modificaciones en la política cambiaria.
El ministro de Economía, Toto Caputo, celebró la renovación del swap con China, que despejará vencimientos por USD 5000 millones, y anticipó que la potencia asiática "permitirá al BCRA reducir los riesgos en su transición hacia un régimen monetario y cambiario consistente y sostenible, en un contexto internacional desafiante para los flujos de capitales externos".
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La fluctuación de las monedas y las tasas de interés tienen correlato en las tasas que cobra el FMI y en los sobrecargos. Por lo pronto, Argentina debería pagar unos USD 1400 millones al año de intereses con el nuevo acuerdo, unos USD 440 millones adicionales de lo que ya tiene que saldar.
"Un mundo más incierto aleja al Gobierno del acceso a los mercados, hecho que se ha visto reflejado en el precio de los bonos y en el riesgo país, que volvió a situarse por encima de los 900 puntos básicos. Así, el riesgo país se vio elevado en 366 puntos básicos desde el pago de enero, mientras que el promedio de América Latina se elevó en 41 puntos y en Brasil, Chile y Uruguay, entre 11 y 18 puntos", indicó Eco Go en un reporte.
La consultora MAP, de Juan Pablo Ronderos, recordó que en julio vence deuda por USD 4300 millones, entre capital e intereses, y que "el incremento de la volatilidad financiera internacional sin dudas aleja la posibilidad de que el Gobierno pueda refinanciar los vencimientos con una emisión en los mercados". A su vez, "el ingreso de divisas por emisiones de deuda de las compañías (ONs) también tiende a reducirse, al acortar la disponibilidad y encarecer los flujos de divisas a emergentes".
El huracán Donald Trump y una garúa de inversiones
Si la macro cruje por la precariedad de la estabilización y el soplido de frente de Trump, las inversiones para garantizar los dólares futuros también entran en zona de turbulencias.
El presidente de YPF, Horacio Marín, viajó a Nueva York. Este viernes por la mañana, disertó ante inversores en la Bolsa de esa ciudad para presentar el plan de inversiones 2025 / 2029. Antes de viajar, le dijo a Infobae que la empresa que dirige era rentable con un barril de crudo a 40 o 45 dólares, por lo que la producción no corre peligro.
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Horacio Marín, presidente de YPF.
“Es el momento de venir a poner certidumbre a los proyectos, que son sólidos”, dijeron a Letra P fuentes de la compañía. “En este momento, la industria pone en Vaca Muerta USD 10.000 millones por año e YPF invierte USD 3300 millones”, añadió.
Sin embargo, los grandes capitales que necesitan para aumentar la actividad y financiar la infraestructura necesaria para exportar más crudo y GNL miran el futuro inmediato y dudan. “Más allá del costo de desarrollo, la contracción del Brent genera una pérdida de flujo de caja para las compañías que se va a traducir en una disminución de los niveles de inversión”, advirtió uno de los especialistas más escuchados en el mercado.
Juan José Carbajales, director de la consultora Paspartú, advierte que, si el escenario bajista continúa, no habrá “precio sostén” y las empresas deberán invertir con menor flujo de caja. “Si el crudo baja de los 60 dólares, bajarán los combustibles. Argentina no tiene instrumentos para sostener la actividad, porque el Gobierno se ató las manos con la Ley Bases para fijar un precio sostén, al estilo “barril criollo" de 2024 y la pandemia”, sostuvo. “Por otro lado, la narrativa de ir a una paridad de importación / exportación de YPF (también basada en la Ley Bases) indicaría que la petrolera estatal debería bajar el precio en surtidor, lo que impactaría en el CAPEX a invertir en Vaca Muerta y, a la larga, en el volumen de producción del shale oil”, añadió.
Las empresas bajo control privado consultadas coincidieron en que los proyectos que ingresaron al RIGI continuarán su recorrido. Se destaca VMOS, el oleoducto Vaca Muerta Sur que busca duplicar la exportación de petróleo hacia 2030. También, la instalación de buques de licuefacción que lidera PAE junto con Golar, y el proyecto de YPF, ahora con Shell como socio, en Sierra Grande, Río Negro. Allí llegarán dos buques y, en algún momento, se instalará la planta.