NOVENA SECCIÓN

El PRO, la UCR y un PASO al vacío

Ambos se beneficiaron con las primarias. Ahora deberán recalcular si desaparecen en Buenos Aires. Dilema amarillo. Una interna a la vieja usanza, descartado.

La suspensión de las PASO en el Congreso tendrá su réplica en Buenos Aires, cuando la Legislatura ponga en discusión alguno de los proyectos que aguardan ser tratados en despachos de distintas fuerzas políticas. Entonces, el PRO y la UCR -necesitados de un aliado para competir electoralmente- tendrán que determinar sus candidaturas sin la herramienta que usan hace más de diez años.

Mientras La Libertad Avanza celebra estar eximido de una instancia que podría complicarlo en su primera elección siendo gobierno, el peronismo empieza a imaginar el esquema menos dañino para un espacio al que no le entra una interna más. Pero los partidos que conformaron la alianza Cambiemos primero y Juntos por el Cambio después, se verán por primera vez en mucho tiempo en la encerrona de tener que discutir hacia adentro y, luego, con otros, los lugares y los apellidos que conformarán las nóminas 2025.

La idea madre del PRO de armar una coalición electoral con LLA hoy es una alquimia: los libertarios prefieren la cooptación individual de dirigentes para no compartir con nadie el poder de ser gobierno. Si algún soñador del macrismo aún ensayaba en su imaginación una posible PASO entre violetas y amarillos, de a poco comienza a despertarse. Ahora deberá decidir si pega el salto a Las Fuerzas del Cielo o si discute candidaturas entre el PRO y otra fuerza (¿sus ex socios radicales?).

Las PASO que el PRO siempre celebró

Con las PASO, el PRO consiguió que Mauricio Macri fuera el candidato a presidente en 2015 de una alianza que armó con la UCR y la Coalición Cívica. La correlación de fuerzas en la que siempre salió ganador por sobre el radicalismo hizo que nadie se le animara a disputarle ese poder. En 2021, Diego Santilli se impuso a Facundo Manes en las primarias y juntos consiguieron más de un millón de votos para vencer al peronismo en la boleta legislativa. Dos años más tarde, Néstor Grindetti venció su colega amarillo en las primarias y fue él candidato a gobernador de JxC.

Desde que consiguió gobernar hace diez años hasta la última elección, el PRO utilizó la herramienta en su favor y se sirvió de ella para llegar al poder. Ahora el viento cambió: no gobierna ni es la oposición mayoritaria y deberá asociarse con otra fuerza para volver a ser lo que alguna vez fue. Es en ese camino que vuelve a asomar el radicalismo, que espera paciente el devenir de los acontecimientos que lo encuentra también como una oposición débil si lo hace en soledad, pero como un espacio más que apetecible para conformar un frente alternativo al rechazo que le ofrece LLA y bien lejos del kirchnerismo.

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Néstor grindetti y Diego Santilli en 2023.

Néstor grindetti y Diego Santilli en 2023.

La verticalidad

“Volverá el verticalismo puro”, le admitió una importante fuente PRO de la provincia a Letra P. El dirigente sostiene que dentro del PRO el método de elección de candidaturas siempre se determinó desde la mesa ejecutiva. Ese espacio está conformado por dirigentes de distintas vertientes y con diversas miradas respecto al destino que debe tomar el partido. La mesa tiene cinco sillas que se reparten en tres expresiones amarillas: los que quieren confluir ya con LLA, los que buscan un acuerdo más amplio y quienes tomaron cierta distancia del Gobierno y empiezan a mirar con cariño una reedición de JxC.

Entre los primeros están Santilli y el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, pintados cada vez más de violeta, defensores de todo lo que hace el Gobierno de Javier Milei e impulsores de un frente antikirchnerista a como dé lugar.

El segundo grupo lo integran Grindetti -que se fue del gobierno porteño y volverá a construir desde la Tercera sección- y Cristian Ritondo, que por ser presidente del partido en Buenos Aires no puede desteñir su amarillo original fácilmente y propicia un acuerdo con los libertarios pero manteniendo la identidad PRO.

Y entre los más prudentes está la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, ahijada política de Jorge Macri y autoridad nacional y provincial del PRO. Es macrismo de los Macri, que tomaron distancia del Gobierno y dan señales de acercamiento a otros espacios como la UCR y el peronismo no K. En lo que todos coinciden es que lo único que resta es discutir el marco de la alianza o el acuerdo electoral que vayan a integrar.

Mauricio Macri y Soledad Martinez
Mauricio Macri, junto a la intendenta Soledad Martínez.

Mauricio Macri, junto a la intendenta Soledad Martínez.

La UCR pide PASO

Para el radicalismo, la suspensión de las PASO es un paso atrás. Las consideran un “mecanismo democrático” y quitarlo significa darle el poder de la lapicera a las cúpulas dirigenciales. En ese sentido se manifestó el senador Maximiliano Abad, que el jueves votó en contra del proyecto del oficialismo. En Buenos Aires, los bloques en la Legislatura que le responden ya avisaron que están en la misma línea y que, sin esa instancia, se dificulta seriamente la construcción de coaliciones o frentes electorales.

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No obstante, la UCR espera paciente el acontecer de los hechos. Si bien sabe que tiene una cuesta bien alta este año respecto a lo que pondrá en juego en las ocho secciones electorales -logró una gran elección a caballo de JxC en 2021-, nunca se la jugó por el Gobierno como el PRO y mantuvo su posición crítica de la administración de Axel Kicillof en la provincia.

Su dirigencia entiende que la correlación de fuerzas de lo que fue JxC ya no es la misma y que ahora puede sentarse a discutir mano a mano con cualquiera que busque un acuerdo electoral en la anchísima avenida del medio que separa a libertarios y kirchneristas. No porque el radicalismo se haya robustecido mucho; por el contrario, perdió intendencias hace dos años y todavía cruje la disputa interna que llevó a los comicios para elegir autoridades a la Justicia: sino porque el PRO ya no es el que era.

En una eventual mesa para discutir la remake de JxC, sí puede hacer valer sus 27 intendencias y sus 23 bancas legislativas por sobre la Coalición Cívica, el GEN, el peronismo no K y otros sectores de centro. “La política siempre ordena todo”, dice un legislador radical que entiende que, sin PASO, de todas formas el diálogo será la única forma de resolver los apellidos y los lugares de las listas.

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La UCR de Buenos aires rechaza la suspensión de las PASO.

La UCR de Buenos aires rechaza la suspensión de las PASO.

La interna partidaria no es una opción

De lo que todos los partidos políticos están seguros es de que bajo ningún punto de vista realizarán internas partidarias para dirimir lugares, como supo hacer el peronismo para elegir el candidato presidencial entre Carlos Menem y Antonio Cafiero en 1988 o las celebradas por la Alianza entre Fernando De la Rúa y Graciela Fernández Meijide diez años más tarde. Saben que si las PASO muchas veces dejan heridos, unas elecciones de afiliados a la vieja usanza podrían ser autodestructivas, además de imposibles de afrontar económicamente (las PASO las pagaba el Estado).

Ya con el sistema PASO, basta recordar las del PRO entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich; o las que en 2015 dinamitaron al peronismo bonaerense que eligió a Aníbal Fernández por sobre Julián Domínguez como candidato a gobernador, en tiempos de fuego amigo. El radicalismo tiene fresco el recuerdo de octubre pasado sus comicios internos explosivos, no para dirimir candidaturas, pero sí para elegir autoridades entre el oficialismo que responde a Abad y los referenciados en Martín Lousteau y Manes.

Como hace rato no se da en Buenos Aires que el que pierde acompaña, la dirigencia bonaerense deberá tener mucho ingenio para dirimir candidaturas, sobre todo en los sectores que quedaron en el medio de la nueva grieta argentina entre libertarios y peronistas. El PRO y la UCR podrán volver a ser matrimonio, sólo si la suspensión de las PASO no los sorprende cayendo al vacío.

Patricia Bullrich, busca contener los votos que cosechó Horacio Rodríguez Larreta en las PASO. 
Buenos Aires: el PRO apura y da el primer paso para suspender las PASO en la provincia

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