El pistolero Nahuel Sotelo, un canciller a medida de las relaciones carnales hardcore con Estados Unidos
Fan de los revólveres, el secretario de Culto suele andar "calzado". Sintonía fina con la pasión americana por las armas, que tiene rango constitucional.
Se sabe: la adoración de las armas de fuego es uno de los rasgos principales de la idiosincrasia estadounidense. En el país del norte hay alrededor de 393 millones de esos dispositivos en una población de 335 millones personas, lo que equivale a más de uno (1,2) por habitante.
De hecho, comprarlas, tenerlas y portarlas es un derecho consagrado en la Constitución a través de la Segunda Enmienda, una disposición aprobada en 1791 como parte de la llamada Carta de Derechos, que incluye las diez principales garantías que establece la Carta Magna. La primera es la libertad de expresión.
trump armas
Donald Trump manipula una pistola en una armería. Nahuel Sotelo lleva una consigo.
La Segunda Enmienda es motivo de un permanente debate entre los sectores conservadores de la sociedad norteamericana, que la defienden y sostienen un lobby poderosísimo en su favor, y los liberales, como se denomina en Estados Unidos a los progresistas, que pujan por, al menos, endurecer los requisitos para acceder a esos artefactos cuya proliferación, sostienen, es la razón del altísimo índice de violencia letal que constantemente produce noticias trágicas a lo ancho y a lo largo del país. Los tiroteos masivos en escuelas, cines, shoppings y otros espacios públicos son un clásico en la vida cotidiana estadounidense.
Nahuel Sotelo, un canciller a medida
Para un gobierno que se encomendó al padrinazgo de Estados Unidos como única salvación posible en virtud de la situación de colapso a la que llevó la economía, Sotelo, en estas horas de danza de nombres para reemplazar a Werthein, resalta en su CV la pasión por las armas de fuego, una debilidad que sería una carta de presentación eficaz ante la administración ultraderechista que lidera Donald Trump.
El funcionario pone en palabras y en hechos su militancia en favor del derecho a portar armas.
"¿Yo? A favor de (que) quienes son legítimos usuarios puedan portar el arma. Es una locura y una estupidez la ley actual y sus decretos donde se prohíbe la portación de armas a quienes son legítimos usuarios. Hay un lobby anti armas que no aguanta un mínimo debate serio", escribió en un posteo de Twitter que ilustra con su carnet emitido por la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC), ex-RENAR.
¿Yo? A favor de quienes son legítimos usuarios puedan portar el arma. Es una locura y una estupidez la ley actual y sus decretos donde se prohíbe la portación de armas a quienes son legítimos usuarios. Hay un lobby anti armas que no aguanta un mínimo debate serio. https://t.co/XS7MddC4XDpic.twitter.com/9ymtHkXLHC
Como reveló Marcelo Falak en Letra P, el 5 de septiembre de 2024 el secretario de Culto intentó ingresar armado al Palacio San Martín, la sede de la Cancillería.
El episodio ocurrió cuando Buenos Aires se agitaba por la noticia del atentado explosivo que había sido perpetrado contra la oficina del titular de la Sociedad Rural, Nicolás Pino.
El personal de Seguridad frenó a Sotelo y le pidió explicaciones sobre el arma que llevaba consigo. Según pudo reconstruir este medio, el funcionario dijo, con naturalidad, que siempre iba "calzado". No pudo ingresar con la pistola al edificio gubernamental: se la quitaron y se la devolvieron cuando se retiró.
El padrinazgo de Santiago Caputo, el otro pasaporte clave
Sotelo está de licencia en la Cámara de Diputados bonaerense, donde era jefe del bloque de La Libertad Avanza. De 30 años, es hincha de San Lorenzo, como era el papa Francisco, y es un libertario del kilómetro cero. Fundador de la agrupación juvenil libertaria La Julio Argentino, tiene línea directa con el despacho principal de la Casa Rosada y sueña con ser intendente de Quilmes, como contó Juan Rubinacci en este portal.
Santiago Caputo, Agustín Romo y Nahuel Sotelo universitarios
Santiago Caputo, en el primer plano de la selfi, y Nahuel Sotelo, de traje.
Captura de redes
Con todo, el detalle de sus cartas credenciales que lo coloca en la terna de candidatos a tomar el mando de la diplomacia mileísta es su lealtad al asesor presidencial Santiago Caputo, orfebre de la salida de Werthein, a quien le cargó el papelón que hizo Milei la semana pasada en la Casa Blanca, y él mismo postulante a quedarse con el despacho principal de la Cancillería, como adelantó Sebastian Iñurrieta en Letra P.