CÍRCULO SANTA FE

Que sepa coser, que sepa bordar

La zona núcleo productiva empieza a diagramar su prototipo presidencial. Pragmatismo, poca ideología y que deje hacer negocios. Retenciones y coparticipación.

Santa Fe, la invencible, de la zona núcleo, sojera, industrial, donde brotan los dólares, la que copa la hidrovía, tiene un círculo rojo de peso que empieza a hablar. Al igual que la dirigencia política, sostiene que aporta más que lo que recibe. La eterna metáfora de la gallina de los huevos de oro que se queda con solo un pollito. Esa idea carbura fuerte cuando observa que las elecciones para un nuevo gobierno se acercan y, por ende, la posibilidad de nuevos modelos se arriman. Y, en ese momento, empieza a jugar.

¿Qué quiere y pretende todo ese círculo rojo para el próximo gobierno? ¿Qué perfil de mando le es conveniente? La mecha la prendió el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), Gustavo Idígoras, es decir, aceiteras y agroexportadoras. Con ese pool poderoso de multinacionales y grandes empresas locales bajo su reparo fue directo al grano: “Sin capacidad de gestión no se puede gobernar este país”. Como diría la canción infantil: Que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar.

"Como sector activo en el comercio exterior nos interesa tener una administración que tenga con capacidad de gestión y que lleve a una estabilidad macro, contener la inflación, etc", aseguró a la radio Futurock, y agregó que "el actual equipo económico" posee esa condición. Eso significa un moderado y pragmático que no se asuste. Eso significa que las salidas por arriba del laberinto y los beneficios repartidos que significó el dólar soja no se olvida. Podría readaptarse el clásico meme de las gafas negras a la cara de Sergio Massa. La sintonía fina entre el sector y el ministro no es nueva.

Su perfil claramente encaja, y puede responder al deseo que empieza a rumorearse en el círculo rojo nacional, ya no sólo santafesino: Horacio Rodríguez Larreta o Massa, y si es en un mano a mano, mejor, porque dejaría a ambos como los referentes. "No puede aprender un político en cuatro años de gobierno, Argentina no puede perder dos años en alguien que aprenda a gobernar, no podemos darnos ese lujo”, definió Idígoras y tachó muchos nombres, pero dejó a otros adentro.

Aquella idea de la coalición al 70%, entre la moderación de Juntos por el Cambio (JxC) y el peronismo exento de locuras ni nada de eso llamado populismo parece readaptarse un poco por las circunstancias e ir buscando su prototipo. Pero por ahí va la cosa. En los pasillos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) se ha hablado de esto aunque gana la grieta. El titular de la entidad, Miguel Simeoni pidió en el último aniversario que la política se ordene y que se construyan “nuevos acuerdos que permitan formular políticas de Estado”.

El gobernador Omar Perotti amagó con tirarse y ser el más porteño de los federales, pero parece que los planetas no se le alinean. La idea de un gobernador dispuesto sin pruritos ni ideologizado, amigo del establishment y mejor aún de la zona núcleo se habla históricamente, pero no termina de prender. Sólo el cordobés Juan Schiaretti se ilusiona aunque la ancha avenida del medio lo condene.

Hay promesas que pueden tentar al campo santafesino. Las retenciones es un punto neurálgico en esta discusión de modelos de gobierno. A modo de ejemplo, el campo nunca le terminó de perdonar a Mauricio Macri que le prometió bajarlas y las volvió a subir. Esto incide en las preferencias del agro. El funcionario de la FIFA parece haber perdido ya su oportunidad de volver a la Casa Rosada para el grupo de empresarios que tiene la manija del poder. Sobre todo si promete hacer lo mismo pero más rápido.

“Hay una demanda de alimentos del mundo enorme, no se puede desaprovechar. El que venga tiene que dejar actuar al campo sin límites. Creo que debe haber retenciones y presión fiscal, claro, pero bien aplicadas, que no ahogue y les sirva a todos”, dijo a Letra P un empresario agtech, es decir, de innovación tecnológica aplicada al agro, la actividad que pega fuerte desde Santa Fe y exige protagonismo a quien venga. Luego, agregó de manera coloquial: “El que esté al mando tiene que entender que, con guita en el bolsillo, el gringo es "peligroso": compra camionetas, produce e invierte todo”.

En toda la discusión del modelo también se cuela la diferencia entre lo que se produce y lo que se recibe, en una proporción desigual que exacerba a varios. “Santa Fe no puede seguir siendo la gallina de los huevos de oro y distribuir todo. El que venga tiene que tener agallas y enfrentarse al sistema de coparticipación nacional y replantearlo para que nos deje crecer”, dijo a Letra P el empresario del sector biocombustible y energía, Federico Pucciariello.

“Hay que hacer cambios estructurales en la industria porque con el peso fiscal provincial, coparticipaciones encubiertas y los problemas de educación y seguridad, no podemos competir como podríamos”, agregó. Cambios estructurales por gente con recorrido, parece el cálculo.

En las últimas semanas el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) donde pisan fuerte las agroexportadoras y la actividad agropecuaria santafesina, presentó su Plan Federal a 2033 donde entre otras cosas plantean medidas a largo plazo, entre ellas la necesidad de eliminar los derechos de exportación de manera gradual a diez años. Va en sintonía con la ley que habló con Massa pero que quedó cajoneada para multiplicar exportaciones y trompear el déficit fiscal.

Esos temas también ponen en agenda a la hora de vislumbrar un modelo. Todos coinciden que caras nuevas sin experiencia y con locuras en mano no son bienvenidas para los que producen y hacen negocios. Se verá que se construye, pero el círculo rojo ya carbura.

un hilo rojo de la zona nucleo a la coalicion del 70%
el mas porteno de los federales

También te puede interesar