Una pequeña multitud dispersa se agrupa ansiosa luego de que una camioneta blanca estaciona sobre la peatonal de la ciudad de Santa Fe. La parsimonia matutina, característica de los sábados, desaparece. No es cualquier vehículo, se trata de la Patoneta, que lleva a la candidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, en su Marcha por la Argentina. Abajo la esperan el gobernador electo, Maximiliano Pullaro, y su vice, Gisela Scaglia. También el futuro intendente Juan Pablo Poletti, la senadora Carolina Losada, el diputado Mario Barletta y el presidente del PRO Cristian Cunha. A puras sonrisas y brazos abiertos, de esa manera comenzó su travesía por el centro capitalino, donde no faltaron los stickers.
En el rostro y la voz seca y escasa de la candidata se notan los kilómetros de campaña que lleva a cuestas. “¿Qué te pasa? ¿Estás medio engripada?”, le pregunta Pullaro a la candidata apenas se baja de la Patoneta. Bullrich responsabiliza a uno de sus últimos discursos: “Me pusieron un micrófono malo, malo, malo y grité mucho".
Tras una breve conferencia de prensa, la candidata se dispone a caminar bajo el cielo gris de la mañana santafesina mientras se oye el canto incipiente de “Patricia presidenta” y entre el gentío asoma un pato gigante.
Crema para firmar
Tras dar algunos pasos, un grupo de personas se agolpa para saludarla en la peatonal San Martín. “¡Fuerza Pato!”, “¡Fuerza presidenta!”, “¡fuerzas Patricia!”, se repiten los gritos. “Fuerza”, la palabra siempre presente.
Entre los pedidos de fotos y selfies se abre paso una señora y le regala una bolsa de papel. “Le di una crema humectante para las manos, así las tiene bien suavecitas para que cuando sea presidenta firme todo lo que tiene que firmar”, le confiesa emocionada a Letra P. Paralelamente, algunas mujeres reparten stickers redondos con la insignia "Patricia Bullrich, la fuerza del cambio".
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Bullrich abraza, agradece e intenta avanzar algunos pasos sin mucho éxito. Militantes de JxC levantan sus cabezas por sobre la multitud para ver a la referente del PRO. También lo hacen algunas personas desprevenidas que pasean en la mañana en medio de los comercios de la peatonal y se topan con el amontonamiento. “¡Está Patricia, vino a Santa Fe la futura presidenta!”, anoticia un hombre de camisa clara y chaleco inflable a una mujer joven, desorientada, que pasaba caminando por la zona.
El hombre que se casa, los churros y la canción de John Lennon
La caminata de una sola cuadra le lleva a Bullrich casi una hora. Con su equipo de seguridad haciéndole marca personal, se toma el tiempo para charlar con cada persona que se le acerca. En medio del cardumen humano que perseguía a la candidata apareció una pareja que a los gritos le contó que había viajado desde Gualeguaychú solo para verla a ella. Casi en simultáneo, uno de sus asesores se acerca a la candidata del PRO y le relata en el oído la historia de un hombre que está frente a ella.
–¿Te casás? ¿Te casás hoy? –le pregunta.
–Sí, pero quería venir –replica tímidamente el hombre, que supera los 50 años.
–Bueno, ¡suerte!–, le desea sorprendida Bullrich antes de saludarlo.
A escasos metros de la escena, un vendedor ambulante le regala una docena de pastelitos con membrillo y de churros con dulce de leche. “Los mejores de la peatonal”, le asegura, tras entregarle las dos bolsas a la candidata. Cuando la marea cambiemista pasa, un asesor se acerca para agradecerle, le pregunta el precio y paga.
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Bullrich con la docena de pastelitos y churros que le dio un vendedor.
A medida que avanza sobre el corazón céntrico de la ciudad, Bullrich no solo interactúa con quienes se acercan, sino que trata de ingresar a algunos locales. Entra a una juguetería, saluda a sus empleadas y algunos pasos más adelante se para sobre el ingreso de una galería. Un vendedor de un local de ropa masculina sale corriendo a pedirle una foto. Los parlantes de la disquería de al lado reproducen una canción que choca contra el aura de “fuerza” de la candidata de los halcones. "Imagina toda la gente viviendo la vida en paz", canta John Lennon.
Acompañamiento político
Mientras Bullrich ocupa el centro de la escena, a algunos metros acompañan su caminata figuras de la política santafesina. Pullaro recibe felicitaciones y apoyo para su futuro gobierno. Losada es de las más elegidas para las fotos y hasta graba un video para un hombre que le pide un saludo para su esposa. “¡Mi intendente favorito!”, le dice la senadora a Poletti y se funden en un abrazo. “¡Uy! Esto me puede traer problemas”, bromea después.
En la caminata hay referentes de distintas líneas del radicalismo, como Mario Barletta, José Corral, Julián Galdeano y Felipe Michlig. Del PRO participan Federico Angelini, Cristian Cunha, José Núñez (primer candidato a diputado) y Sebastián Mastropaolo, entre otros. También se ven integrantes de la Coalición Cívica y CREO, pero nadie del Partido Socialista, que apoya a Juan Schiaretti en las elecciones nacionales.
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Patricia Bullrich, con Pullaro, el intendente electo Poletti y José Nuñez.
Acto sin voz, pero con fuerza
Antes de seguir viaje en la Patoneta rumbo a Esperanza, Humboldt, Nuevo Torino, Bella Italia, Rafaela y Sunchales, Bullrich se sube a una tarima armada en una plazoleta cercana a la peatonal. “Estoy mal de la voz, pero estoy con fuerza“, dice la candidata, rodeada por Pullaro, Scaglia, Poletti y Núñez. El público entona expectante el “Sí se puede” que Mauricio Macri usó en la campaña 2019.
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Mientras suenan tibiamente algunos bombos y se ven remeras de la Franja Morada, Bullrich asegura que JxC está “logrando una gesta”. “El kirchnerismo está herido, pero no muerto. Hablo de la ideología y no de las personas”, aclara al borde de la banquina discursiva. Posteriormente, hace referencia de manera implícita a Javier Milei. “Esta última batalla no se la podemos regalar a un improvisado, somos una fuerza que tiene espalda e historia”, lanza. Hay aplausos arriba y abajo de la tarima. Tras los saludos de rigor, Pullaro y Losada se suben con Bullrich al motorhome y la Patoneta parte rumbo al interior santafesino.