La derrota del peronismo santafesino en las últimas elecciones dejó tierra arrasada; fue como echar sal sobre las heridas internas que venían de arrastre. Sin liderazgos claros, el PJ se encamina a un llamado a elecciones anticipadas en un escenario que encuentra a la mayoría de las tribus distanciadas unas de otras. La situación es lo suficientemente precaria como para que empiecen a circular nombres de distinta jerarquía, sin importar qué tanto éxito hayan tenido en los últimos comicios.
Mientras se desarrolla la campaña presidencial, los espacios internos tiran para el mismo lado y militan, con mayor o menor compromiso, a Sergio Massa presidente. No ocurre lo mismo con el futuro del PJ provincial, que deberá renacer de las cenizas, porque los nombres que de forma más o menos interesada empiezan a circular para agarrar el fierro caliente que es la presidencia del partido, no reúnen consenso de antemano, ya sea porque se autoimpulsan o a lo sumo son empujados por sectores cercanos.
Entre los primeros nombres aparecen en escena dos integrantes de un mismo espacio, como Marcelo Lewandowski y Silvina Frana, quienes conformaron la fórmula para la gobernación, si bien cayeron en las elecciones generales, fueron la lista del PJ que más votos sacó a nivel provincial. Unos 540 mil santafesinos tildaron sus nombres en el 10 de septiembre pasado.
Entre los nombres en danza figuran también Roly Santacroce, el intendente de Funes que fue reelecto con el 75% de los votos. Rubén Pirola, senador por el departamento Las Colonias. Hoy por hoy nadie reúne el apoyo de una parte importante del peronismo como para salir a reclamar la presidencia del partido. Todo está en pañales y por construirse. La vara parece haber quedado baja. Incluso un sector de La Cámpora se anima a pronunciar el nombre del diputado nacional Marcos Cleri.
Por su parte Omar Perotti, quien siempre se mantuvo al margen de la conducción partidaria –aunque el actual presidente, Ricardo Olivera, tuvo su venía y respaldo–, ya avisó que hará silencio durante un largo tiempo, que se dedicará a escribir y que no tiene interés siquiera en presidir el bloque de diputados del que será parte.
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Roly Santacroce,de Funes, junto a Perotti, quien postuló a “algún intendente exitoso”.
Es casi unánime la idea de que ahora es momento de preocuparse por lo que pase en los comicios nacionales y tratar que gane Massa. El peronismo santafesino no puede seguir perdiendo espacios institucionales desde donde hacer pie. El ministro de economía y candidato a presidente actúa como dique de contención a la implosión interna en el PJ santafesino. El resultado de octubre o noviembre, en caso de que haya ballotage, puede cambiar la ecuación de poder al interior del justicialismo.
Hay otro punto en el que coinciden los diferentes espacios: lo ocurrido en las elecciones provinciales tiene que tener algún impacto puertas adentro. Se perdió la gobernación, la mayoría en el senado y ciudades importantes que venían siendo comandadas por el PJ desde hace muchos años. Más allá del enojo imperante por la falta de conducción y el accionar del gobernador Omar Perotti, parte de la conclusión es que hay que hacer una mesa donde todas las tribus estén representadas para discutir el futuro. Con el resultado nacional puesto se llamará a elecciones anticipadas y ahí comenzará la rosca fuerte.
Peronismo Santa Fe
Leandro Busatto, referente del rossismo, en el último congreso del PJ santafesino.
Semanas atrás, Perotti postuló a “algún intendente exitoso”. De inmediato se asoció esa idea con Santacroce, uno de los fotos que salió bien parado del turno electoral. El foro de presidentes y presidentas comunales peronistas empezó a trabajar en conjunto con las intendencias justicialistas y sus referentes creen que debe haber silla importante en la próxima mesa directiva. “Somos la única pata fuerte de institucionalidad que le quedó al partido”, se envalentona un jefe comunal.
El Movimiento Evita, el rossismo y las distintas líneas del kirchnerismo coinciden en que lo ocurrido debe “acusar recibo” y hay que discutir con “humildad” un nuevo peronismo. Ponen foco en la necesidad de promover un recambio generacional, mayor presencia territorial y en los barrios. “Hoy ningún dirigente concentra apoyos territoriales ni políticos como para ser jefe o jefa”, dice un dirigente. En el sector de Lewandowski y Frana aseguran que, dentro de la malaria, concentran el mayor respaldo y también deben ser considerados: “Tiene que haber mucho diálogo y no imposiciones”.