Sergio Massa repartió su agenda del domingo entre una visita a los curas barrios populares en la Villa 21-24 Zavaleta y el intercambio constante con equipos técnicos para pulir los detalles del proyecto de reformas en el impuesto a las Ganancias que anunciaría este lunes. Lejos, bien lejos de Santa Fe, donde el peronismo sufrió una dura derrota en las elecciones provinciales, el ministro de Economía buscó minimizar el impacto del resultado sobre la marcha de su campaña presidencial.
La decisión de Massa darle la espalda a la derrota de Marcelo Lewandowski quedó en evidencia con la comitiva de funcionarios nacionales que se hicieron presentes en el búnker perdedor del senador nacional en Rosario: solo el ministro de Transporte, Diego Giuliano, y la directora de Migraciones, Florencia Carignano. Ninguna figura política de peso del massismo estuvo este domingo en Santa Fe, donde se anticipaba un durísimo resultado adverso.
Massa sabía que después de la foto del sábado de relanzamiento de su campaña, abrazado a 12 gobernadores en Tucumán, iba a llegar un revés fuerte en Santa Fe y la estrategia fue mantenerse lo más alejado posible. "No tiene mayor impacto. Está desnacionalizada esa elección", repetían este domingo en su entorno político para minizar el efecto de la derrota en otra provincia que el peronismo pierde este año.
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Los números del peronismo en Santa Fe, la provincia con el tercer padrón electoral más grande del país, habían sido ya un baldazo de agua helada para el massismo a mediados de julio pasado, cuando Unidos casi duplicó en votos al peronismo, un resultado que anticipaba la derrota de este domingo. El impacto sobre la fórmula del oficialismo fue directo, sobre todo por la inclusión de compañero de fórmula de Massa del santafesino Agustín Rossi, cuyos candidatos en las PASO fueron también superados.
El argumento con el que el peronismo intentó procesar el resultado fue que la elección santafesina había estado, como dijo Rossi en declaraciones a los medios, "muy provincializada", es decir, que corría por un carril completamente diferente a la elección nacional.
Después de la derrota en las PASO, Massa intentó apuntalar la campaña de Lewandowski con la mira puesta en mejorar los números de oficialismo de cara a la elección presidencial. El ministro hizo bajadas a Rosario con agenda de seguridad, el tema más sensible en esa ciudad, y se abrazó a Lewandowski.
Sin embargo, la certeza de un resultado en contra en las elecciones de este fin de semana alejaron la agenda de Massa de Santa Fe. Este domingo, cerca del ministro candidato aseguraban que el resultado no generaba mayor impacto en la campaña presidencial, con argumentos similares a los de después de las PASO. "Está desnacionalizada", sostenían.
Massa buscará este lunes recuperar el control de la agenda con el anuncio de reformas en el impuesto a las Ganancias. La consigna es dejar atrás lo más rápido posible otra foto con el peronismo derrotado para alejar los fantasmas de cara a octubre.