La rosca por la integración del gabinete de Maximiliano Pullaro está que arde, y reavivó internas en algunos de los partidos socios de la coalición. Es el caso del PRO: reconocido por el gobernador electo como uno de los tres socios mayoritarios de Unidos para Cambiar Santa Fe junto con la UCR y el socialismo, y por lo tanto con derecho a tener al menos un ministerio en el gabinete, puertas adentro del macrismo hace ruido la decisión de Pullaro de elegir a su vicegobernadora Gisela Scaglia como su interlocutora a la hora de repartir los cargos. “No fue elegida por el partido”, apuntan.
La lucha intestina del PRO santafesino hilvana capítulos que son noticia y lo llevaron a perder casi todo. El espacio tiene tres tribus internas: el PRO “puro”, conducido por Federico Angelini; el PRO+, referenciado en la concejala rosarina Anita Martínez; y el PRO Evolución, con la conducción del diputado Gabriel Chumpitaz y de la propia Scaglia. Los dos primeros espacios jugaron en las PASO con Carolina Losada -de hecho Angelini fue su compañero de fórmula-, mientras que Chumpitaz y Scaglia fueron los primeros macristas en apostar por Pullaro.
Como contó Letra P, Pullaro empoderó a Scaglia como jefa del PRO y avisó que negociaría con ella los lugares en el gabinete, con la condición de que sea generosa con el resto de las tribus internas. Algunas voces del PRO expresaron su disconformidad: “Gisela no fue elegida como interlocutora por el partido sino por Pullaro, ¿cómo se le va a plantar para pedirle más?”, se preguntan. La noticia de que el PRO sólo tendría el Ministerio de Trabajo y que su titular sería Roald “Coco” Báscolo, un dirigente muy cercano a Scaglia, no hizo más que echar leña al fuego a los cuestionamientos.
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Otra garganta del PRO reconoce, sin embargo, que Scaglia comenzó las charlas puertas adentro con intención de abrir el juego, pero que todo está en stand by hasta las elecciones nacionales del 22 de octubre. Scaglia es larretista, por lo que tras la derrota del jefe de Gobierno porteño en las PASO, su posición está apalancada en sus logros provinciales. Por el contrario, Angelini es un dirigente muy cercano a Patricia Bullrich, pero quedó con muy pocos activos locales, por lo que no será la misma negociación si la candidata presidencial de Juntos por el Cambio no entra al ballotage.
Además, la misma fuente apunta al vínculo entre Pullaro y Angelini. “No quedó bien”, revelan. ¿Los motivos? Ambas figuras negociaron hasta el final antes del cierre de listas para lograr una alianza y, “de un día para el otro”, Angelini cerró con Losada. Encima, en la campaña, el presidente en funciones del PRO nacional se subió a los misiles venenosos que Losada dirigió a Pullaro y tensaron al máximo la coalición. Por esa razón, en el PRO+ son más cautelosos y creen que el hecho de no haber "coqueteado" con Pullaro ni haberse subido a las críticas de Losada los deja en una mejor posición relativa.
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El ruido aún queda en el off the record porque la apuesta es que, tras las “negociaciones acaloradas” que vaticinan, se llegue a un buen acuerdo que deje a todos contentos. ¿Qué sería un buen acuerdo? “Un gabinete de coalición y no un gabinete de los radicales más los que ellos quieren”. Para eso, el PRO quiere llevar a la mesa de negociación su ejército de “gente experimentada en el sector privado” y así empatar la oferta de cuadros técnicos que tiene el socialismo, formada al calor de doce años de gobierno. “Si no, esto sería la refundación del Frente Progresista, y no queremos eso”, avisan.