La discusión por el futuro de la hidrovía Paraguay-Paraná va tomando color a medida que se acerca diciembre, fecha en la que el gobierno de Javier Milei insiste en que estarán listos los nuevos pliegos para la licitación de la vía fluvial. Sin embargo, la discusión por las tarifas y las pujas entre los distintos puertos que la componen ya comenzó.
En ese marco, las reuniones periódicas que coordina la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante, a cargo de la gestión en el nuevo esquema dispuesto por el Gobierno, han dado inicio a planteos de las partes interesadas.
“Hay un lobby muy fuerte ahí para equiparar las tarifas de peaje de las terminales de Buenos Aires con las de La Plata”, dicen a Letra P fuentes del sector portuario. Hoy, el primero paga el 85%, mientras que el platense un 65%, contra los del cordón industrial santafesino y la zona de influencia de Rosario que tienen tarifa plana.
“¿Quién va a pagar la diferencia en ese peaje que se utiliza para costear el dragado? Las miradas caen en Rosario”, agrega la misma fuente. En términos concretos, sostienen, la brecha es de entre 15 mil a 20 mil dólares por barco. “Es significativo”, hacen cuentas.
“Dudo que no haya un análisis razonable”, atempera otro conocedor del paño vinculado a los puertos privados y sostiene: “No creo que sea un impacto determinante. El Gobierno intentará zanjarlo de la manera más justa y razonable, no arbitraria”.
Puja de intereses con la mira puesta en diciembre
Con muchos jugadores sentados a la misma mesa, el armado de los pliegos desvela y ocupa a cada uno de ellos. Sin ir más lejos, semanas atrás la Unión Industrial Argentina advirtió que, ante el aumento de costos, ya miraban con buenos ojos otros puertos de la zona e inclusive el de Montevideo (Uruguay) para mudar sus operaciones. Recuerdan todavía el sacudón tarifario anunciado semanas atrás, con aumentos del 40% en dólares.
“Es la primera vez que hay un trabajo serio y enfocado, usando los recursos disponibles, pero este es un juego con opiniones contradictorias”, resume una fuente del sector agroexportador, recordando la deuda que quedó de la gestión de la Administración General de Puertos (AGP), que hoy supera los U$S 90 millones por las tareas de dragado y balizamiento. Estas deudas, que en su mayoría tienen como acreedora a la operadora Jan de Nul a través de su empresa local, persisten desde el final de la gestión de Alberto Fernández y los comienzos del gobierno de Milei.
En la lucha por las tarifas, las cámaras que nuclean a las terminales privadas sostienen que es “atinado y esperable” que se discutan las zonas y los intereses de cada lugar, pero remarcan el tinte dialoguista de la subsecretaría que tiene a Iñaki Arreseygor a cargo. “Vamos a ver el día que estén los pliegos, al final de la película el Estado definirá”, sopesan con pies de plomo.
¿Unitarios versus federales versión portuaria?
“La preocupación de todas las terminales de Rosario es segura. Si a Buenos Aires le bajan el peaje alguien lo va a tener que cubrir y ese alguien sería Rosario”, redoblan en la mesa que discute estos temas. Con sus propios problemas con el gobierno de Santa Fe, la sociedad que conforman Ultramar y Vicentín en Terminal Puerto Rosario y el corredor que llega hasta Timbúes ya mira de reojo la discusión instalada.
“Todos le esquivan a lo que le quite eficiencia a la logística”, marcan fuentes del sector agroexportador. Allí apuntan a dos versiones al intento del puerto -cuyo futuro está en plena discusión- que hoy está operado por Dubai Ports, que controla Terminales Río de La Plata, y APM Terminals, de la danesa Maerks, que controla la terminal 4 y también absorbió la operatoria de BACTSSA, a la que se le terminó la concesión durante la presidencia de Fernández.
“O es para ahorrarse esa plata o es un tema dilatorio”, aventura el interlocutor. Es que marcan allí la necesidad de obras en el puerto capitalino, sin dudas uno de los jugadores fuertes en la traza. “Yo creo que es una discusión más entre Buenos Aires, La Plata y Zárate”, bajan la espuma del otro lado alejando fantasmas para el cordón industrial.
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La hidrovía de Javier Milei
Lo que espera Santa Fe del nuevo pliego
Si bien todos esconden las cartas hasta último minuto, los plazos corren y se espera que para el próximo mes de noviembre cada uno de los actores involucrados puedan dar su mirada y sus aportes esperando que se trasluzca en la mentada licitación. En ese marco, la fuerza de la flamante Región Litoral, con seis gobernadores -entre ellos el santafesino, Maximiliano Pullaro-, tiene entre ceja y ceja la Hidrovía, tal como marcó Letra P tras el encuentro de mandatarios.
De hecho, el próximo 16 de octubre habrá un nuevo encuentro pensando en un trabajo conjunto y mancomunado en ejes centrales para la región, tal es este caso. “Santa Fe debe ser un actor principal y preponderante, considerando el rol de nuestro río en el marco de un desarrollo de nuestro territorio, de todos nuestros puertos y de nuestras localidades desde Villa Constitución hasta Villa Ocampo”, dijo semanas antes el ministro de Producción, Gustavo Puccini, en la Mesa de Diálogo para el Desarrollo de la Hidrovía.
La puja para incluir los puertos de la ciudad capital al norte es una pelea que ya avisó dará el gobierno, aunque desde otros sectores miran con recelo. “Hay que priorizar las rutas donde hay mayor generación. No hay que abandonar el resto, pero sí ponerle la mirada justa”, deslizó el avezado interlocutor. “Es difícil que alguien pague por una tarifa sin una capacidad instalada para justificarlo”, señaló otro. La discusión recién arranca.