SEMANA SANTA FE

El domingo de Omar Perotti

El gobernador juega su propio partido. Ganar la categoría legislativa, su principal objetivo. Campaña distante con Marcelo Lewandowski.

Omar Perotti se sale con la suya y hace la suya. A la par de la elección de este domingo en Santa Fe, el gobernador juega su propio partido. Es un examen de un solo mazo y sin socios ni competidores. Prácticamente afuera del engranaje nacional de Unión por la Patria y sin precandidato a gobernador cien por ciento propio, el mandatario empieza a definir su futuro político.

Seguramente, Perotti ganará la carrera para la Cámara de Diputados provincial en la interna de Juntos Avancemos, el frente que armó el peronismo en Santa Fe. Luego, apostará a vencer en las generales para convertirse, en diciembre, en el presidente del cuerpo. Desde ahí, buscará acompañar y colar fichas en el gabinete de un compañero o liderar la oposición si la gobernación termina en manos de Unidos.

Ese es el plan del gobernador: ni dejar la vida por Sergio Massa Presidente ni dejar la vida por la continuidad del peronismo en la Casa Gris. La principal aspiración de Perotti es triunfar en la contienda legislativa.

Prueba de ello es que ninguno de los cuatro precandidatos a gobernador del PJ defiende su gestión enfáticamente, con los ojos cerrados. Es verdad que Perotti entabló un acuerdo con Marcelo Lewandowski, el favorito de las PASO, pero el senador se esfuerza en remarcar que no es el pollo del mandatario.

Además, uno y otro armaron comandos de campaña distintos, cada uno con su jefatura y su plan. La postal del gobernador cerrando campaña sin la presencia del senador, que contó Letra P, es un símbolo por demás de potente de los caminos separados.

Cabe una pregunta a futuro sobre la relación de ambos. Si el periodista finalmente vence en la interna, ¿se pegará más a Perotti? ¿Sonará más a sociedad la cosa o seguirá cada uno en la suya? Como mínimo, la campaña de Lewandowski debería tomar otro vuelo.

En los últimos días, Perotti se reunió con Massa y lo bendijo como precandidato presidencial de síntesis en el peronismo, pero el santafesino nunca se subió al lote de gobernadores que pulseó en la interna nacional del oficialismo. Después abrazarse al experimento Frente de Todos en sus inicios, el titular de la Casa Gris se fue recluyendo más y más en su provincia.

En su condición de gobernador, Perotti tampoco presionó mucho para meter una persona de su riñón en la lista de Unión por la Patria de aspirantes a la Cámara de Diputados de la Nación, como si su aspiración y su construcción políticas hubiesen sido provinciales desde el vamos.

En ese camino está el gobernador; en pugnar por que su mirada del mundo, su peronismo, no retroceda y se mantenga viva y latente en Santa Fe, aun ante el riesgo real de perder la provincia a manos de la oposición.

Si Unidos gana la gobernación pero logra vencer en su categoría, Perotti no sentirá que hizo un mal negocio. En ese caso, leerá que el padre de la derrota es Lewandowski, no él, que habrá festejado lo suyo y se habrá convertido en jefe peronista.

Con todo, primero tiene que sacar una ventaja considerable el domingo. Tiene de rivales a la vicegobernadora Alejandra Rodenas, a la diputada provincial Lucila De Ponti y a su par Cachi Martínez, entre otras figuras. Es ampliamente favorito, pero el sistema D'Hondt rearmará la lista de cara a las generales y ahí se sabrá qué porcentaje de perottismo queda en la nómina. Es el primer paso del mandatario para construir su legado.

(Arriba) Losada, Pullaro, Fein, Lewandowski. (Abajo) Cleri, Busatto, Toniolli, Maradona.
El ministro de Economía Sergio Massa y el gobernador Omar Perotti.

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