EL PODER PÚRPURA

Tucho Fernández, mucho más que el escriba del papa Francisco

El cardenal argentino mueve los hilos de la reforma bergogliana. Un superministerio y el probable ingreso al gabinete asesor. Armador clave de la sucesión.

Tucho Fernández llegó a Roma siendo el ghostwriter de los principales documentos del papa Francisco. En apenas nueve meses ganó poder en la estructura vaticana y se convirtió en el responsable de articular la reforma “progresista, inclusiva, misionera y sinodal” que Jorge Bergoglio pretende para la Iglesia.

Además de ganarse las jinetas de cardenal en tiempo récord y dejar de ser identificado por su país de origen para pasar a la categoría de “curial”, el teólogo argentino se convirtió en una suerte de escudero frente al embate eclesial ultraconservador que se opone a la renovación bergogliana.

Desde septiembre hasta ahora, ya instalado como prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Fernández sigue siendo el escriba de la mayoría documentos pontificios.

En esa misión se ganó varios enemigos entre los rigoristas, que lo acusan de imponer por “decreto” cuestiones doctrinales que no logra consensuar en instancias de discusión eclesial como las asambleas sinodales.

Autor de documentos cuestionados

A modo de ejemplos, los críticos citan el acceso al sacramento de la comunión de las personas de fe católica divorciadas en nueva unión. Si bien el tema fue debatido, pero no aprobado, en el Sínodo de la Familia de 2015; en la práctica eclesial se autoriza con una serie de condiciones.

Más polémica suscitó la declaración Fiducia Supplicans que autoriza la bendición de parejas homosexuales, pero sin aceptar el “matrimonio” entre personas del mismo sexo. El texto obligó al teólogo argentino a hacer muchas aclaraciones.

fernandez y el papa.jpg
Tucho Fernández, el papa Francisco y el secretario del Dicasterio para la Doctrina de la Fe

Tucho Fernández, el papa Francisco y el secretario del Dicasterio para la Doctrina de la Fe

Tal fue el revuelo por el documento redactado por Fernández, que varias diócesis del mundo, sobre todo africanas, se opusieron a impartirlas. Se trata de jurisdicciones eclesiásticas en países de mayoría musulmana en los que ser gay está prohibido por ley y penado hasta con la pena de muerte.

El texto también provocó la ruptura del diálogo teológico con otras confesiones cristianas, como la Iglesia Copta Ortodoxa y que luego el cardenal argentino consiguió enmendar con un viaje fugaz a El Cairo, para darle precisiones al papa copto Tawadros II.

Un superministerio para Tucho Fernández

Cuando el papa sacó a Fernández de la Arquidiócesis de La Plata para ponerlo al frente del organismo vaticano, le remitió una carta pidiéndole que ponga su empeño en cuidar la fe, pero “no como enemigos que señalan y condenan"; y liberándolo de las cuestiones disciplinarias relacionadas con los abusos de menores.

El pontífice lo hacía recordándole que ese ministerio doctrinal tiene una secretaría específica para esa misión con profesionales “muy competentes”.

A principios de junio, el papa reforzó esa área nombrando a los cardenales José Tolentino de Mendonça y Marcelo Semenaro y al teólogo Bruno Forte como nuevos miembros del dicasterio y con la tarea de asistir al prefecto.

Entre otras medidas recientes, el dicasterio a cargo del argentino imputo por delito de "cisma" al arzobispo italiano y ex nuncio en Estados Unidos, Carlo Viganò, muy crítico del papa y acusado de encubrir abusos.

Una silla en el gabinete de asesores

El papa tiene un grupo de nueve cardenales asesores que trabajan en puntos clave de la reforma de la Iglesia, tanto estructural como doctrinal y financiera, al que se conoce como C9.

cardenales papa.jpg
El papa Francisco defiende a Tucho Fernández ante otros cardenales.

El papa Francisco defiende a Tucho Fernández ante otros cardenales.

El Consejo de Cardenales está integrado actualmente por Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano; Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano; Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa; Oswald Gracias, arzobispo de Bombay; Seán Patrick O'Malley, arzobispo de Boston; Juan José Omella, arzobispo de Barcelona; Gérald Lacroix, arzobispo de Quebec; Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo; y Sergio da Rocha, arzobispo de San Salvador de Bahía.

A raíz de que en 2024 O’Malley y Gracias cumplirán 80 años, edad límite para pertenecer al ente consultivo, el papa prepara la inclusión de dos nuevos purpurados y el nombre de Tucho Fernández comienza a sonar fuerte en los pasillos vaticanos para ocupar una de estas dos sillas que quedarán vacantes.

Armador de la sucesión papal

Desde su llegada a Roma, Fernández es visto como el armador clave tanto para el juego de influencias de cara a un futuro cónclave para suceder a Bergoglio como para perfilar al pontífice del postfrancisquismo

Fernández se moverá como un kingmaker y, pese a que vota y puede ser votado, es difícil que los cardenales electores opten por otro argentino.

En este armado, el purpurado argentino tiene a favor el hecho de que Bergoglio nombró (creó, en términos eclesiásticos) al 73% de los actuales 126 cardenales electores, con una media de edad de 71 años y buena parte procedentes de las periferias del mundo.

Tucho Fernández es proclamado cardenal por el papa Francisco.
El arzobispo argentino futuro cardenal e influyente en el Vaticano

También te puede interesar