La pelea por las dietas en el Senado volverá al centro de la escena la semana próxima, cuando venza la resolución que congeló los sueldos. Esta vez, Victoria Villarruel no participará de las negociaciones y dejará todo en manos de los integrantes de la cámara alta, quienes podrían recibir un salario de más $9 millones si no aprueban una medida restrictiva.
Ocurre que la vicepresidenta prorrogó el congelamiento de las dietas en enero, cuando se consideró con atribuciones porque no había sesiones habilitadas. Con el periodo ordinario inaugurado, la titular del Senado entiende que los ingresos sólo pueden definirse con una resolución votada en el recinto. Por ahora, los jefes de bancada no parecen interesados en dar ese paso.
El debate generó el primer cortocircuito: Luis Juez (PRO) le envió una nota a la presidenta del Senado rechazando cualquier eventual aumento. "Es una presentación a título personal. No sé qué hará el resto de los senadores", informó el cordobés, a Letra P.
Hasta febrero Juez era jefe del bloque PRO en la cámara baja. Ese cargo quedó en manos de Alfredo De Ángeli, quien deberá negociar una resolución conjunta con el resto de las autoridades de bancada, si es que hay acuerdo en no aplicar el aumento.
En su nota, fechada el 19 de marzo, Juez le solicitó a Villarruel "que mantenga congelada" su dieta por "todo el transcurso del corriente año". "No son momentos para discutir los salarios de la política. Es la oportunidad indicada para acompañar el esfuerzo que hace el pueblo en conjunto", argumentó el cordobés. Una presentación similar realizó el bloque de Santa Cruz, que integran José María Carambia y Natalia Gadano, outsiders que hace un mes le impidieron a Villarruel elegir autoridades.
Victoria Villarruel, afuera
En el Senado, el personal administrativo desconoce aún si podrá discriminar los aumentos de dietas definidos en forma automática. En tal caso, quienes rechacen un eventual incremento podrían donar sus ingresos o una parte de ellos, una práctica que popularizó Javier Milei cuando era diputado.
Hay quienes creen que Juez sabe que su nota será letra muerta. "Nunca quiso armar una sesión para congelar dietas. Queremos que sean los senadores los que pongan la cara", piden cerca de Villarruel.
Las dietas del Senado están congeladas hasta el lunes 31 de marzo, a partir de una resolución firmada el 3 de enero por Villarruel, que prorrogó la suspensión del enganche de los haberes con el aumento de 6,13% que recibieron los empleados en agosto. Con esa suba, cada representante de la cámara alta ganaría más de 9 millones de pesos en bruto y duplicaría a sus colegas de Diputados.
Villarruel ya avisó que esta vez no volverá a interceder sobre las dietas y los jefes de bancada deberán tomar una decisión. "En enero la resolución se basó en que no había sesiones convocadas y no podía reunirse el pleno para tomar una definición. Ya no tenemos esa excusa. Se tendrá que hacer cargo cada bloque", sostuvo una fuente del Senado.
Victoria Villarruel, al margen de las negociaciones
El entorno de la titular del Senado reconoce que en la Casa Rosada le facturan no haber frenado el dietazo que se votó hace un año. La diferencian de Menem, quien gestionó un incremento a puertas cerradas, cuyas cifras ni siquiera trascendieron.
Villarruel masculla bronca cada vez que escucha esa crítica porque su dieta sí está congelada, como todos los sueldos de quienes integran el Poder Ejecutivo. En enero, la vice dijo que cobraba "chirolas" y provocó la inmediata reacción del Presidente, quien le recordó cuáles son los salarios en el país.
Para no sumar tensión con la Casa Rosada, esta vez Villarruel no interferirá en la discusión sobre los ingresos del Senado, que llegará inevitablemente en la reunión de labor parlamentaria previa a la sesión del jueves 3 de abril, citada para tratar los pliegos de los candidatos a la Corte Suprema, Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo.
Los sueldos en el Senado
La resolución del Senado que sigue vigente fija las dietas en el equivalente de 2.500 módulos, otros 1.000 por gastos de representación y 500 por desarraigo. Se establece que cada aumento paritario se traslada automáticamente a los haberes de cada representante. Eso es lo que dejó de pasar desde el 1 de agosto, por una votación en la sesión.
Si no se repitiera el trámite, la liquidación de marzo tendrá el aumento que recibió el personal en agosto (6,13%) y podría sumar eventuales subas conseguidas por los gremios legislativos. Luego de votar el último congelamiento, los jefes del Senado se comprometieron a avanzar en un esquema salarial para todos los poderes del Estado, pero la idea nunca prosperó.
La iniciativa que más consenso tiene es la del jefe del UP, José Mayans, que regula los ingresos de los funcionarios de los tres poderes del Estado. Establece que el más alto debe ser el sueldo presidencial, medido en 20 salarios mínimos, vitales y móviles. Cuenta con el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner.
En todos los bloques de la cámara alta hay representantes que defienden la suba de dietas porque recuerdan que, con el descuento del impuesto a las ganancias y otros conceptos, podrían cobrar hasta el 60% del total.
Además, en la discusión se suma otro elemento que jugaría a favor de quienes quieren recibir el aumento: la denuncia por estafa del caso $Libra, en la que se investiga si Milei y su hermana Karina, buscaron ingresos por fuera de sus dietas. Algunos sectores de la oposición incorporarán el episodio al debate por sus ingresos.