A una semana de un triunfo legislativo que le permitió repartir las autoridades y cupos de las comisiones, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, se encontró este martes con un problema insólito que podría complicarle el marco de alianzas para tratar los proyectos que pide el presidente Javier Milei: los integrantes del bloque de Santa Cruz, José María Carambia y Natalia Gadano, hicieron un piquete en el pasillo del Senado porque aún no les asignaron despachos.
La medida de protesta se llevó a cabo con una mesa de picnic, mate y pan dulce a la vista, logró acaparar la atención de los empleados y cronistas, pero no fue suficiente para solucionar el problema. Tras una reunión con el secretario parlamentario, Agustín Giustinian, la dupla de representantes australes, quienes responden al flamante gobernador, Claudio Vidal, siguió sin tener oficinas.
"Giustinian desconoció el compromiso que tenía con nosotros. Si no cumplen con un despacho, menos van a cumplir con los problemas de Argentina", sostuvo ante LetraP Carambia. Según contó, el flamante funcionario, que llegó al cargo por gestión del exsenador Federico Pinedo, les había prometido despachos durante la reunión de labor parlamentaria de hace una semana, cuando las fuerzas que no son peronistas se unificaron para repartirse cargos en la sesión del día siguiente.
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Fue por eso que en el recinto, la kirchnerista Juliana Di Tullio denunció que se habían negociado oficinas por cuórum. La bonaerense se refería a Carambia y Gadano, quienes aprovecharon el cara a cara con Villarruel para explicarle que no tenían dónde hacer base. Giustinian prometió resolver el problema, pero aún no pudo.
Luego de jurar, la dupla de Santa Cruz tenían entendido que iban a heredar los despachos que ocupaban quienes representaron a esa provincia hasta el 10 de diciembre por Juntos por el Cambio (Eduardo Costa y María Belén Tapia), pero sin autoridades designadas en la Cámara alta, nunca pudieron entrar.
Antes de irse del Senado, Carambia explicó que "el problema es que esas oficinas las tomó gente de JxC y Giustinian no se anima a decirles que se tienen que ir. Nos prometieron esos lugares y no nos respetan. El secretario parlamentario es impresentable".
¿Está en riesgo el cuórum?
Enterada del incidente, Villarruel ordenó conseguir despachos a Carambia y Gadano, pero al cierre de esa nota la búsqueda no era fácil. Trataban de identificar oficinas en el anexo, ubicado en la exsede de La Caja, pero no terminaban de habilitar la mudanza.
Lo más curioso del episodio es que los damnificados tienen los votos que la vicepresidenta necesita para abrir el recinto, sin tener que tocarle la puerta de Unión por la Patria.
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José María Carambia y Natalia Gadano.
La sesión de la semana pasada fue posible por 39 votos, dos más que lo necesario para el cuórum, entre ellas la de la rionegrina Mónica Silva, quien nunca había sido convocada al acuerdo. Como su decisión no iba a modificar la historia, prefirió colaborar para no quedar con el bando derrotado.
Sin el dúo de Santa Cruz, Villarruel no tendría más opción que llamar a Silva, quien responde a su gobernador, Alberto Weretilenck, por ahora sin vínculo con la Nación. Carambia anticipó que tal vez no siempre tenga el teléfono encendido: "Lo único que hicimos la semana pasada fue trabajar para que haya gobernabilidad. Si creemos que hay leyes positivas las vamos a votar y sino, las rechazaremos", aclaró.
"Llegamos acá sin presidente con boleta corta y vamos a tener una independencia que los demás senadores no tienen. No somos aliados de este Gobierno que, por lo que veo, no va a ser muy bueno. Estamos esperando las leyes para saber qué es lo que sirve para las provincias y qué no", completó el senador. El próximo desafío para Villarruel llegará con el paquete de proyectos que envíe Milei. Necesita volver a construir una mayoría. No le sobra nada.