Pocas horas después de que se conociera el resultado de la interna de Unión por la Patria (UP) en Tigre, Malena Galmarini se comunicó con el intendente Julio Zamora, quien la aventajó por una diferencia de más de 17 mil votos, para felicitarlo por el triunfo. Fue una charla protocolar, que luego el jefe comunal difundió y agradeció vía redes sociales, en donde los dos quedaron en reunirse para hablar del distrito y cómo podían sumar para ganarle a la oposición. Sin embargo, a dos semanas de aquella charla, en Tigre nadie cree que esa reunión vaya a ocurrir. "Está frío ese tema", responden cerca del intendente, que proyecta una campaña sin Galmarini a la vista. "¿Para qué la necesitaríamos ahora?", dicen en el entorno de Zamora, que ganó la interna compitiendo solo con la boleta presidencia del Juan Grabois por la decisión de Sergio Massa de no permitirle adherirse a su candidatura y, así, benefició a su esposa.
La interna parece haber saldado una pelea de pago chico que en la previa a la PASO se agigantó y llegó a nacionalizarse y en la que ahora el intendente saca pecho y se entusiasma con la idea de borrar el rastro de aquel control político que el massismo tuvo sobre el distrito alguna vez. La derrotada Galmarini, por su parte, dio vuelta de página rápido. Tras la derrota, ganó protagonismo y peso en el comando de campaña del ministro candidato.
Corte de boleta
La pelea Zamora - Malena en la interna del 13 de agosto pasado dejó algunos datos en Tigre que hablan del fracaso de la nacionalización de la campaña local y el buen resultado que tuvo para Zamora desplegar una estrategia de repliegue sobre lo local incluso proponiendo a los vecinos un delivery de boletas a la carta. La orden para la red de militantes y referentes barriales fue salir a golpear la puerta casa por casa, consultando a los vecinos qué candidatos querían votar en la presidencial y entregando esa boleta cortada y armada, lista para llevar al cuarto oscuro.
Fue la respuesta de Zamora a la decisión que tomó el matrimonio Massa - Galmarini de negarle la boleta presidencial, el capítulo final de una larga novela de hostilidades entre los ex aliados que rompieron en 2017.
La estrategia le dio resultado. En Tigre, Zamora se impuso a Galmarini por unos 60 mil votos contra unos 43 mil. La cifra toma otra dimensión si se compara con el resultado de la interna presidencial de UP en el distrito: Massa sacó unos 50 mil votos y Grabois, 23 mil, un caudal mucho más elevado para el dirigente social que en ningún otro distrito similar a Tigre.
A Zamora lo votaron todos los que lo votaron a Grabois y muchos votantes de otros candidatos presideciales como Patricia Bullrich a Javier Milei. En Tigre hubo un corte de boleta a favor del intendente de más de 27 mil votos, que son los que Zamora sacó por sobre Grabois.
"Malena no tuvo corte en contra. Massa sacó muy pocos votos más que ella. El tema fue que a nosotros nos votó todo el resto de los vecinos. Ellos decidieron quitarle votos a Massa. Boicotearon su propia boleta en Tigre", dicen cerca de Zamora.
Con esos datos, en el entorno del intendente evitan hablar de la interna con los Galmarini-Massa. "Tenemos que dar vuelta la página para ganar en octubre. No nos suma nada hablar de la interna que pasó", dicen.
Más allá de los gestos protocolares y de una charla que Zamora también tuvo con Massa tras la PASO, no hay nada. El intendente va a profundizar la estrategia local para una elección en la que su nombre sí irá pegado al de su rival, pero en la que vuelve a apostar por el corte.