ELECCIONES 2025

Teléfono desde Alemania para el peronismo, la UCR y el PRO

La potencia europea votó este domingo. Creció la derecha radical auspiciada por Elon Musk, pero las fuerzas democráticas consiguieron reducir su influencia.

Las elecciones legislativas celebradas este domigno en Alemania, de las que saldrá el gobierno que reemplazará al del saliente canciller Olaf Scholz, permitieron calibrar el impacto del activismo realizado a favor de la derecha extrema por el magnate preferido de Javier Milei, Elon Musk, aspirante a king maker global en la era segunda de Donald Trump. Además, representa un buen espejo donde podría mirarse las fuerzas democráticas de la oposición argentina, desde el peronismo hasta el PRO, pasando por la UCR, cada una con sus matices y sus distintas vertientes.

La extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD), por la que Musk ha hecho campaña activa, promocionándola en su red social y hasta participando por videoconferencia en actos proselitistas, duplicó su caudal de 2021. Logró un éxito resonante que condicionará en lo sucesivo la democracia del país.

Sin embargo, una participación récord del 84% impuso, desde la ciudadanía, un "cordón sanitario" que le cierra el camino al poder, con casi ocho de cada diez sufragios emitidos en favor de partidos democráticos, ya sea de derecha como de izquierda.

Esto fortalece la posición del seguro próximo jefe de Gobierno, el conservador Friedrich Merz, de imponer, justamente, un límite a AfD negociando una coalición democrática de amplia base partidaria e ideológica.

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Nazismo explícito en la propaganda de la derecha radical alemana que auscpicia Elon Musk.

Nazismo explícito en la propaganda de la derecha radical alemana que auscpicia Elon Musk.

Teléfono para el peronismo, la UCR y el PRO

La experiencia deja una buena enseñanza para la política argentina:

  • A la ultraderecha hay que tomarla en serio para contener sus peligros.
  • La convivencia plural es un bien a preservar por encima de ventajas electorales, oportunismos legislativos, favores del poder y hasta repartos oscuros.
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Víctor Zimmermann y Eduardo Vischi (UCR), claves en la votación.

Víctor Zimmermann y Eduardo Vischi (UCR), claves en la votación.

  • La mejor chance de supervivencia política para el centroderecha democrático radica en su diferenciación y no en convertirse en furgón de cola de aventuras autoritarias. De seguro ni el PRO ni el radicalismo violeta son capaces de mirar a más de ocho meses, además de que Mauricio Macri se mueve más por su orgullo personal herido y por el desenlace del negocio de la Hidrovía que por la vocación de un estadista.
  • Los progresismos deben aggiornarse con urgencia para no seguir perdiendo el voto de trabajadores y de la clase media a manos de la derecha ultra. En Alemania, una bandera será defender la convivencia democrática y otra, influir para morigerar el ajuste y el endurecimiento migratorio que propondrá Merz. ¿Por qué no adosarse a las izquierdas radicales?, podría preguntarse. Porque todo el universo de la izquierda –en efecto, reducido– difícilmente alcanzaría mayoría para gobernar y porque una plataforma de ese tipo le podría enajenar al SPD bastante de lo poco que le queda.
  • En resumen, el reformismo progresista parece destinado a negociar un rol en amplias alianzas de centro, destinadas a salvar lo que en cada caso queda de un Estado de bienestar, las libertades públicas, los derechos de las minorías y su propia alma.

Un cordón sanitario contra la ultraderecha de Elon Musk y Cía

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Fuente: El País.

Fuente: El País.

La tradicional alianza conservadora CDU-CSU de Merz se impuso, según datos preliminares, con cerca del 29% de los votos, incrementando su caudal de hace cuatro años en casi cinco puntos porcentuales.

Como contracara, el Partido Social Demócrata (SPD) de Scholz sufrió el peor resultado de su historia, perdió casi diez puntos de respaldo y terminó con 16,5%.

Es resonante el éxito de AfD, un partido que se ubica al filo de la democracia, muchos de cuyos dirigentes coquetean abiertamente con eslóganes y proclamas nazis y cuyas actividades son seguidas de cerca por las autoridades federales.

AfD quedó segunda, consiguió 20% y duplicó su desempeño de 2021. Obtuvo el mejor resultado de una fuerza xenófoba y populista de derecha desde la caída del régimen de Adolf Hitler y registra un crecimiento cuyo techo es hoy imposible de predecir.

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Los Verdes cayeron, pero salvaron la ropa; la izquierda radical, dividida en dos propuestas, creció y los liberales (FPD), que con su salida del gabinete precipitaron la caída de Scholz y la convocatoria a elecciones anticipadas, no consiguieron superar el umbral necesario para ingresar al Legislativo.

De lo dicho y del compromiso de Merz de aislar a los posnazis –ratificado en la noche del domingo– y convocar a una coalición democrática surge una opción prioritaria: el ingreso del SPD y los verdes a un futuro Gobierno de amplia base destinado, en el plano internacional, a reforzar la construcción europea ante al abandono y –virtual enemistad– de Estados Unidos. "La UE debe independizarse" del que siempre ha sido su socio transatlántico, postuló anoche Merz, resignado a pelear con el eje Trump-Vladimir Putin por el futuro de Ucrania.

Elon Musk fracasó en su primera aventura internacional

Más allá de lo que le aportó a la campaña de Trump, ¿de qué sirvió en Alemania –caso testigo fuera de Estados Unidos– la militancia extremista de Elon Musk, un hombre que ha sido declarado por los gobiernos de Francia y de España como "jefe de una internacional reaccionaria", que ha prometido financiar a los ultras británicos y que hizo un esfuerzo enorme en favor de AfD? El éxito de esa marca, que supone un terremoto político para toda Europa y establece la ruptura de una capa más de su techo de cristal, no es el del empresario, quien no la ayudó en nada en términos concretos.

Cabe recordar que el dueño de Twitter, Tesla, SpaceX y Starlink y ministro de facto de ajuste y desregulación de Trump se lanzó a un proselitismo desenfrenado desde su red social hace dos meses.

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Elon Musk, en campaña en favor de la derecha radical alemana.

Elon Musk, en campaña en favor de la derecha radical alemana.

Sin embargo, AfD registraba entonces en las encuestas una intención de voto promedio del 22%, por lo que la comprobación de su fuerte ascenso registra causas independientes de la bendición del tecnoplutócrata: un estancamiento económico de larga data, un deterioro de los servicios públicos, la dificultad del poderoso sector exportador para competir con China, la inquietud de amplios sectores –sobre todo medios– por el fenómeno migratorio y un pesimismo marcado sobre el futuro.

Antes de Musk, la CDU de Merz contaba con una intención de voto algo superior al 25% y la debacle socialdemócrata estaba cantada de antemano.

Desde ya que el magnate sudafricano-estadounidense puede escudarse en el crecimiento de la AfD para evitar la percepción de haber sufrido un fracaso personal, pero queda claro que su mera figura, sus bits y el auge de los mensajes de odio y el desbalance de los algoritmos que provocó desde la compra de Twitter en 2022 por 44.000 millones de dólares no sirvieron para nada en este caso. Su voz pública dejó a AfD igual o algo más abajo que al inicio de una injerencia que irritó a mucha gente. Una injerencia "descarada", se animó anoche Merz.

Es probable que estas conclusiones se apliquen solamente para el caso de Alemania, un país singularmente conciente de los desastres a los que llevan ese tipo de sensibilidades políticas. La respuesta de la abrumadora mayoría del electorado a la injerencia de la "nueva derecha" estadounidense implica una lección fuerte.

Habrá que ver qué ocurre si Musk mete mano de nuevo en Reino Unido y en otros países… Y en la Argentina inminente, donde una simple moneda que caiga de un cielo negro para hacer propaganda o apoyar un proyecto de poder puede hacer estragos en relación con el limitado financiamiento interno.

Javer Milei y Donald Trump en la CPAC.
Javier Milei en la CPAC.

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