El ajuste avanza. Así podría resumirse la gestión que anticipó Francisco Azcué para Concordia, la segunda ciudad más importante de Entre Ríos. El intendente de Juntos por el Cambio asumió este martes al mediodía e inauguró una nueva era en la excapital del peronismo: por primera vez en cuarenta años de democracia gobernará aquí otro signo político. Desde ese lugar, Azcué marcó el kilómetro cero de su gestión: austeridad para todos y todas. En la misma sintonía que el gobernador Rogelio Frigerio, quien lo acompañó en el escenario, “el Gringo” anunció el fin de “los gastos innecesarios de la política”, entre los que enumeró la eliminación de autos oficiales y celulares para funcionarios. “Si quieren hablar por teléfono, usen los suyos”, les dijo, despertando el momento de mayor algarabía entre el público que colmó el Teatro Odeón.
En una jornada agobiante por el calor, Azcué dio un discurso sin cassette y con un claro mensaje: habrá un firme corrimiento del Estado en el diseño de sus políticas públicas. “Pero quiero ser claro con algo: no somos socios del sector privado, vamos a acompañarlos”, avisó, y anticipó que trabajará para generar las condiciones de infraestructura que atraigan inversiones y promuevan la generación de empleo genuino en la ciudad con índice del 58% de pobreza en adultos y 62% en niños y niñas.
“Los ciudadanos saben de sobra todas las restricciones que padecemos. Los datos convalidan esta realidad. Voy a promover la cultura del trabajo, el esfuerzo y el mérito. Se termina la joda en esta ciudad”, afirmó, durante lo que fue el segundo momento más efusivo del acto. “He advertido situaciones irregulares en el uso de objetos del Estado, por eso les digo a los funcionarios salientes que tienen 24 horas para devolver los vehículos y todos los bienes”, advirtió, y despertó el clamor de la audiencia que aplaudía y vitoreaba “gringooo, gringooo”.
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Azcué marcó la cancha con su diagnóstico de la ciudad que recibe y aseguró que hereda “un municipio endeudado con una deuda social trágica”. “Me duele la pobreza. La agenda pública me interesa, pero la pobreza me lastima”, señaló en un tramo de discurso, visiblemente emocionado. En ese sentido, pidió a su gabinete que tenga “conducta, humildad y honestidad”, y dijo que junto con su equipo viene a terminar “con el culto a la emergencia y con el asistencialismo”.
Anticipó que gestionará con un presupuesto austero y estricto y que direccionará sus medidas en inversiones en infraestructura para promover el trabajo “sin asistencia del Estado”. “No hay plata”, reforzó, haciendo propio el slogan que inauguró el presidente Javier Milei y que repitió también ayer Frigerio durante su asunción.
El concordiense se dirigió al flamante ministro de Seguridad de la provincia Néstor Roncaglia cuando le dijo que cuente con él para la lucha contra el narcotráfico, y se definió a sí mismo como “un soldado dispuesto para eso”. Sobre el final, pidió terminar con la grieta y dar comienzo “a la era del diálogo”.
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En el auditorio del Teatro Odeón se vivió un clima de fiesta y celebración. La asunción de Azcué inauguró un momento inédito para la ciudad porque marcó un hito en la historia política, que sólo había registrado transiciones entre gobiernos peronistas. Previo a su discurso, el intendente juró “por la ciudad de Concordia” y tomó juramento a los miembros de su gabinete.
Además de Frigerio, estuvieron en la asunción la vicegobernadora Alicia Aluani, ministros provinciales como Manuel Troncoso y diputadas y diputados del bloque oficialista en la Legislatura local. La comitiva provincial participará también este martes de la asunción del intendente de Gualeguaychú, Mauricio “Palito” Davico.