El éxito del oficialismo en el Congreso en las últimas semanas no fue suficiente para cerrar las internas en la Casa Rosada, donde no logran definir la hoja de ruta legislativa para el verano. Santiago Caputo insiste con citar a sesiones extraordinarias, pero entre las autoridades de LLA en ambas Cámaras no hay confianza en abrir los recintos, mensaje que le llegó a Karina Milei.
Por ahora, a pesar de lo que dejó trascender el propio oficialismo, la secretaria general de la Presidencia no tomó la decisión de habilitar un llamado a sesiones para diciembre. El asesor, en cambio, insiste en continuar la actividad legislativa para tratar la eliminación de las PASO, la reforma del sistema de financiamiento de partidos políticos y los proyectos para privatizar Aerolíneas Argentinas.
El martes, además, circuló la versión de que la convocatoria podría incluir el Presupuesto 2025, lo que los jefes legislativos de la oposición leyeron como una maniobra para engañar a los gobernadores y bloquear - con éxito- la fallida sesión para tratar el DNU que restringe el canje de deuda. Pero este jueves, la información en ambas cámaras del Congreso era que tampoco está la decisión tomada en el Gobierno de llamar a extraordinarias con el temario definido por el consultor estrella.
El problema, según supo Letra P, es que en ninguna cámara hay garantías de aprobar la reforma electoral. Caputo tiene cierta confianza, a la espera de conseguir la ayuda de la mayoría de Unión por la Patria, de referentes de gobernadores de otras bancadas y de un sector del PRO. Pero armar el rompecabezas para llegar a 129 votos por cada artículo no es tan sencillo.
Los líderes de LLA en el Congreso son más cautos y creen que llamar a extraordinarias podría tratarse de una jugada de riesgo por el escaso tiempo que resta para fin de año. Las últimas dos semanas tienen sus respectivos miércoles con días festivos y será casi imposible que propios y aliados consigan pasajes de avión.
Las gestiones de Santiago Caputo
Como explicó Letra P, en el Senado, por pedido de la Casa Rosada, Victoria Villarruel decidió no llamar a sesión antes del final del período ordinario, después de dos meses con el recinto vacío, para no habilitar a Unión por la Patria a tratar otros temas, como el DNU 846, que restringe el canje de deuda.
Sin embargo, este jueves llegó otro mensaje confuso a la cámara alta desde Balcarce 50. "No nos saben decir si se publica el decreto de convocatoria ni para cuándo", confiaron a Letra P fuentes del oficialismo del Senado. Si bien Javier Milei no tiene que consultar a sus bloques para extender el período de sesiones, sí necesita conocer si hay chances de que prosperen sus iniciativas.
Por otra parte, hay preocupación en el Congreso de que al abrir el recinto la oposición encuentre un foro para sus reclamos. Es un temor habitual en los oficialismos que empiezan a asentarse en el poder y se incomodan con los debates legislativos, sobre todo cuando no tienen claro cómo terminan. Por caso, un reclamo natural del PRO si hay extraordinarias será que Milei incluya en el temario el proyecto de Ficha Limpia.
"No sabemos si están los votos para eliminar las PASO. Caputo cree que sí, pero debe darle los datos precisos a Karina para que decida si hay extraordinarias. Es una locura abrir un debate eterno otro verano con final abierto", sostuvo ante Letra P una fuente libertaria de la cámara baja.
Asesores molestos
La novela de las extraordinarias es otro capítulo más de la interna del Gobierno por la intermediación legislativa. Caputo es el intransigente del Gobierno y siempre está dispuesto a dar debates testimoniales, sin importarle el resultado de las votaciones. Fue el artífice de retirar la ley Bases en febrero, cuando se complicaba la sesión en Diputados.
Guillermo Francos es más proclive a la negociación y se cargó a los hombros las gestiones para lograr las sanciones de la ley Bases y la reforma fiscal en julio. Con el Presupuesto 2025 se vieron las caras: el jefe de Gabinete llevó la negociación y Caputo coordinó cerrar el debate cuando los gobernadores pedían plata.
Entre los referentes legislativos del oficialismo en el Congreso surgió un problema cuando supieron de asesores del consultor que tocan las puertas de los despachos para avanzar en negociaciones sensibles. En la cámara alta mencionan a Manuel Vidal, un politólogo que fue funcionario del PRO y se convirtió en mano derecha del consultor. "Lo manda a hacer negociaciones difíciles con algunos actores claves", señalan.
Caputo tiene otro frente abierto: las coberturas de los cargos judiciales, que deben pasar por el Senado, e incluyen 150 lugares en la justicia federal; el procurador general y a las dos vacantes de la Corte Suprema. Este jueves, el bloque de Unión por la Patria anticipó que no votará los pliegos de los candidatos al máximo Tribunal, Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, si son nombrados por decreto, una de las propuestas de Caputo. No le quedará otra opción que negociar.