Unidos para Cambiar Santa Fe aprobó en Diputados la ley de necesidad de reformar la Constitución provincial y está a un paso de torcer la historia. El oficialismo abrochó el apoyo del perottismo, la centroizquierda, dos celestes y Piedrabuena y sumó 37 votos positivos. Es el mejor regalo para Maximiliano Pullaro: este viernes cumple 50 años.
De hecho, el gobernador y la plana mayor de Unidos se juntaron a comer un asado para seguir la sesión en la cámara baja y esperar su cumpleaños. El hughense, empecinado en mantener su narrativa, se preocupó por mostrarse con Patricia Bullrich en Rosario junto a las fuerzas de seguridad. Fue un mensaje: seguimos en lo que le importa a la gente. Este viernes, el Senado le pondrá el moño al regalo para Pullaro cuando sancione la ley y la reforma constitucional sea una realidad en Santa Fe.
La llave de la reforma constitucional
Omar Perotti y parte de su espacio fueron la llave para que el proyecto de ley fuera aprobado en Diputados. Sin los votos del exgoberandor, Celia Arena, Marcos Corach y Sonia Martorano no hubiese sido posible. Afuera de ese esquema de respaldo quedó el otro miembro del bloque, Walter Agosto. El perottismo, que logró centralidad en las últimas semanas, cedió en algunos puntos, pero obtuvo luz verde a varios de sus pedidos.
A los votos de Unidos se sumaron dos apoyos de la tribu de Amalia Granata. Se trata de Edgardo Porfiri y Omar Paredes. Esa decisión les valió la expulsión de su bloque. También votaron de manera positiva Fabián Palo Oliver y Claudia Balague, de la centroizquierda, y Juan José Piedrabuena, que ingresó por el PJ pero rompió y se mueve libre apoyando en todo a Pullaro.
Maratón de rosca en Santa Fe
La jornada que atravesó este jueves la Legislatura podría catalogarse como una maratón de rosca. Unidos aceleró las negociaciones con la convicción de que era el momento para lograr un hito histórico. “En 60 años, ningún proceso llegó hasta este punto”, remarcaba con entusiasmo una de las espadas legislativas del radicalismo. Las negociaciones fueron febriles y se estiraron hasta el minuto previo al comienzo de la sesión: el dictamen tuvo que ser corregido con lapicera una vez impreso.
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Maximiliano Pullaro mantuvo su agenda relacionada con seguridad mientras se discutía la reforma constitucional: se mostró con Patricia Bullrich en Rosario.
Algo previó Perotti cuando pasó por el hall pasado el mediodía y se encontró con Carolina Losada. La senadora había llegado acompañando a Julián Galdeano y se prestó con entusiasmo a la charla con la prensa. El exgobernador la saludó y le preguntó a qué había ido. “Vine a ver cómo aprueban la reforma”, le respondió Losada. “Entonces te vamos a hacer esperar un poco”, remató el rafaelino, quien también había saludado con afecto a Galdeano.
Dos cuestiones demoraron el acuerdo final. La disputa por el piso electoral, con el Frente Amplio para la Soberanía supeditando sus dos votos afirmativos a que se bajara la cantidad de sufragios exigidos para entrar a la Convención. Se resolvió un rato antes del inicio de la sesión, durante el mediodía. Aunque en el oficialismo señalaban que había sido Perotti quien más se resistió a ceder, su entorno aseguró exactamente lo contrario.
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Celia Arena, Marcos Corach y Omar Perotti hablan durante la sesión por la reforma constitucional.
La principal demora, sin embargo, fue a causa de las diferencias en torno a la fecha de la Convención. La sesión, convocada para la una del mediodía, comenzó sin ese entendimiento: los legisladores votaron el Presupuesto 2025 y pidieron un cuarto intermedio para continuar negociando. Tan trabadas estaban las conversaciones que la plana mayor del gobierno tuvo que hacerse presente en la Legislatura.
En una tensa reunión en la presidencia de la cámara, se decidió patear el problema para adelante y poner en cabeza del gobernador la obligación de llamar a la Convención dentro del año posterior a la elección, sin fijar fecha en la ley de necesidad de la enmienda. Según se reveló en estricto off the record, el acuerdo dentro de Unidos es que la fecha se decidirá teniendo en cuenta dos variables: el resultado de las elecciones de convencionales y la hipotética eliminación de las PASO a nivel nacional.
El bloque de Amalia Granata voló por los aires
Mientras tanto, el bloque Somos Vida implosionó y, con Amalia Granata ausente, su ladero Emiliano Peralta pidió la expulsión de Porfiri y Paredes en medio de la sesión por haber votado a favor del proyecto del oficialismo. Peralta lanzó duras críticas y los acusó de haber “traicionado” al electorado. “No sé ni me interesa qué acuerdos hicieron ni con quién", lanzó.
Granata, desde Italia, siguió de cerca todo lo que ocurría y se encargó de fustigarlos por redes sociales: los acusó directamente de “traidores comprados por Pullaro”. Los diputados esperaban este final y ya piensan armar un bloque entre ambos. Si bien el secretario general del gobierno, Juan Cruz Cándido, se acercó a charlar con ellos antes de la sesión, en el entorno de los rosarinos niegan la posibilidad de sumarse a Unidos.
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Juan Cruz Cándido charla con Edgardo Porfiri y Omar Paredes, los granatistas rebeldes, en la previa de la sesión por la reforma constitucional
Tras su paso por la Legislatura, Losada se convirtió en la espada de Pullaro para pegarle a Granata. "Los que están acá son los que están laburando", lanzó la senadora y agregó: "No creo que estén muy conformes con que la líder del espacio esté de joda”, haciendo referencia al viaje de la legisladora provincial al Vaticano.
Un final con emoción
Faltando 15 minutos para las seis de la tarde, el mensaje llegó: “terminamos”. El acuerdo estaba sellado y los constitucionalistas aportados por cada partido se lanzaron a pulir la redacción del dictamen. Fue un trabajo que llevó algo más de una hora. Pasadas las siete de la tarde, llegó otro mensaje que confirmaba el entendimiento: “Acabamos de firmar el dictamen”, avisó la tropa de Perotti.
Había sido una jornada extenuante. Se vieron escenas que lo demostraron: un diputado tenía al lado de su banca una bebida energizante y algunos ibuprofenos para eludir un estado gripal que lo tenía groggy. Otro legislador atendió a los medios mientras comía un yogur con cereales. Ese cansancio, una vez iniciada la sesión, dio paso a la emoción: tras el discurso de Pablo Farías, Clara García intervino entre lágrimas para agradecerle el recuerdo a Miguel Lifschitz. Todo era alegría: Unidos había logrado su objetivo de empezar a cambiar Santa Fe.