SANTA FE EN LLAMAS

Rosario, en shock: crónica de una ciudad paralizada por el miedo

Tras la saga de ataques "narcoterroristas", la Cuna de la Bandera abandonó su dinámica. El temor a no saber dónde será el próximo golpe. El desafío de la política.

Rosario no reacciona. La ciudad más importante de Santa Fe abandonó su ritmo habitual jaqueada por la saga de atentados que Maximiliano Pullaro y Patricia Bullrich catalogaron como "narcoterrorismo". Como un boxeador groggy, impotente para volver a levantar la guardia, la ciudad quedó paralizada por el miedo de no saber dónde le pegarán la próxima piña.

"Te quería avisar que no voy a ir por la situación que estamos viviendo". El mensaje lo recibió, de parte de una alumna, el encargado de un gimnasio. Avisos como ese se replicaron por toda la ciudad el último fin de semana. Sintiéndose desprotegidos, abandonados a su suerte, los rosarinos y rosarinas resignaron su prolífica vida social en pos de resguardarse.

Este lunes la calle se inundó de un aire espeso, denso. El homicidio de dos taxistas, un colectivero y un playero, todos inocentes, usados como macabros mensajeros de una novedosa alianza entre las bandas narcos que azotan la ciudad hace una década a sangre y fuego, forzaron una reinterpretación cruel de aquella publicidad que invitaba a sumar a un juego de azar: ¿Y si esta semana te toca a vos?

Rosario, la ciudad desolada

En Rosario hoy no hubo colectivos en la calle. Taxis, muy pocos. Llegar al trabajo, para aquellos que no pudieron eludir esa responsabilidad, fue una odisea. Hubo acuerdo entre los sindicatos docentes y los colegios públicos y privados, pero para que no haya clases. Las familias no se quejaron: tampoco tenían la intención de que sus hijos e hijas salieran de su casa.

Conseguir combustible fue algo difícil, pero no por desabastecimiento: las estaciones de servicio cerraron más de la mitad del día. Tampoco hubo recolección de basura porque los basureros fueron amenazados. Almacenes y supermercados no recibieron la provisión habitual de Coca-Cola y otras mercaderías: los camioneros no quisieron arriesgarse a salir a la calle.

La gastronomía, ya golpeada por una recesión económica que acecha, tuvo uno de sus peores fines de semana. Al experimentar el futuro que podría avecinarse, los empresarios temieron: Pullaro y el intendente Pablo Javkin se reunieron con ellos en la Bolsa de Comercio para contenerlos. Mientras estaban reunidos, una amenaza de bomba obligó a evacuar la Terminal de Ómnibus. Era uno de los pocos servicios de transporte que quedaba sin afectar.

El límite que se corrió en Rosario

Los ataques que sufrió Rosario en la última semana cruzaron un límite -otro más- y como nunca le hicieron sentir a los rosarinos que están en peligro, ellos y sus familias. El uso de inocentes para enviar mensajes o generar conmoción social no es nuevo, el año pasado sucedió al menos dos veces: Un músico que volvía a su casa fue raptado, asesinado y su cuerpo descartado con un mensaje entre sus ropas. Un sujeto frenó un colectivo y le descerrajó varios disparos a su chofer. También dejó una nota.

MicroPolicias.jpg
Hace una semana balearon un micro que llevaba personal del Servicio Penitenciario en la Circunvalación de Rosario.

Hace una semana balearon un micro que llevaba personal del Servicio Penitenciario en la Circunvalación de Rosario.

Lo novedoso, lo que corrió los límites, es el uso sistemático de esta práctica. Eso puso en crisis esa falsa convicción -injusta y cruel- de que “se matan entre ellos”, una ficción sobre la que se edificaba una precaria paz. La realidad que era habitual en los barrios más pobres empezó a golpear a la clase media. Ahora la sensación no es que “se matan entre ellos”, sino que la ciudad es una inmensa ruleta rusa de la que nadie está exento.

La psicosis colectiva

El corrimiento de los límites también empuja la barrera de lo verosímil. Un funcionario del gobierno municipal tuvo que desmentir, ante una consulta periodística, que exista la recomendación a médicos -también amenazados- de no caminar con ambo por la calle. Tampoco fue cierta la versión de que se instauraría un “toque de queda”. Una foto de un motociclista tendido en la calle fue usada como prueba de que habían matado a un delivery: solo había chocado.

Con una ciudad tan sugestionada, tan golpeada, es lógico que cualquier rumor tenga presunción de certeza. Una especie de mandíbula de cristal urbana. Es muy fácil desestabilizar y provocar psicosis. El gimnasio del que se habla unos párrafos más arriba está ubicado en pleno centro. Ninguna de las balaceras o asesinatos de los últimos años se produjo en esa zona, la más cuidada y segura de la ciudad. Los ciudadanos y las ciudadanas igual decidieron resguardarse. El miedo no es racional, cualquier amenaza lo activa. Alcanza con que sea verosímil y, en Rosario, todo es verosímil.

El show mediático

La ciudad enclavada en el sur santafesino pide ayuda al resto del país pero la respuesta no la satisface. Peor aún, no alcanza. Es una ciudad orgullosa que no quiere ni puede conformarse con las migajas del poder central.

Por eso cae tan mal en Rosario el show mediático que montan dirigentes nacionales, que llegan con aires de mesías a traer la solución. Acompañados de las generosas cámaras de los canales porteños, siempre dispuestas a montar un show como si transmitieran desde una zona de guerra cuando en realidad lo hacen desde el lugar más seguro de la ciudad, anuncian planes fastuosos que siempre han terminado en la nada.

Es lógico que la oportunidad sea tentadora. Hoy en Rosario no se habla de otra cosa. El domingo a la noche hubo un cacerolazo espontáneo. En las (pocas) mesas de café se habló de la declaración de tal ministra o tal medida anunciada. En una época donde la política es aborrecida, en Rosario se la escucha atentamente porque de ella se espera una solución. Estar a la altura significa trabajar por esa solución sin faltarle el respeto al dolor de la ciudad.

Rosario. Patricia Bullrich y Maximiliano Pullaro buscan normalizar la situación en la ciudad.
Patricia Bullrich y Maximiliano Pullaro, en la conferencia de prensa por la crisis en seguridad.

También te puede interesar