Rosario: tras la derrota de Aleart, le apuntan a Romina Diez por correr a Angelini de la campaña libertaria
La lugarteniente de Karina Milei se hizo cargo y bajó la orden de nacionalizar el discurso. Los por qué del volantazo y cómo afectó al desempeño del periodista.
Romina Diez junto a Karina Milei, Martin Menem y Juan Pedro Aleart.
No hubo pelea porque Federico Angelini no tenía, en La Libertad Avanza, fuerza para darla. Un mes antes de las elecciones, Romina Diez corrió al exdiputado del comando electoral y se adueñó de la estrategia de Juan Pedro Aleart. Las decisiones que la alfil de Karina Milei tomó en su nuevo rol ahora son apuntadas por la derrota en Rosario.
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Aunque cualquiera que lo haya tratado personalmente nota que es realmente un convencido en la causa de Javier Milei, Juan Pedro Aleart se acercó a La Libertad Avanza vía el sector ex PRO que lidera Patricia Bullrich. Fue el periodista el que los buscó y les manifestó su voluntad de jugar políticamente, con su tragedia personal como combustible. Así las cosas, la ministra de Seguridad tuteló al periodista, logró tallar en la conformación de las listas y Angelini, el interlocutor permanente e histórico armador de Mauricio Macri en Santa Fe, quedó al frente de su campaña.
Sin embargo, la discusión previa a la campaña de cara a las elecciones generales no terminó bien. La tropa que responde a la hermana del Presidente, con Diez de lugarteniente en Santa Fe y Lule Menem a cargo de operativizar sus órdenes, se metió en la estrategia. Envalentonado por el triunfo de Manuel Adorni en la ciudad de Buenos Aires, importaron la campaña “kirchnerismo o libertad” y pegaron la imagen de Aleart a la de Milei. Angelini, a sabiendas de que era una batalla perdida de antemano, decidió no librarla y se corrió de la conducción.
Con el diario del lunes, fue un error. El periodista, conocido y querido en la ciudad por sus modos cálidos en sus años como frontman del noticiero rosarino más visto, había demostrado durante las primarias medir más que el sello. Al circunscribir su campaña al relato libertario, se dejaron librados esos votos seducidos únicamente por la figura de Aleart. “Las jubiladas a las que Milei no les aumenta la jubilación, pero Juan Pedro les parecía un churro bárbaro”, explicó un baqueano en elecciones, “le pusieron un techo”.
Gracias Jefe por tu incansable lucha, por tu rectitud, por ser la líder del cambio cultural que se está dando en cada rincón de nuestro país. La lucha es dura y es solo el principio. Somos nuevos en el “mundo de la política”, casi sin recursos pero con la convicción y los ideales… https://t.co/TXxqukmNx3
Hay, además, otras máculas en la estrategia que salieron a la luz tras la derrota: Aleart tuvo poca participación en medios durante la campaña y la cartelería -que incluyó al Presidente en todas su versiones- asomó tarde en la calle. Encima, sus carteles disruptivos no terminaron de tener buena aceptación en el electorado. La baja participación y una deficiente fiscalización fueron otros de los motivos que hicieron que lo que parecía una victoria segura haya terminado en una derrota de la que se buscan padrinos y madrinas.
Cómo lo capitalizó Unidos para Cambiar Santa Fe
Por otro lado, en La Libertad Avanza pareció haberse subestimado el poder del oficialismo. La intervención tan directa del comando nacional le dejó servido a Unidos para Cambiar Santa Fe el relato para tocar el orgullo rosarino y capitalizar ese universo de votantes que la tropa libertaria descuidó. “Los porteños no nos van a arrebatar la ciudad”, repitió cada oficialista una y otra vez. Encima, a diferencia de su elección como convencional en la que impulsó la eliminación del Senado, Aleart no expresó ninguna propuesta para la ciudad durante su campaña.
De fondo, el error que parece haber cometido el comando de campaña libertario es el que se cuidó de cometer una y otra vez Unidos: criticar directamente a la otra opción no peronista, con la que se comparte una porción nada despreciable del electorado, y obligarlo a elegir. La mayoría de los votantes rosarinos eligieron a Milei presidente y a Pullaro gobernador, por lo que forzarlos a elegir uno u otro desemboca inevitablemente en una pérdida de votantes. Es la que sufrió Aleart y que permitió la remontada de Carolina Labayru.