El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, junto a la vicegobernadora, Alicia Aluani, y el gabinete provincial.
El gobernador Rogelio Frigerio juntó a los intendentes e intendentas de todo Entre Ríos y, con su equipo de gobierno, les describió lo que definió como un difícil panorama financiero.
Frigerio les contó cómo está la provincia, o cuál es el diagnostico de él y de sus ministros de la situación. Fue de frente. Aunque siempre refiriéndose con respeto a su antecesor, el peronista Gustavo Bordet, repasó algunos números de la provincia. Les habló, como un ejemplo esclarecedor del momento, sobre la toma de deuda para pagar salarios.
El morador de la Casa Gris les adelantó, también, que está en búsqueda de financiamiento de distintas fuentes. Los elogió por sus administraciones y les habló de “la confianza en la madurez política y el diálogo para solucionar los problemas a los entrerrianos”.
“Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”, reza un dicho popular en las provincias del país. En Entre Ríos se aplica, pero es Paraná el domicilio del creador. Por ello y para que “no se paseen en Casa Gris” y “vengan a un único lugar a plantear lo que necesiten”, les propuso que sea el Ministerio de Gobierno el único receptor de los reclamos. La medida fue bien recibida.
Un aspecto central de las preocupaciones es la obra pública, que está prácticamente paralizada. "Le pedí al Presidente que terminemos las que están avanzadas. Que prime la lógica, vamos a ver obra por obra, hay algunas que cuestan más pararlas que terminarlas", les confió Frigerio en el encuentro, al que la prensa no tuvo acceso.
Según el gobierno provincial, heredaron una deuda de obra pública que supera los 22.000 millones de pesos en distintos conceptos. 15.000 millones se deben a las empresas del sector según la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), 6.800 millones corresponden a deudas judicializadas por certificados vencidos y alrededor de 1.000 millones que debe la Unidad Ejecutora de la Provincia (UEP). Mucho de esto es difícil de certificar, comentó a Letra P un funcionario de alto rango.
Dio algunos detalles más del encuentro de los gobernadores del país con el primer mandatario. El horizonte no es alentador en lo económico y en este sentido marcó, como luego recuperó en X, la necesidad de la austeridad como regla.
“Vimos un gobernador en eje”, confió un intendente peronista de una ciudad importante de la provincia. Sin embargo, advirtió que “lloró por los números, pero tiene razón. Lloramos juntos”. Otros jefes comunales consultados coincidieron en que el panorama pintado tiene asidero.
Otros intendentes aprovecharon para pedir por temas puntuales. Hubo referencias al tema salud, donde para que las salas de primeros auxilios estén abiertas todo el día, los gobierno locales se hacen cargo de pagar extras al personal. Al ser un reclamo repetido, el ministro de Salud, Guillermo Grieve, prometió solucionarlo en lo inmediato. De nuevo, buena recepción.
Hay acuerdo al referir la carestía de recursos financieros. Se entiende que por la menor recaudación menguarán la coparticipación nacional y la provincial. Lo mismo está pasando con muchas recaudaciones de tasas en las ciudades. A esto se suma la motosierra que pregona Javier Milei.
Un párrafo aparte merece la deuda en dólares de la provincia a la que también suscribieron algunas ciudades. El endeudamiento en dólares se tomó en 2015, con Bordet gobernador y Frigerio ministro de Interior de Mauricio Macri. En su momento significó un ordenamiento de una bola de deuda en pesos. Las devaluaciones del peso y las sucesivas crisis hicieron de esta solución un problema severo. Hoy, después de una reestructuración, son más de 7 millones de dólares a pagar en los próximos años.