El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y la intendenta de Paraná, Rosario Romero ¸ tuvieron el primer encuentro desde que asumieron sus cargos. En veredas políticas enfrentadas –él en Juntos por Entre Ríos (JxER) y ella en el peronista Más para Entre Ríos (MpER)– enfrentan la realidad del “no hay plata” que clama Javier Milei desde la presidencia de la Nación.
La reunión inaugural se desarrolló en tono amable, según se observó y de acuerdo a lo trascendido. Del encuentro, la intendenta se llevó el compromiso por parte del gobernador de ser un puente en la relación con la Nación para la gestión de recursos para obras y para subsidios destinados al transporte urbano de pasajeros.
El encuentro mano a mano se dio en la Casa Gris. La intendenta, que hasta hace poco fue ministra de Gobierno, conoce como pocas esos pasillos y se mueve como por su casa. En esta oportunidad jugó de visitante pero se movió como local.
“Hemos hablado de la administración en general, de las cosas en las que podemos coincidir para gestionar en la ciudad, entre gobierno provincial y el gobierno municipal”, contó.
En la agenda estuvo el financiamiento de obras inconclusas en la capital provincial, los subsidios al transporte -que se supone menguarán-, y las particulares circunstancias sociales que vive el país.
El transporte público de pasajeros es particularmente sensible en Paraná, donde el servicio viene de mal en peor y significa un reclamo constante de los usuarios. Se entiende que la situación empeoraría con menos subsidios nacionales. “Le plantee la posibilidad de una tarifa diferencial con las otras ciudades del área metropolitana”, contó la intendenta. Se adelantó que para ello la provincia haría un aporte de dinero.
Por el transporte, esta semana habría una reunión entre los intendentes e intendentas de ciudades del país que tienen el mismo problema. Entre ellas, Paraná, Santa Fe, Rosario y Córdoba. Con la necesidad como bandera, reeditarían una liga que las tres últimas mantuvieron viva durante el gobierno de Alberto Fernández con el mismo fin.
Para este y otros temas, Frigerio será “un puente”, según se definió, para acercarle problemáticas precisas a la Presidencia.
“En mi caso estoy preocupada por algunas obras que cortan la circulación en la ciudad, como la que nos rodea, a Casa de Gobierno, y la de La Santiagueña, en la zona de calle San Juan y Salta”, confió la intendenta a Letra P a la salida de la reunión. Son obras inconclusas de su antecesor, Adán Bahl. El temor es que la inflación destruya los presupuestos y no puedan terminarse.
“Encontré a un gobernador dispuesto a dialogar”, dijo Romero y agregó que sobre el punto seguirá “la conversación con el ministro del área”, que es el radical Darío Schneider.
La agenda por las obras es una preocupación a dos bandas. Por un lado, si bien se evalúa la imposibilidad de proyectar nuevas obras o incluso de concluir los proyectos más costosos, se espera al menos terminar con la refacción de algunas calles centrales. Por otro lado, la obra pública es generadora de empleo y su cese repercute inmediatamente en el índice de ocupación.
Conversaron sobre “las actuales medidas del gobierno nacional y cómo acompasar las medidas económicas de restricción del gasto con la continuidad de las obras, que naturalmente va a sufrir alguna modificación”, precisó Romero.