ELECCIONES 2023 | CÓRDOBA

Rodrigo de Loredo cerró su campaña con la propuesta 61: el batacazo

El candidato de JxC a la intendencia de Córdoba se agradeció a sí mismo por permanecer en el eje de las 60 iniciativas para la capital. "Perdonó" al oficialismo por la campaña negativa. Militancia enardecida.

Rodrigo de Loredo arrancó por el final el cierre de su campaña en la ciudad de Córdoba. El anuncio del "batacazo electoral" suele usarse en el desenlace de la arenga, para que la militancia salga a comerse la cancha cuando la búsqueda del voto se escapa de las grandes estructuras políticas para reposar en el infalible “cara a cara”.

"Batacazo el domingo 23. Nos tiraron piedras, nos ladraron como perros. No nos movimos de ahí. A nuestra manera lo hicimos", vociferó ante la tribuna de Juntos por el Cambio (JxC) que moderaba a altas revoluciones, a tono con la expectativa.

Quizás sin proponérselo, al filo de la veda electoral, el hombre que buscará la intendencia -y su lugar como líder indiscutido de la oposición provincial- agregó una propuesta adicional al paquete de 60 acciones que fue desglosando día tras día de campaña, entre manzanas, vecinos y atriles. Prometió el triunfo a una dirigencia que se quedó con la sangre en el ojo por la derrota provincial, que atraviesa una renovación generacional que podría consolidarse sólo con el acceso al Palacio 6 de Julio.

De Loredo se define como un rupturista. Por eso no extraña que cada intervención no se parezca a otra. Un poco más desordenado que en otras oportunidades rompió, también, con el consejo de sus asesores y se agradeció a sí mismo por no haber cambiado el eje de su campaña, por no haberse “traicionado”, ante los embates del oficialismo liderado por el gobernador electo Martín Llaryora.

No podía ser de otra manera, la columna vertebral del mensaje del diputado que quiere ser intendente fue la campaña negativa que encaró el peronismo y que paralizó por un momento la avanzada deloredista. En ese marco se entiende por qué se refirió a la curva positiva de sus encuestas: "Empezamos ganando. Nos mantuvimos arriba todo el tiempo. Corrieron detrás nuestro. Hoy jueves, a 72 horas, le sacamos la mayor diferencia jamás vista", repasó.

El mensaje fue directo: no lo rasparon. Según las encuestas, claro.

Mientras desgranaba las maniobras del oficialismo para asegurarse la continuidad en el poder provincial y municipal, asomó la verdadera preocupación del cambiemismo: la baja participación este domingo en las urnas. De Loredo advirtió sobre la comunicación oficial que expone que no habrá multas para los vecinos y vecinas que no cumplan con su obligación democrática. Culpó a la Justicia Electoral de no encarar un operativo de información pública para incentivar la concurrencia.

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"En este momento están saliendo a traficar con la pobreza. Salgamos a contarles que hay un sistema que está a gusto con que te quedes en tu casa porque no quieren que te expreses por el cambio", insistió varias veces sobre este punto.

De agradecimientos y perdones

De Loredo prometió el triunfo para poner a la ciudad en el podio a la que alguna vez la llevaron Ramón Bautista Mestre y Rubén Martí. A ellos agradeció el legado y el orgullo de la UCR. El recorte que excluyó al exintendente Ramón Javier Mestre, el agradecimiento al aporte histórico de Oscar Aguad, Mario Negri y Luis Juez olió a preaviso jubilatorio.

En la fuerza centenaria nadie duda de que una victoria legitimará a De Loredo como líder, pero lo cierto es que una derrota abrirá un proceso circular que validará los embates internos de quienes sienten que todavía deben ser parte medular de las decisiones.

La sutileza discursiva de De Loredo se aplicó también con las figuras de la Mesa Nacional de JxC. A Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich les agradeció haber comprendido que fue "una campaña de Córdoba para Córdoba". Nadie duda de las presiones que comenzará a sufrir el dirigente si es el que festeja el domingo. La campaña por las PASO caminó entre las condiciones impuestas por la dirigencia local y la experiencia difícil de mezclar los tantos como ocurrió para la compulsa provincial.

Las apuestas ya se escuchaban entre cornetas, cuartetos y cantos de la militancia.

Después de los agradecimientos llegó el momento del perdón. De Loredo facturó en cada momento las acusaciones del búnker del peronista Daniel Passerini. “Por sus agravios, difamaciones y ataques los perdonamos. Por mis lágrimas y la angustia de mi familia los perdonamos. No le perdonamos el discurso extorsivo para poner de rodillas a los cordobeses. Sabemos de la rebeldía de Córdoba”, cerró.

La socia

La candidata a viceintendenta Soher El Sukaria fue la encargada de abrir el acto. Sobre el final, asomó su perfil político, eclipsado por las características del líder. Se definió como una "socia", categoría política que excede el rol secundario o de mero complemento electoral. Si hay triunfo, el PRO reclamará un protagonismo necesario para refundar un partido político que tuvo su década dorada con la temprana construcción presidencial que inició Macri en 2011 en la provincia.

"No soy una compañera de fórmula, soy una socia, un complemento para que Córdoba vuelva a ser el faro de las capitales", fue la definición más política que dejó la campaña de la "vice" que entendió que ya llegaría su momento. Fue esta noche.

Cerró con un baile en el escenario que recordó, precisamente, los festejos con globos de los líderes del PRO porteño.

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