Los guiños entre YPF y el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, se suceden, luego de una reunión de gabinete provincial en Sierra Grande, donde se proyecta un puerto de aguas profundas y avanza el oleoducto Vaca Muerta sur de la petrolera nacional. La foto con las autoridades robustece la teoría de un acuerdo con el integrante de la liga de la Patagonia para el emplazamiento de un proyecto estratégico y millonario.
Con el objetivo de mostrar unidad de acción en la megaobra que permitirá ampliar la capacidad de producción exportadora para la cuenca neuquina, Weretilneck recibió otra señal del ceo de YPF, Horacio Marín, quien en declaraciones al canal LN+ advirtió que es obligatorio adherir al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) para que la planta de GNL se instale en Río Negro o en Bahía Blanca, como espera el gobierno bonaerense de Axel Kicillof.
"Si (Buenos Aires) no adhiere al RIGI, no hay que discutir nada. Irá a la provincia que adhiera al RIGI", disparó Marín. Las declaraciones fueron receptadas como un aval a la propuesta patagónica, con Weretilneck como principal lobista y como parte de la nueva relación del gobernador con la Casa Rosada.
“Tenemos que estar a la altura de esta obra que representará mano de obra para la región, desarrollo y la instalación de empresas de servicios locales”, dijo el mandatario rionegrino, en una devolución de gentilezas por la visita de autoridades de la empresa petrolera nacional.
YPF quiere a Río Negro
Por YPF llegaron a la ciudad serrana Gustavo Gallino, vicepresidente de Infraestructura; Federico Califano, gerente de Asuntos Públicos para Neuquén y Río Negro, y Gustavo Schiappacasse, director ejecutivo de la Fundación YPF. Según confiaron fuentes de la gobernación patagónica a Letra P, la presencia de los funcionarios fue codificada como un respaldo a las inversiones en la provincia.
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“Queremos el puerto de GNL, estamos trabajando por eso”, ratificó una fuente que estuvo este martes en la reunión, de la que participaron también el vicegobernador Pedro Pesatti; la intendenta local, Roxana Fernández; y el influyente legislador Facundo López, jefe de la bancada de Juntos Somos Río Negro (JSRN) en la Legislatura provincial.
Vaca Muerta sur
En el toma y daca de la negociación que Río Negro lleva adelante con la Casa Rosada el oleoducto es fundamental, pero la obra significa un golpe de efecto en la infraestructura y la producción de petróleo. Esta obra unirá Añelo, en Neuquén, con Allen, en el Alto Valle rionegrino: allí conectará con el sistema administrado por la empresa Oleoductos del Valle (Oldelval).
“Esto permitirá aumentar la producción mientras avanzan los permisos para el segundo tramo, de otros 437 kilómetros de oleoducto en suelo rionegrino”, machacaron en la Secretaría de Energía que conduce la cipoleña Andrea Confini.
El informe oficial de YPF publicó los números de la obra: la inversión -en su primera etapa- es de 190 millones de dólares, generando alrededor de 500 puestos de empleo durante el pico de las tareas. Este ducto permitirá transportar 390 mil barriles diarios, lo “que incrementará en un 70% la capacidad de evacuación de petróleo de la cuenca neuquina, duplicando así la capacidad actual de la zona núcleo de Vaca Muerta”.
