El relanzamiento de la Región Centro -que integran Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos- fue el telón de fondo de una cena impensada, a 400 kilómetros de la capital mediterránea. Miguel Siciliano y Facundo Torres Lima, de Hacemos Unidos por Córdoba; Oscar Tamis, del PRO; Matías Gvozdenovich, de la UCR; y Martín Llaryora se encontraron el lunes por la noche.
Los legisladores acordaron cenar juntos. Luego, llegó el gobernador y se sumó. Mientras la Legislatura funciona como caja de resonancia, una lejana mesa en la ciudad entrerriana de Paraná fue el punto donde los protagonistas hablaron de la agenda caliente: la coyuntura económica nacional, las elecciones municipales en Río Cuarto y la convivencia en un recinto en paridad política.
El intercambio estuvo marcado por la camaradería que habilita el plan de orden institucional. Viajaron hacia la ciudad entrerriana para participar del traspaso de la presidencia pro témpore de la Región Centro, de manos del responsable de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, a su par de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
unnamed (1).jpg
Los gobernadores Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora y Rogelio Frigerio.
Rápido de reflejos, al concluir las actividades oficiales, el presidente provisorio de la Unicameral, Torres Lima, se ocupó de cursar las invitaciones a sus pares legisladores y les anunció que, iniciada la cena, llegaría el jefe del nuevo cordobesismo. Un momento nada despreciable para poder conversar de manera directa y distendida.
La mesa empezó siendo muy reducida, con los cuatro legisladores dispuestos a disfrutar la buena carta y, evidentemente, hablar de política. Luego, llegó Llaryora, acompañado por un reducido equipo de colaboradores, entre los que se encontraba su ministro de Gobierno, Manuel Calvo, hombre clave en las relaciones con el intendentismo, y sin presencia femenina.
La charla de Martín Llaryora con los legisladores
Las fuentes consultadas por Letra P dicen que hubo poca “rosca” porque lo que comenzó siendo una mesa para cuatro terminó en un encuentro de doce personas. Lo llamativo es que una silla quedó vacía. Faltó un legislador en representación del Frente Cívico y se trataría de Walter Nostrala, mano derecha del senador Luis Juez. También, fueron invitados todos los presidentes de bancada.
Las conversaciones variadas avanzaban, a medida que el pescado con salsa de crema y el bife con ensalada iban desapareciendo de los platos. Durante la cena y la sobremesa intercambiaron ideas sobre la realidad económica del país, la familia y el deporte.
Fue ahí cuando Llaryora habló del escenario nacional. Mencionó al Pacto de Mayo como un respaldo a la institucionalidad del gobierno de Javier Milei, pero con una visión crítica. Reiteró su defensa a la producción y un plan para sostenerla.
Lo llamativo es que no se habló de la economía del Gobierno de la provincia, a pesar de que en la mesa había un contador, el exintendente de Oliva, Oscar Tamis. El gobernador insistió con la oportunidad que representa la Región Centro y que con sus pares de Santa Fe y Entre Ríos, están decididos a darle fuerza.
Río Cuarto, en el centro de la atención
Tocaron muy por arriba el presente de una Legislatura tan competitiva en relación a la paridad de fuerzas y se habló de la elección para la intendencia en la ciudad de Río Cuarto. Lo más jugoso fue poner sobre la mesa las posibilidades de juego en la capital alterna, con los factores de La Libertad Avanza; las internas y la figura del médico radical, Gabriel Abrile, que todavía no decide en cuál equipo jugará.
No hubo lugar para pedidos de un lado, ni del otro, ni mucho menos para reclamos, pese a la oportunidad de tener un mano a mano con Llaryora. Se trató de un encuentro al que el gobernador llegó último y se retiró primero. Como su hotel quedaba cerca del restaurante, se volvió caminando para descansar unas horas y volver a Córdoba.
La comida transcurrió de manera cordial, sin definiciones de impacto. Hubo momentos de distensión y de risas, sobre todo, cuando se habló de la buena performance de River, a diferencia de la de Talleres.
El show queda para el recinto, pero sobresale la necesidad de mantener la concordia.
Las razones de la buena convivencia en Córdoba
Tamis, Govzdenovich, Torres Lima y Siciliano comparten una Legislatura en empate. Tamis, por su parte, tiene buen vínculo con el peronismo; puntualmente, con el gobernador Llaryora, a quien conoce de los años que compartieron cuando fueron intendentes de San Francisco y de Oliva. Forma parte de un bloque de tres integrantes y su estilo no es el de la confrontación. No sería descabellado interpretar que, lentamente, podría convertirse en un “colaboracionista” o un constructor de consensos.
Govzdenovich, en esa mesa, tal vez ocupó el lugar del principal opositor. Por su pasado como intendente de Arias, navega entre una oposición responsable y la expresión de una voz, de a momentos, más dura. Sabe lo que es gestionar una localidad y por eso entiende que no se pueden detonar los lazos con el peronismo, ni tener una postura radicalizada.
Los peronistas Torres Lima y Siciliano tienen responsabilidades institucionales en la tarea legislativa. El primero, como vicepresidente provisorio y, el segundo, como jefe del bloque del oficialismo. Se mueven en tándem; “andan para todos lados juntos”, se escucha decir en los pasillos de la Legislatura. Es obligatorio el diálogo permanente con la oposición.