El domingo, cuando cumpla 53 años, de los cuales sólo en los dos últimos participó en política, Javier Milei, diputado nacional, economista, autodefinido libertario, activista full time desde hace una década y flamante referente internacional de la ultraderecha, buscará resultar electo Presidente.
Competirá con el frente nacional La Libertad Avanza, creado para instrumentar su candidatura, que en las primarias del 13 de agosto logró infiltrarse en la grieta entre el peronismo -representado en Unión por la Patria- y Juntos por el Cambio para convertirse en la fuerza más votada del país.
La victoria sacudió el tablero electoral y obligó a Milei a redefinir su estrategia. Se trazó dos objetivos: pulverizar a Patricia Bullrich, la candidata de Juntos por el Cambio, con la expectativa de capturar una parte de su electorado; y protegerse de los ataques que, inevitablemente, iban a llegarle de sus cada vez más numerosos detractores, quienes para molestarlo reflotan archivos de sus declaraciones más polémicas en sus años de panelista televisivo.
Tal vez para no tener que chocar tres semanas más con esos enemigos, Milei dedicó el último tiempo de la campaña a estudiar cómo puede ganar en primera vuelta, para lo que se necesita llegar a 45 puntos o sacar 40 y superar por diez al segundo. En sus últimas entrevistas televisivas, el economista admitió que no la tiene fácil. "Sólo un error estadístico nos puede permitir llegar", se resignó.
Confirmó que las encuestas que llegan a sus oficinas no le asignan más de 35 puntos, pero son las mismas que en agosto lo colocaban tercero y aun así fue el candidato más votado del día. El premio consuelo para el libertario sería ganar con una diferencia considerable y posicionarse como favorito para un ballotage, donde prefiere enfrentar al oficialista Sergio Massa.
La expectativa del diputado en cerrar el pleito es tanta que invitó al búnker que tendrá el domingo en el Hotel Libertador a referentes mundiales de la ultraderecha como el diputado brasilero Eduardo Bolsonaro -hijo del expresidente Jair Bolsonaro- y referentes de Vox, el partido español que lidera Santiago Abascal, quien el año pasado gestionó la participación de Milei a la cumbre Viva 22, organizada por la fundación Disenso.
Para intentar crecer, el economista lanzó esta semana una campaña en busca de indecisos, bonaerenses y adultos mayores, las tres franjas dónde necesita mejorar si quiere tener alguna chance de evitar el ballotage . Por Twitter y en su acto de cierre, pidió a los jóvenes tomar la tarea de acercar a estos sectores, decisivos para el desenlace electoral.
La provincia de Buenos Aires es esencial para el economista, porque también elige autoridades locales y La Libertad Avanza no puede repetir el tercer puesto de agosto en este distrito si quiere crecer a nivel nacional. Carolina Piparo, la candidata a gobernadora, está segura de ganarle a su rival de JxC, Néstor Grindetti, pero para ayudar a Milei, además, necesita acercarse lo más posible al oficialista, Axel Kicillof.
Con ese objetivo, el diputado dedicó gran parte de estos 40 días a recorrer con Piparo los principales distritos de la provincia, dónde, además de su crecimiento personal, apuesta a ganar elecciones locales en ciudades como Merlo y Bahía Blanca.
Para no estancarse, La Libertad Avanza precisa repetir el triunfo que en agosto obtuvo en 16 provincias, sobre todo en las más grandes, como Córdoba, Mendoza y Santa Fe. El norte del país, ese día logró victorias apabullantes en Salta y Jujuy, mientras que en las demás peleó codo a codo con UP y JxC.
Necesita reeditar o mejorar esos resultados y no será tan sencillo, porque esta vez los gobernadores y referentes locales buscarán complicar la logística electoral de LLA, que en agosto tuvo dificultades aún sin enemigos declarados en los cuartos oscuros.
Milei reforzó la fiscalización con un intenso plan digital para reclutar un equipo de voluntarios y dedicó parte de su presupuesto a imprimir más boletas, pero sabe que no será fácil repartirlas en todos lados.
Para posicionarse como eventual presidente de la Nación, en estos dos meses Milei necesitó mostrar equipos de gestión, capacidad de sumar aliados y un plan de Gobierno creíble y realizable.
El propio candidato presidencial empezó a reconocer lo que en su equipo es una frase repetida: de ganar la elección, se abocará en el primer año a la economía y, cuanto mucho, a la seguridad. El resto de las propuestas recién tomará forma si su plan de dolarizar hace pie y la inflación cede unos puntos. No antes. Es por eso que sus asesores se lamentaron cuando en sus discursos o entrevistas distendidas improvisó ideas polémicas como cerrar el Conicet o ignorar la contaminación de los ríos.
Para mostrar colaboradores fiables, desde el día siguiente a ganar las primarias Milei anunció las figuras que se harán cargo de ministerios y secretarías como si ya estuviera listo para asumir: Diana Mondino (Cancillería), Guillermo Francos (Interior), Sandra Pettovello (Capital Humano) y Guillermo Ferraro (Infraestructura), fueron sus elegidos.
No quiso confirmar a Nicolás Posse en jefatura de Gabinete -un anticipo de Letra P- y se reserva bajo siete llaves a quienes, si resulta electo, designará para encabezar el Ministerio de Economía y el de Justicia, que asegura tener definidos. Su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, también tiene en secreto a las hipotéticas autoridades de las carteras de Defensa y Seguridad.
Francos fue la incorporación más rutilante. Hasta mediados de septiembre era el representante argentino en el BID, ratificado por Massa, pero abandonó Washington para sumarse al equipo de Milei con la tarea de conseguir aliados, para ayudar a ganar o apartarle gobernabilidad a una eventual gestión de LLA.
El exdiputado logró acercar a los sindicalistas Gerardo Martínez (Uocra) y Luis Barrionuevo, tal vez la incorporación más polémica, anunciada por Milei en un comunicado. Además, se reunió con gobernadores y legisladores para ofrecerse como nexo de una administración libertaria. El más importante fue Martín Llaryora, mandatario electo en Córdoba. “Está pasando la ambulancia”, bromea el candidato presidencial sobre su excompañero en la Corporación América. Sabe que lo necesita: si logra ganar, Milei será el jefe de Estado con menor representación territorial y parlamentaria de la historia. Precisará y mucho de la casta que tanto critica.