Javier Milei no descarta que el próximo domingo, cuando cumpla 53 años y dispute la presidencia de la Nación, sea comparado con Cristina Fernández de Kirchner: en el equipo del candidato de La Libertad Avanza dicen que el escrutinio provisorio podría ser manipulado para impedirle festejar, tal como la vicepresidenta denunció que le ocurrió en las primarias de 2017, cuando era candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires.
La maniobra no es fácil de detectar y menos de denunciar, porque las cifras difundidas en la noche de las elecciones no son jurídicamente válidas, sino un servicio del Poder Ejecutivo a la ciudadanía para conocer los resultados sin esperar el escrutinio definitivo, a cargo de la Justicia electoral.
El conteo provisorio se realiza en el Correo Argentino y consiste en cargar los datos enviados desde los centros de votación para informar una tendencia definitiva al final del día. Si la paridad de los resultados obtenidos por esa vía no permite determinar quién ganó, no queda otra opción que esperar unos días para que la Justicia abra las urnas.
Esta situación es habitual para el reparto de bancas legislativas, pero no para conocer quiénes obtuvieron los cargos ejecutivos, sobre lo que suele haber una definición clara en la noche de la elección. Por lo general, cuando hay una victoria irreversible, quien vence no se preocupa por saber por qué algunas mesas no llegaron a computarse.
CFK 2017
En las primarias legislativas de ese año, Cristina denunció que el gobierno de Mauricio Macri omitió intencionalmente escrutar las mesas en las que la entonces candidata de Unidad Ciudadana obtenía una diferencia mayor (la mayoría, en el conurbano) para festejar un triunfo que no existía y en la semana instalar la idea de un empate con la seguridad de ganar en los comicios generales, como finalmente ocurrió.
Sigue el escrutinio: Cristina gana por el 0,4%
En este caso, Milei sostiene que puede ser víctima de una maniobra similar por parte de la Dirección Nacional Electoral, a cargo del Ministerio del Interior, que realiza el escrutinio provisorio a través de la empresa española Indra.
Las excusas para dejar afuera de la cuenta algunas mesas son varias, pero por lo general refieren a problemas de transmisión de datos o en su legibilidad. En La Libertad Avanza apuntan que las actas que no lleguen a contabilizarse el domingo podrían ser las que definan alguna tendencia a favor de Milei, como ganar en primera vuelta o quedar a pocos votos de lograrlo, lo que tendría un impacto diferente en los festejos.
Para evitar ese desenlace, la semana pasada el equipo de LLA encargado de controlar la fiscalización, liderado por Guillermo Ferraro, presentó un cuestionario en el Ministerio del Interior.
Este jueves hubo una reunión en la sede del Correo Argentino con representantes de todas las fuerzas políticas, en la que Ferraro -que fue acompañado por Fernando Cerimedo- volvió a plantear sus dudas y no quedó conforme con las respuestas del director nacional electoral, Marcos Schiavi.
El funcionario explicó que, al igual que el resto de los partidos políticas, los apoderados de LLA pueden acceder a la trazabilidad de los datos contabilizados en el escrutinio provisorio. Es esa posibilidad, justamente, la que le permitió a Cristina denunciar una manipulación estadística en 2017 y sentar un precedente para que no se repita.
En el Ministerio del Interior le reprochan a Milei no recordar que en las recientes elecciones primarias el escrutinio provisorio le asignó más votos que los que finalmente se ratificaron en las sedes judiciales.
Además, la Cámara Nacional Electoral, encargada de supervisar el recuento definitivo, destacó en un comunicado que en agosto el resultado final tuvo una diferencia de sólo 0,04 puntos respecto al conteo del domingo a la noche, un error estadístico que está dentro de los valores históricos de las elecciones generales de la última década.
En LLA no se quitaron las dudas. “Lo que pedimos es simple: evitar los privilegios que tiene el administrador del sistema para saber qué mesas se excluyen. Queremos conocer a las personas que toman decisiones, porque no tenemos ninguna alarma en tiempo real. Además, si hay datos desde las 21 horas, no sabemos porqué se empiezan a difundir a las 22”, indicaron fuentes del espacio Letra P.
Otra queja que tienen es que los datos transmitidos al Correo suelen ser escritos por los fiscales generales de las escuelas y pueden no reflejar las cifras reales. “Si somos buenos, podemos pensar en errores humanos. Tenemos claro que una diferencia de uno o dos puntos cambia todo y no podemos ignorarla”, advierten.
Plan de fiscalización
En paralelo a las advertencias sobre el escrutinio provisorio, LLA organiza un plan de fiscalización mucho más intenso que en agosto, cuando, calculan sus estrategas, perdió no menos de cinco puntos por falta de controles en las escuelas.
Sabe el comando violeta que el domingo el escenario será bien diferente. Por un lado, no tendrá la ayuda implícita del peronismo, que el 13 de agosto cuidó las boletas de Milei para perjudicar a Juntos por el Cambio. En esta oportunidad, buscará lastimar a las dos coaliciones opositoras por igual.
También en LLA dicen haber sumado miles de fiscales tras la victoria de las primarias, además de contar con el entusiasmo de candidatos locales que pueden ganar bancas que no imaginaban obtener.
Ferraro asegura tener una lista con 104.500 militantes dispuestos a cuidar el voto de Milei, suficiente para cubrir todas las mesas del país. Treinta mil son fiscales generales, como se denomina a quienes custodian las escuelas, y en algunos casos se agregaron otros informáticos, encargados de detectar el momento en el que se transmiten las actas al Correo.
La casta fiscalizadora
Si bien el gastronómico Luis Barrionuevo se adjudicó el control de 11 provincias, en LLA minimizan su rol. “No va a tener una sola escuela a cargo. En tal caso, sólo aportará militantes”.
Otro desafío en el equipo de Milei es que haya boletas en todos los cuartos oscuros. En agosto, hubo escuelas en las que hubo hasta dos horas con faltantes y se registraron electores que pararon la votación para quejarse.
Esa escena provocó un chiste repetido entre la dirigencia del peronismo que fiscalizaron en distintos puntos del país. “Queríamos cuidarle las boletas a Milei, pero estaban dentro de las urnas”, repetían.
Los frentes electorales acceden a recursos para financiar un juego de boletas, pero los más grandes suelen usar fondos propios para imprimir varios más. En LLA confirmaron a Letra P que tienen dinero para garantizar hasta cinco tandas de papeletas, la cantidad habitual que tiene el PJ y JxC. Lo consideran clave para ganar.
